Caminos del Semiárido brasileño para la gestión de la agrobiodiversidad

- Foto de Paula Cruz.

La región nordeste del territorio brasileño está compuesta por 9 de los 27 estados brasileños, representa 18% del territorio nacional y 27% de la población. Una de las características de esta región es el clima semiárido, con precipitaciones concentradas en pocos meses del año, lo que provoca sequías estacionales. Fue en esta región donde comenzó el proceso colonial brasileño y sus marcas están presentes y son profundas, cruzando nuestra vida cotidiana en la concentración histórica de la tierra, el agua y el poder en manos de las élites dominantes. Al uso político sistemático de los límites naturales de la región para enriquecer y mantener a las oligarquías regionales en el poder se denomina “industria de la sequía”.

Un breve relato de la experiencia de la Articulación del Semiárido Brasileño (ASA)
El Noreste y el Semiárido

La historia de la región está atravesada también por la lógica de la lucha contra la sequía, marcada por la aparición del Departamento Nacional de Lucha contra la Sequía a principios del siglo XX, un periodo de movilización de grandes volúmenes de recursos públicos dedicados a grandes obras, como la construcción de represas, transposiciones y embalses, que mantuvo la concentración del agua en las tierras de los propietarios, permitiendo así la práctica del intercambio de votos por el agua.

La resistencia popular a este proceso también es histórica; la memoria de la región guarda como ejemplos la resistencia campesina de Canudos, a finales del siglo XIX, las comunidades de Caldeirão y Pau de Colher, en los años 30, entre muchas otras. Además de los momentos de conflicto, está la resistencia diaria y continua, tejida en la búsqueda diaria por mejorar las condiciones de vida. Es de estas experiencias de resistencia que surge la Articulación del Semiárido Brasileño (ASA) [4].

Se fundó en 1999 al publicarse la Declaración del Semiárido [5], en que las organizaciones de la sociedad civil denunciaron la invisibilidad del semiárido en el escenario nacional, salvo en momentos críticos de sequía. El documento denunció el hambre y el continuo abandono del Estado, exigiendo las medidas inmediatas necesarias, al mismo tiempo que exigía una política de desarrollo económico adecuada a la realidad de la región mediante medidas continuas.

Naidison Baptista, Antonio Barbosa y Alexandre Pires [6] explican que la sequía es un fenómeno de la naturaleza, mientras que el hambre, la miseria y la muerte resultantes son productos de la acción humana y de las políticas dirigidas a esas regiones y poblaciones (o la ausencia de ellas) [7]. No son, en absoluto, fenómenos naturales. La sequía es política.

En contraste con la política de lucha contra la sequía, ASA estructura sus acciones y programas en la Convivencia con el Semiárido, que incluye la posibilidad de vivir con el medio ambiente, observando la naturaleza, experimentando, innovando e intercambiando saberes y experiencias entre los agricultores y la cultura del almacenaje [8]. Es una invitación a mirar la región a través de sus posibilidades, construyendo así un imaginario propio del Semiárido. Mientras que el Nordeste se ha convertido en el lugar del límite, de la carencia, del hambre y de la pobreza, el Semiárido es el lugar de la posibilidad, de un pueblo creativo y capaz, de una vida digna y de la abundancia.

- Foto: Maitê Maronhas.

ASA tiene más de 3 mil organizaciones —entre sindicatos de trabajadores rurales, asociaciones de agricultores familiares, cooperativas, foros, redes, grupos de jóvenes y mujeres, organizaciones no gubernamentales y otros, y desarrolla sus acciones en los diez estados que conforman la región semiárida [9]. Es sistematizando las experiencias de convivencia que se constituyó el Programa de Capacitación y Movilización Social para la Convivencia con el Semiárido, que a su vez se compone de cuatro programas: el Programa Un Millón de Cisternas (P1MC) [10] en 2003, el Programa Una Tierra y Dos Aguas (P1 + 2) [11] en 2007, el Programa Cisternas en las escuelas [12] en 2009, y el Programa de Manejo de la Agrobiodiversidad de Semillas [13] en 2015.

