El confinamiento del espacio local a las directrices del mercado mundial, por Lucía Gallardo

"La mundialización del capital, las mercancías y la tecnología tiene como una de sus bases o pilares principales la re-primarización de las actividades productivas y el control del espacio y conocimientos locales. Pese al auge de las nuevas biotecnologías, las innovaciones tecnológicas continúan dependiendo de la contribución de los recursos y conocimientos de los países y Pueblos de la periferia"

INTRODUCCIÓN

Cuando en 1987 el Informe Bruntdland, conocido también como “Nuestro Futuro Común” lanzó al mundo la noción de “desarrollo sostenible”, pocos pensamos que la visión tecnócrata de conservación había de sentar tantas raíces en los países ricos en biodiversidad. Años más tarde la Convención de Río de Janeiro promovió la noción de corporativismo de la gestión ambienta. Desde entonces, los mecanismos de conservación de la Naturaleza han incorporado los intereses directos de los sectores de servicios, inversiones y propiedad intelectual en las estrategias globales de conservación de la biodiversidad.

Esta tendencia mundial finalmente se concretó en el 2003 durante Johannesburgo, donde el discurso de conservación de la biodiversidad se conviertió en el marco ideológico a través del cual el Norte y sus transnacionales el control de los recursos de los países de la periferia. Las actuales políticas globales de conservación parten de la mercantilización de la vida en sus distintas expresiones y han limitado los márgenes del ejercicio de soberanía nacional, así como el control del germoplasma a nivel local. Por ello, la conservación de la biodiversidad opera en la esfera comercial y en el ámbito privado. Merece entonces que hagamos un breve repaso de estas nuevas estrategias globales de mercantilización de la Naturaleza, que actúan a escala local y que suponen nuevas formas de re-primarización del trabajo productivo, de apropiación de los saberes y recursos locales y de subordinación de la Naturaleza al lenguaje del capital.

1. DEL DISCURSO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE A LA VENTA DE BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES

Con la implementación del Convenio de Diversidad Biológica (C.D.B) se abrió un gran mercado de venta de servicios ambientales y de valoración y comercialización de recursos biológicos. Los servicios ambientales son un concepto creado por la Economía Ambiental, que ha convertido a las funciones ambientales propias de un ecosistema en servicios transables en el mercado nacional o internacional.

La propuesta de servicios ambientales crea mercados alrededor de los ecosistemas y sus funciones ambientales. En este modelo, los campesinos, indígenas y comunidades locales se convierten en posibles ofertantes o proveedores de servicios ambientales, los cuales, pueden vender su “derechos de comercialización” a terceros, o a su vez, convertirse en titulares de un derecho, luego de un proceso de selección. Esta titulación se la realiza a través de títulos valores o bonos, que pueden ser vendidos a posibles clientes. A su vez, las empresas nacionales y transnacionales se convierten en demandantes de estos servicios. Esta estrategia esta acompañada por la privatización de las áreas protegidas, la compra de derechos de venta de servicios ambientales, la oferta en el mercado nacional e internacioanal a través del sistema de bonos (Bonos de carbono, bonos de biodiversidad, bonos para generación de agua, bono para la conservación del suelo).

Con la propuesta de bienes y servicios ambientales, la economía ambiental ha dado el marco para permitir que la Naturaleza sea “funcionalizada” para lograr determinadas metas económicas, profundizando el modelo de dependencia tecnológica y pretendiendo indiscutible el actual modelo de desarrollo, que lejos de brindar oportunidades para el control de nuestros recursos, saberes y conocimientos ha profundizado las inequidades entre y dentro de cada uno de los países y regiones.

Los servicios ambientales se basan en la valoración económica de la biodiversidad, en este cálculo económico los criterios cualitativos y diversos procesos –inconmensurables- de orden ecológico, tecnológico, cultural y social, no son tomados en consideración, mucho menos es aceptado que los denominados (o pretendidos) procesos de “internalización de los impactos negativos del crecimiento económico”, no resuelven los problemas socio-ambientales derivados de los problemas ecológicos distributivos. Al contrario, los servicios ambientales se basan en la rentabilidad y en la acumulación del capital como único parámetro para la conservación. De esta forma, asignándole un valor –precio- a la Naturaleza, se presentan como la panacea para la conservación, escondiendo las verdaderas causas del deterioro ambiental.

