Antropoceno y biopolítica: Narrativas, resistencias y nuevas epistemologías ante el avance de la frontera extractivista en la Bolivia del Siglo XXI

Idioma Español
País Bolivia

El artículo aborda la reflexión sobre el Antropoceno y sus implicaciones en los significados y las alternativas políticas y civilizatorias. Aunque el abordaje es partiendo de los cambios globales como el cambio climático y la insostenibilidad de los modelos de producción/consumo y energía dominantes, donde la cultura y la subjetividad es primordial, enfatiza el análisis desde la experiencia de un país/territorio como Bolivia.

Un país/territorio como Bolivia que inicia el nuevo siglo con una inspiradora narrativa estatal para enfrentar los cambios globales desde la perspectiva de los derechos de la Naturaleza y el Buen Vivir pero que acaba replicando y profundizando el modelo de despojo predominante del Siglo XX. Desde allí, el artículo se propone reflexionar sobre las dinámicas de acomodación/resistencia/resignificación a partir del avance de la frontera “hipertextractivista” que se amplía desmesuradamente en los territorios de Bolivia.

Un enorme cambio en el planeta remueve las bases de la civilización humana. La fusión violenta entre razón capitalista, tecnología y naturaleza ha dado lugar a una simbiosis que se expresa en la destrucción/mutación del orden natural que caracterizó la interacción de los sistemas de vida por millones de años. Todo aquello que permitió la evolución de condiciones para el surgimiento de las especies y los ecosistemas en el Cenozoico (65 millones de años), de la que el Holoceno (11.700 años) –período entre la era post glacial y la civilización humana- es apenas la última fase, se está perdiendo.

Aún no está clara la dirección de esta “Gran Transición” (como algunos la llaman); se ha cruzado un punto de inflexión que las ciencias del clima han alertado por su origen antropogénico (AR5, IPCC)1 y las ciencias naturales ya han denominado Antropoceno (Crutzen y Stoermer, 2000): el Holoceno ha sido reemplazado por el Antropoceno, la ‘Era Humana’, nos dicen, ante la evidencia de los cambios químicos y geológicos en el planeta.

La intervención humana en los cambios globales es hoy mayor a cualquier otra fuerza natural, su alcance es global y su velocidad está en el orden de décadas a siglos y no de siglos a milenios en comparación a la dinámica natural del Sistema de la Tierra. Existe un debate sobre la determinación del inicio de este nuevo período geológico, tarea encargada al Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (WGA) que en 2016, sugirió el año 1950 como el momento de su inicio.

Según Amaranta Herrero del Centro de Bioseguridad noruego, “La fecha fue elegida por el salto cualitativo que significó para la humanidad y para el planeta el comienzo de la era nuclear, la proliferación de plásticos de un solo uso y el incremento destacado del crecimiento poblacional".

Desde la “Gran Aceleración” pactada después de las guerras mundiales hacia 1945, la tasa de desaparición de la biodiversidad se ha multiplicado por 100 y con ello las cadenas de interdependencias de la vida, incluida la polinización, la sobrevivencia de los bosques, la pérdida de las grandes masas de hielo, el permafrost y la alteración del ciclo del agua; las concentraciones de gases provenientes de la quema de combustibles fósiles y la deforestación han cambiado para siempre la atmósfera del planeta emitiendo cantidades desproporcionadas de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y otros elementos causantes del cambio climático; los océanos están en un proceso de acidificación acelerado; el ciclo del nitrógeno está alterado por el uso de fertilizantes y venenos tóxicos. Como éstas, múltiples pérdidas y deterioro en diferentes áreas de la base biofísica de la vida se expanden en el mundo. 

El colapso ha sido anticipado desde el campo de las luchas sociales y ha dado lugar a una gran rebelión humana aún antes de que la ciencia estableciera el nuevo estado.

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Temas: Crisis climática, Extractivismo, Tierra, territorio y bienes comunes

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