Para Antonio Barbosa, la ASA es una sociedad civil fortalecida como sujeto de derechos, a partir de las necesidades de la población del campo, que construye e implementa políticas públicas para la convivencia con el Semiárido.

El Brasil ratificó el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA) en 2006, que se incorporó a la legislación brasileña en 2008, con lo que el Estado brasileño se aproximó a su compromiso con la conservación de los recursos fitogenéticos.

Entre 2003 y 2016, durante el gobierno del Partido de los Trabajadores, la sociedad civil organizada experimentó una relación con el Estado brasileño en la que era posible el diálogo para las propuestas de políticas. Fue un periodo de importantes logros con los Programas: Bolsa Familia (2003), Luz para Todos (2003), Adquisición de Alimentos (PAA) (2003), Agua para Todos (2011), el Plan Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (2013), entre otros.

Aunque no es posible profundizar la reflexión sobre los logros de estas políticas, es posible apuntar el resultado más relevante de la sinergia de estos programas, la salida de Brasil del mapa del hambre en 2014. La mejora de las condiciones de vida de la población del semiárido brasileño se ha observado y registrado ampliamente en artículos, revistas, libros y publicaciones de diversa índole.

Aquí tratamos la trayectoria del Programa de Semillas del Semiárido [14]. La ocurrencia de sequías compromete las cosechas, el almacenamiento y la conservación de las semillas. Cuanto más intensa y extensa sea la sequía, mayor será el riesgo de erosión genética de las semillas criollas. Considerando también una larga historia de devaluación del material criollo por la legislación y las políticas públicas, establecemos el escenario actual, que pone en grave riesgo la conservación de las semillas criollas en las fincas [15].

El Programa de Semillas estuvo activo de 2015 a 2019 en todos los estados del Semiárido. Sus principales objetivos son: el rescate, la preservación, la multiplicación y la reserva de semillas criollas, entendiendo por criollas aquellas semillas nativas o adaptadas al medio en que se encuentran y sobre las cuales sus guardianes tienen saberes sobre su manejo, cultivo, acopio, preparación y consumo y la sistematización y valoración de los saberes e innovaciones campesinas [16].

La ejecución del programa en estos cuatro años permitió fortalecer el debate sobre las semillas criollas en la región semiárida y organizar y animar redes estatales de casas o bancos comunitarios de semillas, iniciando o revigorizando la dinámica sobre las semillas criollas y la agrobiodiversidad, en tales estados. Se instalaron unas mil casas y bancos, aumentando la red de casas y bancos de semillas existentes en las comunidades, con la participación directa de 19 mil 500 familias, unas 78 mil personas [17].

Los resultados más relevantes fueron el redescubrimiento y rescate de las semillas criollas conservadas durante generaciones, el resurgimiento del debate sobre las especies y variedades adaptadas, teniendo el “bautismo” de las semillas criollas con nombres regionales una importante metodología de revaloración [18]. Se han identificado cientos de variedades de frijoles, maíz, yuca y otras, que aunque los nombres populares no sean una indicación segura de las variedades, ciertamente indican la permanencia de este cultivar en el medio ambiente, demostrando su adaptación y su proceso de creación, el “acriollamiento” [19]. Otro resultado importante, aún en curso, fue la reactivación del debate sobre las semillas criollas en los estados involucrados, de modo que algunos aprobaron leyes estatales sobre semillas, considerando a las semillas criollas en ellas.

Durante la ejecución del Programa Semillas del Semiárido hubo un acercamiento con la Empresa Brasileña de Investigación Agrícola y de Ganadería, la Embrapa [20]. Desde su nacimiento en 1972, la Embrapa fue y sigue siendo un actor importante en la difusión de la Revolución Verde en el país [21]. Por lo tanto, en muchos momentos esta aproximación ha sido conflictiva y profundamente desafiante.

En 2006, la Embrapa publicó su Marco de Referencia Agroecológica, en el que se formulan directrices para su institucionalización. Actualmente, Embrapa tiene una cartera de proyectos de investigación en Agricultura de base Ecológica y de Innovación Social, que se centra en la agricultura familiar, la agroecología y tecnologías sociales [22]. También tiene un enfoque para la coexistencia con la sequía con líneas compatibles con la agricultura familiar dependiente de la lluvia. Los resultados efectivos son iniciativas basadas en la producción de conocimientos agroecológicos y metodologías de investigación participativa, como los ensayos comparativos con semillas criollas, que han contribuido a la producción de conocimientos científicos sobre el tema. Estas investigaciones han demostrado la calidad de adaptación de estas semillas a las sequías y otras características ambientales, que a menudo resultan ser más adaptadas que las semillas comerciales [23].