Además, los servicios ambientales lejos de crear las condiciones para el empoderamiento local que permita hecer frente a los problemas asociados a la pérdida de biodiversidad, someten la voluntad colectiva al servicio del capital transnacional, generan pobreza, dependencia y mayor injusticia social. Esta estrategia deconoce que la Naturaleza, además de ser una fuente de producción es la matriz generadora de vida y cultura y, es además el sopoerte de la soberanía alimentaria de los pueblos.

Frente a los servicios ambientales es importante reconocer que el proceso de creación de riqueza implica un intercambio transformativo entre los seres humanos y el mundo natural del cual forman parte, por lo tanto, el tema del control social del espacio local no puede diluirse tras el discurso de los servicios ambientales. También es necesario reconocer que en principio la Naturaleza es incuantificable, pues a pesar de haber desarrollado mecanismos para asignarle precios, estos precios no podrán reflejar los valores inconmesurables de la misma. Unicamente la capacidad de control social y decisión serán las que podrán crear las condiciones para que las sociedades locales se reapropiarse del conocimiento y broten las bases para la soberanía alimentaria, energética y la definición de las prioridades de desarrollo endógeno.

2. DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL A LOS BIENES PUBLICOS GLOBALES

Junto a la propiedad intelectual, que se convirtió en la herramienta de apropiación monopólica de la Naturaleza sobre la base de la comercialización de la vida y la invisibilización de los conocimientos locales, emerge silenciosamente la peligrosa concepción de los Bienes Públicos Globales (BPG), que dan origen a las asociaciones público-privada o modelo Parnership. Son considerados como BPG, aquellos que comparten las siguientes características: - No rivalidad (que el consumo de este bien por un individuo no evite su consumo por otro) y; - no exclusión (que nadie puede ser excluido del consumo de este bien).

El modelo de los BPG nos coloca de cara a la implementación de una estrategia combinada entre lo público y lo privado, a través de la cual, los Estados se convierten en gobiernos donantes, y de este modo subsidian a las empresas transnacionales en la provisión de BPG, que por el poco interés en su producción o conservación, son considerados escasos.

• El caso de las enfermedades no rentables
En materia de salud, el VIH/SIDA, tuberculosis y la malaria reciben mínima atención de parte de las transnacionales pues no son enfermedades rentables. Bajo la premisa de que “los pobres no pueden pagar”, muchas otras enfermedades como la lesishmaniasis (enfermedad endémica en los países del sur, provocada por un protozoario) o la “enfermedad del sueño”, son enfermedades literalmente “olvidadas”, es decir, simplemente no se investiga sobre las mismas. Esta situación ha provocado una escasez en investigación y desarrollo (I+D) para obtener nuevos fármacos.

La mayor parte de los países de la periferia, ya sea por la falta de I+D, o por los precios inaccesibles de los medicamentos patentados, vive al márgen de cualquier beneficio real o potencial que se genere en la industria transnacional. Para la I+D para el VIH/SIDA y la provisión de ciertos medicamentos patentados bajo la modalidad de “precios preferenciales”, se ha propuesto una alianza entre el Programa de Naciones Unidas ONUSIDA y la Iniciativa de Acceso Acelerado (IAA), que cuenta con la participación de las farmacéuticas GlaxoSmithKline, Merck Sharp& Co, Boehringer Ingelheim, Bristol Myers Squibb y Roche, y Abbott, para la provisión de medicamentos para el VIH/SIDA a los países de la periferia. A través de este modelo, los gobiernos donantes del programa aportan económicamente a la investigación y desarrollo de nuevas terapias antiretrovíricas y, las transnacionales farmacéuticas, luego de patentar ciertos descubrimientos -basados en investigación pública-, colocan sus medicamentos patentados en los mercados de países de la periferia, evitando a través del Acuerdo de propiedad intelectual relacionado con el Comercio (ADPIC), la libre competencia de versiones genéricas de los mismos.

