El clima y la biodiversidad en caída libre. Cómo las políticas erradas aceleran la policrisis
El cambio climático está afectando la biodiversidad de múltiples maneras, mientras que la pérdida de biodiversidad, a su vez, está afectando al clima. Este informe explica cómo estas crisis están intrínsecamente vinculadas y cómo se agravan mutuamente. También examina cómo varias políticas climáticas inadecuadas, como las plantaciones de árboles, los agrocombustibles y las compensaciones de emisiones, son en realidad «falsas soluciones» que socavan la protección de la biodiversidad.

1- Los impactos del cambio climático en la biodiversidad
A medida que las temperaturas mundiales aumentan debido al cambio climático, corremos el riesgo de sufrir pérdidas de biodiversidad catastróficas. Hábitats enteros pueden sufrir cambios bruscos cuando las especies de un ecosistema determinado enfrentan condiciones climáticas inadecuadas o pierden acceso a otras especies con las que interactúan. Algunos estudios predicen que los eventos de exposición abrupta podrían comenzar antes del año 2030 en los océanos tropicales y propagarse a los bosques tropicales y latitudes más altas antes de 2050, afectando a los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos.
Este capítulo detalla los mecanismos específicos a través de los cuales la emergencia climática afecta a los hábitats y altera el equilibrio ecosistémico natural de las especies.
2- Los impactos de la pérdida de biodiversidad en el clima
La emergencia climática claramente está afectando gravemente a la biodiversidad por doquier en el mundo, pero no se le ha prestado mucha atención al otro lado de la ecuación. ¿Y qué hay del papel que juega la pérdida de la biodiversidad en el cambio climático?
3- Proyectos y políticas climáticas que repercuten en la pérdida de biodiversidad
Plantar árboles y sembrar plantaciones de monocultivos de árboles: Plantar árboles y forestar gozan de popularidad como supuestas ‘soluciones’ al cambio climático. Empresas como Veritree prometen plantar árboles para otras empresas por cada producto vendido. El Foro Económico Mundial ha puesto en marcha una de las tres iniciativas actuales de “Un billón de árboles”.
Compensación de emisiones de carbono: A medida que los gobiernos se apresuran a elaborar planes para cumplir sus compromisos en el marco del Acuerdo de París, muchos hacen promesas de reducción de sus emisiones a ‘cero neto’. En lugar de eliminar progresivamente la quema de combustibles fósiles, tienen pensado seguir liberando cantidades sustanciales de carbono fósil. Casi todos los gobiernos que han hecho promesas de reducción de las emisiones a ‘cero neto’ pretenden, al menos en parte, compensar cantidades significativas de emisiones mediante la remoción y captura de carbono atmosférico (temporalmente) en sumideros de carbono naturales, principalmente bosques y plantaciones de árboles. La suma de los planes de compensación climática de los gobiernos requerirá por sí solos que se dediquen aproximadamente 1200 millones de hectáreas de tierras a la remoción de carbono como parte de sus esfuerzos de mitigación climática.
Soluciones basadas en la naturaleza: El concepto de ‘soluciones basadas en la naturaleza’ (SBN) se presentó por primera vez en un artículo científico titulado Natural Climate Solutions (Soluciones climáticas basadas en la naturaleza), publicado por Griscom et al. en 2017. En él se establecía una estimación del potencial de mitigación de los sumideros de carbono terrestres y se afirmaba que las ‘soluciones climáticas naturales’ podrían reducir las emisiones en un tercio para el año 2030. Sin embargo, la ciencia en que se asientan las afirmaciones de ese informe es cuestionable. Hoy, a mitad de camino hacia 2030, varias premisas clave del informe no se han confirmado.
La biodiversidad como compensación del clima: La influencia del informe Griscom se extendió más allá de la Convención de la ONU sobre el clima. Incluso en el CDB, que debería ocuparse de los impactos en la biodiversidad provocados por el cambio climático y las políticas climáticas, el enfoque se ha tornado crecientemente centrado en el clima. El borrador cero del MMB establecía en su meta climática el objetivo de contribuir con el 30% de las reducciones de emisiones requeridas por el Acuerdo de París, mientras que el borrador hacía referencia a “contribuir con al menos 10 Gt de CO₂-e al año a los esfuerzos globales de mitigación”.
Geoingeniería: La geoingeniería implica manipular el sistema climático del planeta para intentar reducir ya sea la cantidad de CO₂ en la atmósfera o sus efectos de calentamiento. Existen muchas reservas y preocupaciones acerca de la viabilidad, los impactos negativos y las consecuencias no intencionales (e incontrolables) de la geoingeniería. Todas las formas de geoingeniería suponen graves riesgos para la biodiversidad. Los impactos varían según el método, pero algunas amenazas son comunes independientemente del método específico. Si la geoingeniería lograra enfriar el planeta exitosamente, eso podría ocurrir a una velocidad mayor que el calentamiento actual, exigiéndole a las especies adaptarse rápidamente a las temperaturas más frías. Este cambio acelerado podría exacerbar problemas como la alteración de los equilibrios de los ecosistemas, la deslocalización de especies y el efecto isla. Podría ser catastrófico para muchos ecosistemas y especies, ya que eso excedería su capacidad de adaptación y aumentaría su riesgo de extinción, especialmente en el caso de especies con áreas de distribución limitadas o hábitats especializados. Por consiguiente, los efectos negativos colaterales de la geoingeniería probablemente también perdurarían indefinidamente.
Bioenergía: La bioenergía se produce cultivando biomasa o capturando biogás, por lo general a gran escala, y quemándolos para generar energía. Las aplicaciones más comunes de la bioenergía son la combustión de pellets de madera en usinas de energía eléctrica y en hogares particulares para la calefacción, y el uso de agrodiesel y agroetanol como combustibles para automóviles.
Impactos sociales: Los impactos de la crisis de la biodiversidad y el clima afectan fuertemente a los Pueblos Indígenas y comunidades locales (PICL) y a la gente en situación de pobreza y marginada socavando sus medios de sustento, poniendo en riesgo su soberanía alimentaria y empeorando sus condiciones de vida generales. Los impactos, que varían geográficamente y pueden ser muy particulares para determinados grupos indígenas, no suelen tenerse en cuenta en los estudios a nivel mundial.

