CIRADR+20: Renovando los compromisos globales con una reforma agraria integral y la justicia social

Casi dos décadas después de la primera Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural (CIRADR) en 2006, se están realizando los preparativos para una segunda reunión global — CIRADR+20 — que será organizada por Colombia en febrero de 2026.

La iniciativa, respaldada por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS) de la ONU y el Consejo de la FAO, se considera un paso importante para revitalizar la atención internacional sobre los derechos a la tierra, la reforma agraria y la soberanía alimentaria.

Como lo detallan Nury Martínez, Saúl Vicente Vásquez y Philip Seufert en su  artículo de 2025 en The Journal of Peasant Studies, la primera CIRADR, realizada del 7 al 10 de marzo de 2006 en Porto Alegre, Brasil, reunió a gobiernos de todos los continentes junto con movimientos sociales, pueblos indígenas y comunidades rurales.

Sus temas centrales incluyeron:

  • Políticas que favorezcan el acceso a recursos para poblaciones pobres.
  • Mejora de la planificación y la gestión local de los recursos naturales.
  • Identificación de nuevas oportunidades de desarrollo para comunidades rurales.
  • La necesidad de una reforma agraria basada en la justicia social y la sostenibilidad.
  • La importancia de la soberanía alimentaria para un acceso equitativo a la tierra y a los recursos.

En 2006, mientras los gobiernos se reunían en la CIRADR, los movimientos sociales y organizaciones de pueblos indígenas llevaron a cabo un foro paralelo, llamado “Tierra, Territorio y Dignidad”, para presentar su visión, demandas y propuestas. ( Lea la Declaración del Foro Paralelo de 2006)

La CIRADR de 2006 también representó un hito para la participación democrática en el sistema de la ONU, permitiendo la participación autoorganizada de campesinxs, personas sin tierra, pueblos indígenas, pescadores/as, pastores/as y trabajadorxs rurales. Su declaración final enfatizó que el acceso, uso y control justo de la tierra y los recursos naturales son inseparables de la erradicación del hambre y la realización del desarrollo sostenible.

Sin embargo, como señala el artículo, casi dos décadas después, la desigualdad global y la concentración de tierras solo se han profundizado. La apropiación indebida de tierras, la degradación ambiental y la pobreza rural continúan amenazando los derechos humanos y los sistemas alimentarios en todo el mundo.

En los años posteriores a la CIRADR (2006), los movimientos continuaron defendiendo los derechos de las comunidades rurales. En 2022, en el décimo aniversario de las Directrices sobre Tenencia de la ONU, el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria, del cual forma parte La Vía Campesina, emitió un comunicado. Este destacó los fracasos continuos en la gobernanza de la tierra, la persistente apropiación de tierras y la destrucción de ecosistemas, y pidió una acción internacional renovada para garantizar los derechos de las personas rurales.

Los movimientos sociales insisten en que la próxima CIRADR+20, liderada por Colombia y apoyada por Brasil, debe responder a estos desafíos continuos evaluando y promoviendo la implementación de los compromisos de 2006 y marcos relacionados como las Directrices sobre Tenencia (UN Tenure Guidelines), la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP), la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Campesinxs y Otras Personas Trabajadoras en Áreas Rurales (UNDROP) y la Recomendación General No. 34 del CEDAW.

“La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP, 2007) establece de manera inequívoca que los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que han poseído, ocupado o utilizado tradicionalmente o adquirido de otra forma. Complementando la UNDRIP, la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Campesinxs y Otras Personas Trabajadoras en Áreas Rurales reconoce el derecho a la tierra y otros recursos naturales de las personas rurales que no son indígenas, pero que tienen una dependencia y relación especial con la tierra y los ecosistemas. Además, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) emitió la Recomendación General No. 34 (2016), que reconoce explícitamente la tierra como un derecho humano de las mujeres rurales”.

Los movimientos sociales quieren que CIRADR+20 sirva como una plataforma intergubernamental genuina — una que fortalezca los derechos a la tierra, avance hacia una reforma agraria integral y construya caminos hacia la justicia climática, la soberanía alimentaria y la paz para las comunidades rurales de todo el mundo — en un momento en que el mundo lo necesita desesperadamente.

Este artículo extrae su contenido del documento — “Hacia la Segunda Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural (CIRADR+20): Una oportunidad para avanzar en la realización del derecho a la tierra y los territorios”, de Nury Martínez, Saúl Vicente Vásquez y Philip Seufert,  The Journal of Peasant Studies (24 de septiembre de 2025).

Fuente: La Vía Campesina

Temas: Movimientos campesinos, Tierra, territorio y bienes comunes

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