Muchas de las demandas identificadas en el Programa Semillas generaron el Proyecto de Agrobiodiversidad del Semiárido, componente del Programa de Innovación Social, financiado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). En ejecución desde julio de 2019, el proyecto opera en los estados de Bahía (BA), Sergipe (SE), Pernambuco (PE), Paraíba (PB) y Piará (PI), con una previsión de más tres años, con el principal objetivo de fortalecer las redes de Casas/Bancos comunitarios de semillas en estos estados.

El proyecto también prevé contratos de almacenamiento de semillas en los Bancos de Germoplasma de Embrapa (BAGs), que sólo permiten la reserva del material, pero no autorizan el acceso a éste o su uso en la investigación. Esta acción es sumamente importante debido al riesgo de erosión genética causado por las sequías, y al riesgo inminente de contaminación de las variedades criollas por genes transgénicos, especialmente para el maíz.

Mas allá de los contratos, se promueven el acceso de los agricultores a los BAG para repatriar variedades recogidas y conservadas, en algunos casos hasta treinta años. Tan importante como el acceso puntual promovido por el proyecto es la creación de vías formales para que las organizaciones de la sociedad civil puedan buscar este acceso en cualquier otro momento.

La Agrobiodiversidad del Semiárido es el resultado de la primera asociación entre ASA y Embrapa, fruto de un intenso debate sobre la necesidad de que el Estado garantice proyectos de investigación y extensión desarrollados en diálogo con la agricultura campesina y no sólo centrados en la agricultura empresarial. Guiada por los principios agroecológicos, esta asociación intenta garantizar el derecho de los pueblos de la región semiárida a la conservación de su agrobiodiversidad, uniendo el conocimiento científico con el conocimiento popular, con vistas a la convivencia con el semiárido y a la soberanía alimentaria.

Notas: 

[1] Maitê Edite Sousa Maronhas, estudiante de maestría en Ciencias Ambientales Especialista en género, desarrollo y políticas públicas. Ingeniera agrícola y ambiental. Asesora del proyecto de agrobiodiversidad en el semiárido; ocupó el puesto de asesora en el Programa de Semillas del Semiárido y en el P1+2.

[2] Nara Nara Pinilla, maestra en Extensión Rural, periodista, ocupó el cargo de asesora del Proyecto de Agrobiodiversidad del Semiárido y en el P1+2.

[3] Juliana Lins Lira, asesora del Proyecto de Agrobiodiversidad del Semiárido, ocupó el puesto de asesora en el Programa de Semillas del Semiárido y en el P1+.

[4] Ver: https://asabrasil.org.br/. ASA también es parte del Grupo de Trabajo Biodiversidad de la Articulación Nacional de Agroecología (ANA) que establece una crítica a las formas de apropiación de la biodiversidad silvestre y cultivada y de los saberes tradicionales por normas de propiedad intelectual. Lucha por construir los derechos de los agricultores y pueblos tradicionales al libre uso de los bienes comunes por elles gestionados. https://agroecologia.org.br/

[5] Ver: https://www.asabrasil.org.br/images/UserFiles/File/DECLARACAO_DO_SEMI-ARIDO.pdf

[6] Los autores son respectivamente: el coordinador ejecutivo de la ASA en Bahía, el coordinador de los programas P1+2 y del programa Semillas del Semiárido y el coordinador ejecutivo de ASA en Pernambuco.

[7] Complemento de las autoras.

[8] La reserva o almacenamiento de agua, semillas, forraje y alimentos.

[9] Parte del estado de Minas Gerais, situado en la región Sudeste del país, compone el Semiárido brasileño.

