Cénit del petróleo y el calentamiento global

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"Lo que esto significa para el ambiente es que ninguno de los pronósticos de “peak oil” nos salva del peor escenario del calentamiento global. Independientemente de que estemos de acuerdo o en desacuerdo sobre el tiempo preciso del cénit del petróleo, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por cambiar el curso de la economía global, o enfrentar una catástrofe planetaria."

El cénit del petróleo, conocido en inglés como “peak oil” o “Hubbert’s Peak”, es uno de los temas calientes de esta década. Según esta tesis, propuesta en 1956 por un geólogo de la compañía Shell llamado Marion King Hubbert (1903-1989) en su ahora famosa representación gráfica, en un punto en nuestro futuro habrá una insuficiencia de petróleo debido a que la oferta de este recurso no renovable inevitablemente va a bajar y dejará de satisfacer la creciente demanda. ¿Está ese terrible y fatídico momento en nuestro futuro? ¿O acaso estamos en estos momentos en el tope de la curva de Hubbert?

En enero de 2008 publiqué una columna de opinión en El Nuevo Día en la cual puse en duda que estemos cerca del cénit petrolero y argumenté que, desafortunadamente para la ecología global, en este planeta quedan combustibles fósiles para rato (2). Una versión en inglés de la columna, disponible en internet, fue sindicada por el Instituto Oakland y la agencia noticiosa Interpress Service (2) . Recibí varias críticas, al efecto de que yo no entendía realmente el concepto de “peak oil” y que el agotamiento del petróleo sí estaba a la vuelta de la esquina.

Entre 2005 y 2009 el polémico escritor ambiental inglés George Monbiot advirtió en sus columnas para el diario The Guardian que el desastroso descenso de las reservas petroleras era inminente (3). Pero en una columna publicada el pasado dos de julio, Monbiot dio media vuelta y se unió a mi bando. Nos anunció que había estado equivocado (“We were wrong on peak oil”) y que hay en este mundo “suficiente (petróleo) para freírnos a todos” porque datos recientes nos obligan a posponer la fecha del cénit petrolero (4). Dos días después Jeremy Leggett, ex-líder de Greenpeace convertido en eco-empresario de energía solar, le replicó a Monbiot, argumentando que nos encontramos actualmente en el punto alto de la curva de producción de petróleo y que la caída viene más tarde esta década. (7)

La tesis básica de Hubbert no está en disputa. El verdadero desacuerdo entre los proponentes del “peak oil” y los “escépticos” es en torno a cuánto tiempo nos queda.

Llegar a la cúspide de la curva de Hubbert no significa que la economía mundial “por necesidad” abrazará el decrecimiento, la conservación y la energía renovable. Tal creencia se basa en una fe ciega en el neoliberalismo- que si el gobierno y los activistas sólo dejaran de interferir con la economía, las leyes “naturales” de oferta y demanda obrarán su magia y nos llevarán sin dolor o fricción social a un futuro utópico de energía solar y economía sustentable- el escenario idílico de la novela de ciencia ficción Ecotopia de Ernest Callenbach (6). Pero la economía y la política son un tanto más complejas de lo que aparentan ser en los libros del economista Milton Friedman, gurú del libre mercado

Si no hay intervención por parte del estado o del activismo ambiental, la civilización industrial no va a repensar su adicción al oro negro, de la misma manera que no hay manera de convencer a un tiburón a que se haga vegetariano. “Peak oil” significa que la búsqueda de petróleo y otros combustibles fósiles será más soez, violenta y desesperada. Es igual que con los drogadictos- cuando la oferta de droga se reduce no dejan la droga, sino que se ponen más violentos y desesperados. Ya en 1980 el ecologista Jeremy Rifkin estaba comparando el afán de petróleo de Estados Unidos a la drogadicción en su libro “Entropy”. (7)

Y si esperan que alguna izquierda ecológica latinoamericana venga al rescate del planeta, piénsenlo de nuevo. En Latinoamérica los gobiernos bolivarianos son tan amantes de los combustibles fósiles como cualquier capitalista (8). Bajo el gobierno del presidente Evo Morales, Bolivia no es menos dependiente de las exportaciones de petróleo y gas natural que bajo sus predecesores. En Ecuador el presidente Rafael Correa se dispone a subastar tierras de la selva amazónica en las provincias de Pestaza y Morona Santiago a transnacionales petroleras, a pesar de la protesta airada de ecologistas y pueblos indígenas que ahí residen (9). Y bajo el liderato del Partido de los Trabajadores en Brasil, Petrobrás, la compañía nacional petrolera, se ha convertido en una de las mayores corporaciones del mundo (10). Petrobrás actualmente excava petróleo de los vastos yacimientos Pre-sal en el Atlántico (11), en aguas más profundas y peligrosas que donde ocurrió el trágico desastre de Deepwater Horizon en 2010.

Lo que esto significa para el ambiente es que ninguno de los pronósticos de “peak oil” nos salva del peor escenario del calentamiento global. Independientemente de que estemos de acuerdo o en desacuerdo sobre el tiempo preciso del cénit del petróleo, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por cambiar el curso de la economía global, o enfrentar una catástrofe planetaria. Las luchas locales contra las operaciones de extracción de combustibles fósiles, como la minería de carbón mediante la demolición de topes de montañas, la extracción de gas natural por vía del mentado “fracking”, la extracción de arenas de brea y “shale oil” en Canadá y la explotación petrolera de la Amazonía boliviana y ecuatoriana, son nuestra mejor apuesta.

Ruiz Marrero es autor, periodista y educador ambiental residente de Río Piedras.

Para más información: ver aquí.

NOTAS:

1) Carmelo Ruiz Marrero “¿Se acaba el petróleo?” El Nuevo Día, 9 de enero de 2008, página 67.

3) Carmelo Ruiz Marrero “Oil peak, A crude ruse?” 27 de enero 2008 ver aquí.

4) Ver aquí.

5) George Monbiot. “We were wrong about peak oil: there’s enough in the ground to deep-fry the planet” The Guardian, 2 de julio 2012. Ver aquí.

6) Jeremy Leggett. “Monbiot says he was wrong on peak oil but the crisis is undeniable” The Guardian, 4 de julio 2012. Ver aquí.

7) Considerado un clásico de la literatura ecologista estadounidense, Ecotopia fue publicada en 1975. Ver aquí.

Callenbach falleció el pasado mes de abril ver aquí.

8) Ver aquí.

9) Esto yo lo llevo diciendo desde hace años. Carmelo Ruiz Marrero. “Gobiernos progresistas siguen apostando al extractivismo” Monitor de Energía y Ambiente de América Latina, 17 de octubre 2010. Ver aquí. “El Nuevo progresismo latinoamericano y el extractivismo del siglo XXI” CIP Americas Policy Program, 31 de enero 2011, ver aquí.

10) Bill Weinberg. “Ecuador: indigenous protests as oil blocs sold” World War 4 Report, 3 de diciembre 2012, ver aquí.

11) Forbes calcula que es la décima compañía del mundo y que su valor capital es de $180 mil millones. Ver aquí.

12) Carmelo Ruiz Marrero. “Petrobras, el gigante del futuro” ver aquí.

Fuente: 80grados

Temas: Petróleo

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