Como vemos, la relación entre el sistema de propiedad intelectual y el sistema de BPG es perversa. A través del primero, se ha limitado las oportunidades de acceso y desarrollo de nuevos medicamentos, se han privatizado los saberes, recursos y conocimientos a través de la adaptación artificial de la Naturaleza a los criterios de patentabilidad. A través del segundo modelo, se accede y se apropia legal pero ilegítimamente de la investigación, recursos y conocimientos cuya producción, conservación y disponibilidad futura, ha dependido de la existencia de un marco colectivo o público de producción del conocimiento y no del control privado del mismo. De tal forma que el sistema de BPG lejos de contradecir a la propiedad intelectual, la complementa, abriendo un círculo vicioso entre producción pública y apropiación privada.

La igualdad de lo desigual

La concepción de los BPG parte del supuesto de que la escasez de la producción o provisión de los mismos, es de responsabilidad compartida entre los países del Centro y los de la Periferia. De esta forma el modelo BPG pretende hacer invisible las relaciones inequitativas de acceso a los recursos naturales, que han operado históricamente a favor de la consolidación del actual modelo de desarrollo. Modelo de desarrollo que se ha sustentado en el acceso irracional a la Naturaleza y en la profundización de las injusticias sociales. Por lo tanto, el sistema de los BPG no cuestionan, la responsabilidad de los países del Centro y de las transnacionales en la erosión de la biodiversidad, deja en entredicho la soberanía de los países sobre sus recursos y desconoce los procesos de autonomía local sobre los conocimientos que se han generado colectivamente.

Por otro lado, las iniciativas de asociación público-privadas (parnerships) emulan el modelo de provisión óptima de BPG, como el agua, la salud, energía, educación. Este modelo ha logrado matizar los conflictos detrás del control de los recursos y coloca a las transnacionales en el monopolio y control de los mismos obteniendo de los estados, actores sociales y demás una fuerte dependencia económica y política. Las transnacionales farmacéuticas y agroindustriales o petroleras operan por un lado, a través de un sistema multilateral inequitativo que reconoce sus descubrimientos como innovaciones (propiedad intelectual) y controlan la provisión, orientación y fines de la producción de ciertas medicinas evitando la competencia de productos genéricos y acaparando para sí mismas todo el mercado (BPG).

3. DE LOS MARCOS NACIONALES DE ACCESO A LOS RECURSOS GENETICOS A LAS DIRECTRICES DE BONN.

Muchos pensaban que con el reconocimiento de la soberanía de los estados sobre sus recursos genéticos, los países ricos en diversidad biológica, genética y cultural tendrían la posibilidad de establece un marco legal acorde a sus intereses endógenos. Y si fuera el caso, establecer reglas estrictas de protección a la biodiversidad, que tengan como fin último, no el facilitar el acceso a los recursos, sino el de conservarlos los para las generaciones futuras.

La soberanía de los estados sobre sus recursos que en principio pudo entenderse como una potencialidad, ha sido desplazada por el establecimiento de estrategias funcionales a la tendencia privatizadora de la biodiversidad. Un claro ejemplo es la propuesta realizada en febrero del 2002, por el Grupo de Países Megadiversos (GPMA). Este grupo conformado por 12 países megadiversos, -que juntos podrían albergar el 70 por ciento de todas las especies del planeta- firmaron “La Declaración de Cancún”; a través de la cual, se acordó formar este grupo para convertirlo en una especie de cártel de biodiversidad y conseguir mejores condiciones para la comercialización de sus recursos con las transnacionales biotecnológicas. El GPMA buscaría impulsar, entre otras propuestas, un régimen internacional de acceso a los recursos genéticos para promover la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de la diversidad biológica.

