El Amazonas podría enfrentarse a una sequía sin precedentes

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La circulación meridional del Atlántico es uno de los principales motores del clima terrestre. Su debilitamiento puede provocar lluvias irregulares y afectar drásticamente a ecosistemas como la selva amazónica.

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications alerta sobre la estabilidad de la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), considerada uno de los principales impulsores del clima terrestre. La AMOC actúa como una "banda transportadora oceánica", distribuyendo calor y nutrientes entre el Atlántico Sur y el Atlántico Norte, regulando así el clima global.

Los investigadores revelan que, a lo largo de los últimos 6.500 años, este sistema se ha mantenido sorprendentemente estable, tras períodos de oscilación al comienzo del Holoceno. Sin embargo, esta estabilidad está ahora en peligro. La combinación de datos de campo y simulaciones con modelos climáticos avanzados sugiere que la acción humana podría estar provocando un debilitamiento sin precedentes en la historia reciente de la Tierra.

Uno de los impactos más preocupantes recaería sobre la región norte de la selva amazónica, precisamente la parte mejor conservada del bioma. El estudio prevé una drástica disminución de las lluvias en esta zona, lo que amenaza su biodiversidad y equilibrio ecológico.

Evidencia sedimentaria y modelización de vanguardia

La investigación fue realizada por un equipo internacional formado por científicos de Brasil, Alemania y Suiza. Utilizando muestras de sedimentos marinos recogidas en el Atlántico Norte, los investigadores analizaron isótopos radiactivos de torio-230 y protactinio-231 para reconstruir la intensidad de la AMOC durante los últimos 12 000 años.

Según el profesor Cristiano Mazur Chiessi, de la Universidad de São Paulo (EACH-USP), estos elementos radiactivos funcionan como indicadores indirectos ("proxies") de la circulación oceánica. Cuando hay más protactinio en relación con el torio en los sedimentos, esto indica un debilitamiento de la AMOC. Mediante un modelo climático desarrollado en la Universidad de Berna, los datos se convirtieron en medidas cuantitativas de circulación, en unidades llamadas Sverdrups (Sv), cada una equivalente a mil millones de litros por segundo.

Los resultados indican que, tras el fin de la última glaciación, la AMOC tardó unos 2000 años en recuperarse y se estabilizó en torno a 18 Sv hace aproximadamente 6500 años. Desde entonces, se ha mantenido relativamente constante, hasta la actualidad.

Impactos y riesgos globales para la Amazonía

Sin embargo, la proyección para el futuro es alarmante. Se espera que el debilitamiento de la AMOC altere profundamente los patrones de precipitación en la franja tropical, afectando a Sudamérica y África, así como a los monzones en la India y el Sudeste Asiático. En el caso de la Amazonia, las lluvias ecuatoriales tenderán a desplazarse hacia el sur, desecando la región norte del bioma.

Según el investigador, esta es la parte más preservada del bosque, poco afectada por la deforestación y los incendios, lo que agrava aún más la situación. "Este cambio climático podría imponer una nueva y dramática vulnerabilidad precisamente en la región que servía de refugio a la biodiversidad", advierte.

Un estudio anterior, también con participación de Chiessi, ya había demostrado que debilitamientos anteriores de la AMOC contribuyeron a la sustitución de bosques húmedos por vegetación estacional en el norte de la Amazonia, un escenario que ahora podría repetirse con efectos agravados.

Punto de no retorno y urgencia global

Los científicos advierten que la desaceleración de la AMOC podría marcar un punto de inflexión para el sistema climático global. Si bien el monitoreo directo comenzó en 2004 (tiempo insuficiente para confirmar las tendencias), la evidencia apunta a una clara amenaza.

Fuente: Noticias Ambientales

Temas: Crisis climática

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