4- Políticas de las Naciones Unidas
Aunque la crisis del clima y la crisis de la biodiversidad tienen cada una su propio tratado de la ONU –la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)—la atención que se le ha prestado a los vínculos que existen entre estas dos crisis es muy poca. Si bien esa conexión suele establecerse a nivel discursivo, las políticas reales carecen generalmente de una visión sistémica que aborde el clima y la biodiversidad de manera simultánea.

5- Soluciones verdaderas
Las crisis del clima y la biodiversidad están profundamente interrelacionadas y hay que enfrentarlas de manera conjunta. Además, es crucial que se establezcan conexiones con otros desafíos urgentes, como la nociva sobreproducción del agronegocio, que perjudica a los ecosistemas y perpetúa el hambre, así como el problema más general de la desigualdad a nivel mundial. Por esta razón, es imperativo que cada solución propuesta se evalúe cuidadosamente en función de sus impactos en todas estas crisis. Cualquier solución que afecte negativamente a otra crisis es, en última instancia, una falsa solución.

Conclusiones
El círculo vicioso entre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad es dañino y peligroso. El cambio climático afecta negativamente a la biodiversidad de varias maneras. Por ejemplo, los ecosistemas pierden su equilibrio a medida que las diferentes especies responden y se adaptan al cambio climático de diversas formas y a distintos ritmos. Las plagas proliferan y destruyen ecosistemas enteros, mientras que la acidificación de los océanos amenaza los arrecifes de corales y las tantas especies que dependen de ellos.
Al mismo tiempo, la pérdida de biodiversidad desestabiliza aún más el clima. Como la vida en la Tierra contiene cantidades significativas de carbono, la pérdida de biodiversidad también implica la pérdida de importante reservas de carbono. La pérdida de biodiversidad reducirá aún más el almacenamiento de carbono en los ecosistemas, y nos estamos aproximando rápidamente a puntos de inflexión sin retorno como el marchitar de la Amazonía, cuando los bosques pueden dejar de ser sumideros de carbono para convertirse en fuentes de emisión de carbono.
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