En esta misma dirección, la comunidad internacional pretende crear las condiciones mínimas para que los Países Miembros del CDB homologuen sus distintos regímenes de acceso a recursos genéticos, bajo un modelo de normas marco, con miras a establecer un “Régimen Internacional para fomentar y salvaguardar la distribución justa y equitativa de los beneficios”. Para ello, el Grupo de Expertos en Acceso y Participación de Beneficios, creado con el fin de implementar el CDB en este tema, ha establecido unas “guías voluntarias”, que estarían encaminadas a asegurar el acceso a los recursos genéticos y la distribución equitativa de los beneficios, conocidas como “Las Directrices de Bonn”.

Las Directrices de Bonn, ¿guías voluntarias?

A pesar de que las Directrices de Bonn, nacen como guías voluntarias, es decir, que los países miembros no están obligados a implementarlas, en Johannesburgo se acordó que se desarrollaría una norma legalmente vinculante con lo cual se pretende obligar a los países miembros del CDB a que establezcan normas de acceso a los recursos genéticos bajo las guías de Bonn. Esto no es gratuito, las Directrices de Bonn son normas flexibles de acceso a los recursos genéticos, basadas en el modelo de contratación bilateral entre los bioprospectores y las comunidades locales. Este modelo ha colocado en un permanente estado de inseguridad jurídica y en condiciones de iniquidad a las comunidades locales y ha contribuido a profundizar los procesos de erosión de los conocimientos y recursos.

Es obvio que al establecer condiciones de acceso amplias y permisivas como es el caso de las Directrices de Bonn, se está favoreciendo a aquellos países con poca diversidad biológica, genética y cultural como muchos de los países del Norte. Después de que en el ámbito internacional se abrió el debate alrededor de las actividades de biopiratería y la aplicación de los derechos de propiedad intelectual sobre formas de vida, estos países pretenden legitimar sus actividades de bioprospección a través de reglas mínimas y altamente permisivas de acceso a los conocimientos y saberes locales.

Las consecuencias de una posible homologación a nivel mundial de las legislaciones sobre acceso a recursos genéticos pueden ser tan o más adversa que la homologación de las disposiciones relativas a la protección a la propiedad intelectual, a partir de la cual, se ha limitado la soberanía de los países de establecer un régimen de propiedad intelectual en función de los intereses de las transnacionales que pretenden apoderarse de la biodiversidad y de los conocimientos asociados, abriéndose una carrera insaciable por la privatización de la materia viva.

4. DE LAS AREAS PROTEGIDAS A LOS CORREDORES BIOLOGICOS

Otra de las ironías detrás de la implementación del CDB es la relacionada con la soberanía de los Estados sobre sus recursos. El CDB, reconoce por primera vez la soberanía de los Estados sobre los recursos genéticos. Sin embargo, es sorprendente cómo los mecanismos a través de los cuales se está implementando La Convención no sólo limita, sino diluye definitivamente el rol de los estados-nación. Por lo tanto, dentro de las políticas globales de conservación de la Naturaleza, el rol de los estados se diluye en representaciones falsas de lo público y lo privado.

Los Corredores Biológicos se desarrollan como parte de esta estrategia global de ocupación y control del espacio, que simulando nuevas formas de soberanía son territorios abiertos al control privado del conocimiento. Con la nueva ocupación del espacio local en función del mercado global; los Pueblos Indígenas, Negros y comunidades campesinas están siendo expropiados real y simbólicamente de sus espacios, sus territorios, sus sistemas de producción y, de sus mecanismos de control social de la Naturaleza.

De tal forma que el rasgo característico de la conservación en América Latina es la promoción de clusters (agrupamientos) de conservación; estrategia que esta acompañada de la consolidación de infraestructura que permitirá la integración comercial y productiva de las regiones ricas en biodiversidad a los intereses del mercado transnacional. Este proceso que se inició en América Latina, desde hace dos décadas, tiene su modelo paradigmático en el Corredor Biológico Mesoamericano (CBM) financiado por el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el mismo que se desarrolla a la par del Plan Puebla Panamá (PPP), este último integrado por una serie de corredores logísticos de infraestructuras de transporte, comunicaciones y energía. El CBM es un proyecto de conservación que a direccionando los espacios públicos hacia los intereses corporativos, restringiendo la producción de saberes locales al ámbito privado. Andrés Barreda lo califica como un programa general de uso de suelos, agua, bosques y promoción de servicios ambientales. Donde se prevé se realizaran actividades de industrialización, acompañadas por agronegocios y servicios turísticos.

