Articulação Agro é Fogo [Articulación Agro es Fuego] en el enfrentamiento a los incendios criminales en Brasil

Idioma Español
País Brasil

En casi cuatro décadas, de 1985 a 2020, Brasil quemó cerca de una quinta parte de su territorio. El 65% del área quemada era vegetación nativa, de la cual 85% eran áreas de sabanas y bosques tropicales. El mayor número de ocurrencias se encuentra en los estados de Mato Grosso, Pará y Tocantins, que están en la zona de transición Cerrado-Amazonas, región conocida como el arco de la deforestación. Los datos también indican que los incendios no sólo estaban relacionados con la estación seca en cada región, sino que tenían una relación histórica con la deforestación y la recuperación de pastos.

Durante el gobierno de Bolsonaro, la situación se salió de control. Y el episodio conocido como “Dia do Fogo” [Día del Fuego], ocurrido el 10 de agosto de 2019, desató una alerta más sobre los efectos del bolsonarismo en el campo, la situación de incendios criminales en el territorio brasileño. El “Día del Fuego” fue una acción planeada por hacendados y acaparadores de tierras, que incendiaron un área de la selva amazónica cerca de la carretera BR-163, en las regiones de Novo Progresso, Altamira y São Félix do Xingú, en el estado de Pará, con el objetivo de ampliar sus áreas de pastos. Entre las áreas disputadas por los acaparadores de tierras y afectadas por el acto criminal, estaba la Floresta Nacional de Jamanxim, que es una reserva nacional de 1,3 millones de hectáreas y el Projeto de Desenvolvimento Sustentável (PDS) Terra Nossa, ambos creados en el 2006.

Al año siguiente, en 2020, en el periodo más crítico de la sequía en el Pantanal, incendios similares al “Día del Fuego” se extendieron por los campos. Y, debido a la gran cantidad de biomasa seca y los fuertes vientos, en un mes se quemó cerca de 30% del territorio del Pantanal, alcanzando a cientos de comunidades, principalmente en los municipios de Corumbá, en Mato Grosso do Sul, y Poconé y Cáceres, en Mato Grosso, región de expansión de la frontera agrícola.

Además de las áreas quemadas identificadas por las plataformas del Instituto de Nacional de Pesquisa Espaciais (INPE), los datos registrados por el Centro de Documentação Dom Tomás Balduíno (CEDOC/CPT) en colaboración con el Agro é Fogo, muestran que los pueblos indígenas y comunidades tradicionales que no tienen sus tierras demarcadas y tituladas representan el mayor sector de gente impactado por los conflictos en el campo que involucran incendios criminales. Son las regiones donde se ubican los proyectos de desarrollo de agronegocios, como Amacro (o Zona de Desarrollo Sostenible de Abuanã-Madeira) y el Matopiba, las responsables de la mayoría de los incidentes conflictivos en 2020 y 2021.

En respuesta a la catastrófica situación del Brasil en llamas, el gobierno de Bolsonaro mintió descaradamente sobre las causas y su responsabilidad con relación a los incendios criminales. En sus discursos, Bolsonaro no dudó en culpar y criminalizar a los pueblos y comunidades tradicionales por lo sucedido. Toda esta situación generó indignación, sobre todo en las comunidades y sus organizaciones. Por ello, era urgente fortalecer y articular las acciones que las organizaciones venían realizando en sus bases.

Articulación Agro é Fogo - AéF, surgió en 2020, como una articulación política de reacción a los incendios forestales que asolaron Brasil. Es una coalición formada por más de 30 organizaciones, entre pastorales rurales, movimientos sociales campesinos, indígenas, negros y quilombolas, organizaciones no gubernamentales, grupos de investigación e investigadores aliados a esta causa, líderes de pueblos y comunidades tradicionales. Somos una red cuya misión es articular luchas en defensa de los pueblos y territorios del Pantanal, Cerrado y Amazonia. Nos mueve no sólo la necesidad de mejorar el debate público, sino, sobre todo, de ir más allá de los focos de incendios registrados por imágenes satelitales y cifras de deforestación, trayendo la dimensión del conflicto que se vive en el suelo forestal, en las aguas y en los llamados sertones, la catiinga, el chaparral.