[10] Ver: https://asabrasil.org.br/acoes/p1mc

[11] Ver: https://asabrasil.org.br/acoes/p1-2

[12] Ver: https://asabrasil.org.br/acoes/cisternas-nas-escolas

[13] Ver: https://asabrasil.org.br/acoes/sementes-do-semiarido

[14] La trayectoria del trabajo con las semillas retoma el trabajo de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) en los años 70 en los estados de Alagoas y Ceará y de la Red de Intercambio de Semillas (RIS) en Paraíba, Piauí, Pernambuco, Minas Gerais y Ceará en los años 90. El camino de rescate y conservación de las semillas criollas es previo a la propia ASA, un elemento importante a registrar.

[15] Para más información sobre conservación en finca ver en: https://www.mma.gov.br/biodiversidade/conservacao-e-promocao-do-uso-da-diversidade-genetica/agrobiodiversidade/conserva%C3%A7%C3%A3o-in-situ,-ex-situ-e-on-farm

[16] La Ley núm. 13123 del 20 de mayo de 2015, conocida como la Ley de Biodiversidad, define en su artículo 2 los conocimientos tradicionales asociados como la información o la práctica de la población indígena, la comunidad tradicional o el agricultor tradicional sobre las propiedades o los usos directos o indirectos asociados al patrimonio genético.

[17] Las casas o bancos comunitarios de semillas son espacios de vigilancia colectiva, bajo la gestión de las propias comunidades, con lo que se pone fin a los riesgos de retrasos en el acceso a las semillas, que en el Semiárido, región de lluvias restringidas en el tiempo y variables en el espacio, es de suma importancia para la seguridad alimentaria y nutricional.

[18] Semillas de la abundancia Piará, semillas de la vida Ceará, semillas de la tradición, Rio Grande do Norte, semillas de la pasión Paraíba, semillas del compartir Pernambuco, semillas de la libertad en Sergipe, semillas de la resistencia en Alagoas, semillas de la tierra en Bahía, semillas del pueblo, Minas Gerais.

[19] El “acriollamiento” ocurre cuando una variedad, como resultado de la mejora, pasa por el proceso de selección y plantación por parte de los agricultores durante diez ciclos, y adquiere así características que la hacen más adaptada a ese entorno. Se recuperan los saberes de quienes la cultivan en cuanto a sus rasgos y su manejo.

[20] Embrapa es una empresa pública vinculada al Ministerio de la Agricultura y Ganadería (MAPA).

[21] La relación entre la ASA, las organizaciones que la componen y Embrapa es anterior, pero señalamos que en este periodo se han producido nuevos planteamientos y se han intensificado y fortalecido los ya existentes.

[22] Ver: https://ainfo.cnptia.embrapa.br/digital/bitstream/item/66727/1/Marco-referencial.pdf

[23] Un ejemplo: http://www.cpatc.embrapa.br/publicacoes_2012/doc_179.pdf

Bibliografía:

- Antonio Gomes Barbosa, Acesso à água é uma questão de direito. Sitio Ecodebate, 2009.

- Antonio Gomes Barbosa, ASA, Sociedade civil na construção de políticas públicas para a convivência com o Semiárido, 2012.

- Naidison de Quintella Baptista; Antonio Gomes Barbosa, Alexandre Henrique Bezerra Pires, “O desafio da convivência: a estiagem e a seca em um novo contexto do semiárido brasileiro. in A estiagem e a seca em um novo contexto do Semiárido brasileiro”.. Le Monde Diplomatique Brasil, Edição 69, 2013

- Decreto núm. 9456 de Brasil, del 25 de abril de 1997. Establece la Ley de Protección de Cultivares, Brasilia, DF

- Decreto núm. 10.711, de Brasil del 5 de agosto de 2003. Dispone sobre el Sistema Nacional de Semillas y Mudas, Brasília, DF.

- Ley núm. 13123, de Brasil de 20 de mayo de 2015. Dispone sobre el acceso al patrimonio genético, sobre la protección y el acceso a los conocimientos tradicionales asociados y sobre la distribución de los beneficios para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica, Brasilia, DF, agosto de 2003.

- Brasil. Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos Para Alimentação E Agricultura (TIRFAA). 2018.

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Fuente: Biodiversidad, sustento y culturas #105

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Biodiversidad agrícola, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Semillas

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