• Avanzando hacia el Sur

En Sudamérica la propuesta de Integración de la Infraestructura Regional para América del Sur (IRSSA), lanzada oficialmente en el 2000, propone algo similar. El IRSSA se basa en la articulación de varios ejes de integración multimodal, energéticos, de telecomunicaciones, de puertos aéreos y marítimos; la iniciativa pretende organizar eficientemente el acceso a los nuestros recursos locales y, establecer en nuestros territorios, industrias contaminantes que no podrían ser colocadas en países del Norte.

La región Andina se encontrará directamente afectada por el eje andino, el eje modal Amazónico y el eje marítimo del Pacífico, entre otros. Eje Andino parte de Caracas y a nivel de Valencia (Venezuela) se ramifica en dos ramales. El uno va hacia Bogotá, Cali, Quito y de allí hacia la Costa del Pacífico, hasta Guayaquil, Machala, Tumbes, Lima, Arequipa e Iquique. El otro ramal se dirige hacia la región oriental pasando por Guanare, Arauca, Bogotá, Guaviare, Florencia, Lago Agrio, El Puyo, Macas, Tingo María, Camisea, Cuzco, Puerto Maldonado, La Paz, Trinidad, Santa Cruz. Este eje servirá a al industria petrolera, pues pasará por poblados con mucha actividad hidrocarburífera. El Eje Amazónico combina hidrovías que parten desde Macapá y Belem en la desembocadura del Amazonas, se unen para atravesar Manaos, y se vuelven a bifurcar en un ramal norte que va hacia Arica, Gueppi y Macoa donde se convierte en terrestre y se dirige por un lado a Tumaco en Colombia y hacia Esmeraldas por otro. El otro ramal va por Leticia e Iquitus hasta la costa del Perú. El Eje Marítimo del Pacífico prevé la integración de puertos desde Talcahuano y Concepción en Chile, hasta Buenaventura en Colombia.

Sin embargo, el IIRSA no es un proyecto aislado, la propuesta se enmarca dentro de una estrategia regional vinculada a la promoción del desarrollo, crecimiento y acceso a los recursos y conocimientos locales, para lo cual, se requiere de un nuevo ordenamiento geopolítico del espacio a través de los Corredores Biológicos. Entre las propuestas están:
- La propuesta de Manejo del Chocó, creador a través del Fondo para salvaguardar ecosistemas críticos (Critical Ecosystem Parnership Fund- CEPF); formado por Conservación Internacional, GEF, Gobierno del Japón, La Funcación McArthur y el Banco Mundial,
- La propuesta de Manejo de los Andes, que se basa en el Complejo Ecorregional Andes del Norte (CEAN); formado por 14 ecorregiones: siete bosques montanos, cuatro páramos y tres bosques secos interandinos y que promueve además el incremento y consolidación de las Areas Protegidas en los Andes de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú y
- La propuesta de Manejo del Pacífico, a través de la creación del Corredor Marino: Archipiélago de Galápagos-Ecuador, Gorgona y Malpelo-Colombia, Coiba-Panamá e Islas de Cocos-Costa Rica.

Esta nueva estrategia de ordenamiento territorial concebida de manera global, irrumpe con las distintas concepciones locales que existen en los Pueblos y Culturas con respecto a su relación con la Naturaleza. Y si bien son muchos los problemas inherentes a la confiscación del espacio público para fines privados, los más importantes podrían estar relacionados con: la pérdida de soberanía, la transformación de la Naturaleza en objetos de apropiación, la comercialización de los recursos biológicos y funciones ambientales en el mercado mundial y el desconocimiento de estrategias locales de conservación y uso de la Naturaleza.

Finalmente, con los corredores biológicos, se disuelve la soberanía de los Estados sobre sus recursos y se crean nuevas formas “sui-generis” de confinamiento privado del saber. Esta nueva estrategia autárquica, de ocupación del espacio local, los actores locales entran en una dinámica de sujeción a las directrices del comercio internacional y es quizás el eslabón más profundo de los procesos de erosión genética y cultural, pues la Naturaleza y la biodiversidad no pueden construirse sin el control social de los espacios colectivos.

