Balance del TLC entre Colombia y la Unión Europea
"Este informe busca aportar una visión crítica, con información oportuna y pertinente, sobre el Acuerdo, con miras a ofrecer insumos para construir un comercio exterior más equilibrado, diversificado y sostenible. A pesar de los pronósticos optimistas de su inicio, el balance del TLC revela una balanza comercial deficitaria constante, acompañada de impactos sociales y empresariales que no han alcanzado las metas planteadas".
Las negociaciones para un acuerdo comercial entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Unión Europea comenzaron en 2007, con la presidencia de Rafael Correa en Ecuador, el formato cambió a negociaciones bilaterales de la UE con Colombia y Perú.
A partir de 2008, y con el retiro de Bolivia en 2007 y Ecuador en 2009 de las negociaciones conjuntas de la CAN, el proceso se desarrolló en nueve rondas de negociación con una duración de dos años y siete meses que concluyeron en marzo de 2010. El acuerdo fue firmado el 26 de junio de 2012, aprobado por el parlamento europeo el 11 de diciembre de 2012 y entró en vigor el 1 de agosto de 2013.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea (UE), Colombia, Perú y Ecuador, que entró en vigencia provisional el 1° de agosto de 2013, ha sido objeto de una evaluación crítica tras doce años de su aplicación. Aunque la UE dio luz verde a su aplicación plena a partir del 1 de noviembre de 2024, los resultados obtenidos hasta la fecha no han cumplido con las promesas iniciales. Lejos de traducirse en un impulso sostenido para la industria colombiana, el acuerdo ha arrojado una balanza comercial que se mantiene persistentemente en rojo y ha evidenciado una limitada diversificación de la oferta exportadora de Colombia. Más allá de las cifras macroeconómicas, la evaluación pone de manifiesto la escasez de impactos significativos en la generación de empleo, en la transferencia de tecnología y en la protección efectiva de derechos laborales y ambientales.
Este informe busca aportar una visión crítica, con información oportuna y pertinente, sobre el Acuerdo, con miras a ofrecer insumos para construir un comercio exterior más equilibrado, diversificado y sostenible. A pesar de los pronósticos optimistas de su inicio, el balance del TLC revela una balanza comercial deficitaria constante, acompañada de impactos sociales y empresariales que no han alcanzado las metas planteadas.
El riesgo subyace en la ausencia de iniciativas serias para replantear la falta de beneficios en dimensiones clave como el empleo, la innovación y la protección de derechos, donde el TLC claramente no ha cumplido.
La urgencia de repensar las estrategias que acompañan al acuerdo es palpable, exigiendo iniciativas más audaces y un replanteamiento de fondo ante los déficits recurrentes, el predominio de exportaciones primarias y la insuficiente expansión de manufacturas con valor agregado.
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Fuente: CedeTrabajo