Nuestro propósito es enfrentar el proceso de expansión y consolidación de la agroindustria, la minería y la explotación forestal que se aprovechan de los incendios, la deforestación y el acaparamiento de tierras para avanzar sobre tierras tradicionalmente ocupadas y áreas de conservación. Nuestro objetivo es dar visibilidad a los conflictos y violencias relacionados con los incendios y exponer a los actores involucrados, estableciendo las conexiones con las cadenas globales de producción y consumo; fortalecer las estrategias y mecanismos de resistencias autónomas de las comunidades; y facilitar procesos de capacitación/formación e intercambio de experiencias en prevención y combate a los incendios criminales, deforestación y acaparamiento de tierras. El trabajo de Articulação Agro é Fogo se centra en tres ejes: la comunicación popular; la incidencia política y el apoyo y fortalecimiento de los pueblos y comunidades tradicionales y campesinas, siempre en diálogo y alianza con las organizaciones de base que los acompañan.

En su primer año de funcionamiento, en una carta pública firmada por más de 90 entidades brasileñas, la AéF demarcó su posición de denuncia de los incendios criminales, afirmando la distinción entre el uso del fuego por la agroindustria y el uso del fuego manejado por pueblos y comunidades tradicionales y campesinas, una distinción que estaba ausente en los principales medios de comunicación:

El fuego es un elemento de la naturaleza manejado con sabiduría y cuidado por los pueblos indígenas y quilombolas, comunidades tradicionales y de base campesina de la Amazonía, Cerrado y Pantanal desde hace milenios. Los saberes desarrollados a lo largo de muchas generaciones, adaptados a distintos ecosistemas y heredados por estos pueblos y comunidades, permitieron la conservación y multiplicación de la biodiversidad y el manejo a largo plazo del paisaje agroforestal.

Con otras intenciones y en otras escalas, la cadena AGRO utiliza el fuego asociado directa o indirectamente a procesos de deforestación y acaparamiento de tierras, buscando promover y consolidar la expansión de la frontera agrícola. Los incendios forestales provocados en el camino causan devastación ambiental y, al mismo tiempo, constituyen un arma para amenazar y expulsar a los pueblos y comunidades de sus territorios de vida.

Así, asumimos el nombre de Agro é Fogo y publicamos el hashtag #Agro Fogo como una narrativa contra el falso discurso del agronegocio, que proyecta en los grandes medios de comunicación y en el imaginario de las personas al AGRO como productor de alimentos que abastece la mesa de los brasileños.

En el mismo año, la EéF obtuvo la aprobación de la Resolución núm. 42, de 27 de octubre de 2020, del Consejo Nacional de Derechos Humanos, con recomendaciones al Estado brasileño para tomar acciones para enfrentar los incendios forestales agravados por los incendios en el Pantanal, Cerrado y Amazonas.

En abril de 2021, publicamos la Plataforma Agro é Fogo, que alberga el dossier publicado en tres fases: enfatizando la relación entre incendios, acaparamiento de tierras y deforestación; la continuidad de la movilización sobre la responsabilidad de la agroindustria por los incendios que dejan profundas cicatrices en los territorios, incluso provocando la erosión de la sociobiodiversidad de los ecosistemas; y los incendios criminales como un proyecto político con un fuerte apoyo del gobierno de Bolsonaro. A partir del Dossiê Agro é Fogo, se denunció a la Comissão Externa de Queimadas nos Biomas, de la Cámara de Diputados, la violación de los derechos humanos y derechos territoriales de los pueblos y comunidades tradicionales de la Amazonía, Cerrado y Pantanal, provocada por los incendios.

En resumen nuestros principales mensajes

La intensificación de la deforestación y los incendios forestales debe entenderse como un desafío común en la defensa de la Amazonía, Cerrado y Pantanal.

Los incendios forestales forman parte de las estrategias para consolidar el acaparamiento de tierras por parte de grupos vinculados al agronegocio.

El gobierno de Bolsonaro es cómplice de la devastación por acción y omisión.

El uso del fuego en los sistemas agrícolas tradicionales es un saber ancestral y muy diferente/ a los incendios criminales del agro.

Cuando el Pantanal, el Cerrado y la Amazonía arden, son los modos de vida de sus pueblos y comunidades los que arden.

Los modos de vida y el bien vivir de los pueblos y comunidades tradicionales sufren influencias negativas a través del modelo de desarrollo que se basa en las fronteras agrícolas y mineras.

Garantizar los derechos territoriales de los pueblos y comunidades es la mejor manera de contener la deforestación y la devastación.

 

Traducción del portugués: Maria José Guazzelli

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Temas: Crisis capitalista / Alternativas de los pueblos

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