5. CONCLUSIONES

La mundialización del capital, las mercancías y la tecnología tiene como una de sus bases o pilares principales la re-primarización de las actividades productivas y el control del espacio y conocimientos locales. Pese al auge de las nuevas biotecnologías, las innovaciones tecnológicas continúan dependiendo de la contribución de los recursos y conocimientos de los países y Pueblos de la periferia. En este contexto, la apropiación de los espacios y conocimientos locales, no deja de ser un acto de vandalismo internacional, pues en la implementación del discurso del desarrollo sustentable, se ha instituido una serie de actividades de apropiación de los recursos, erosionando las posibilidades de generar proceso de construcción alternativas de desarrollo, promoviendo además un estado permanente de inseguridad.

Obviamente el lenguaje utilizado en el C.D.B, promueve la mercantilización de la Naturaleza y su permanente conversión en bienes y servicios ambientales, homologando su discurso a los del comercio mundial. Este eslabón se ha complementado con la definición de políticas ambientales globales que orientan los distintos marcos nacionales a las directrices del capital. En este escenario, la relación entre lo global y lo local se presenta como un espacio altamente conflictivo, que como vemos está influenciado por distintas estrategias de ocupación, control y confiscación de lo público y lo privado.

Desde que el desarrollo sostenible está regulado bajo las leyes del mercado, la Naturaleza no es nombrada, ni reconocida en función del valor actual o el uso potencial de las generaciones futuras, sino que ha sido simplificada, entendida y nombrada en función de su precio. A través del lenguaje del capital, la Naturaleza es llamada capital natural; los saberes locales, propiedad intelectual colectiva, los recursos biológicos, bienes y, las funciones ambientales, servicios; hablamos de parnership, de bonos, de bolsas, etc; parecería que el lenguaje del capital ha vencido. Es urgente por tanto, crear las condiciones para revertir esta lógica perversa y levantar los cimientos para re-significar social y colectivamente a la Naturaleza.

La importancia de lo local

Estas políticas globales de ocupación del espacio local para su eficiencia requieren del desmantelamiento de los mecanismos políticos que garanticen los intereses públicos, desplazando las funciones del Estado a otras esferas. Para esto, los estados se han puesto al servicio de los intereses del capital mundial. En esta relación global - local, lo local ha dedo muestras de su capacidad de subvertir y cuestionar los mecanismso de privatización de la naturaleza y de ahí su importancia como fuente generadora y productora de nuevas racionalidades. De hecho, el debilitamiento de los Estado-nación ha provocado al mismo tiempo un ejercicio de re-territorialización de las funciiones del estado, pero también una re-territorialización de las resistencias, por lo tanto, el espacio local reconbra particular importancia.

Desde lo local, se han generado y continúan generándose políticas contestatarias a las estrategias de acceso a recursos genéticos, a la apropiación del espacio local, a la venta de la Naturaleza, a la comercialización de la vida. Estrategias que van desde moratorias, desobediencia social, luchas contra las patentes a la vida, hasta la construcción de las grandes reafirmaciones como la soberanía alimentaria, el control social y la construcción colectiva de oportunidades. Las alternativas locales introducen diferencias significativas en el tratamiento de la biodiversidad, la misma que es concebida de manera holística e integral, tomando en cuenta su valor histórico, actual y potencial.

Es importante colocar el debate de la conservación de la Naturaleza alrededor del control social del conocimiento y abrir una batalla política, teórica y social en contra de cualquier mecanismo que silencie la producción colectiva, invisibilice los procesos de construcción social del saber y generen nuevos mecanismos de empobrecimiento local.

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• Sitio web The Biotrade Iniciative. www.biotrade.org. Last Updated. 2/10/00.
• Diseño Técnico-Jurídico del Sistema de Valoración y Pago de los Servicios Ambientales en Ecuador.

La autora es activista Acción Ecológica, Ecuador

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