El reordenamiento territorial como estrategia política ideológica del Proyecto Político Emancipatorio

La actual división política del territorio nacional, latinoamericano y o mundial no es el resultado de una casualidad, ni se dio por generación espontánea. Es la expresión de un largo proceso histórico en permanente evolución determinado fundamentalmente por la evolución y distribución del poder mundial entre distintos actores que se disputan los bienes comunes existentes en el planeta. Es la manifestación de un largo proceso de ocupación, colonización y explotación del espacio mundial en general y latinoamericano en particular que no ha cesado y adopta permanentemente nuevas configuraciones. 

Consideraciones generales

Basta hacer un recorrido imaginario desde tiempos precolombinos hasta nuestros días, para poder ver como el mismo espacio geográfico fue adoptando formas diferentes en los sucesivos registros cartográficos, según el impacto de los poderes y las ideas de turno en cada época. La américa precolombina, con su territorio distribuido según ocupación y poder relativo de sus pueblos originarios.

La América Virreinal y sus distintos virreinatos. La América independentista (de España) y su subdivisión en Estados nacionales, primero bajo la órbita de poder imperial de Inglaterra, y luego bajo el poder imperial de Norteamérica y más recientemente, la América según la disputa interimperialista entre EUA y China en el marco de la globalización y transnacionalización de la dinámica planetaria.

La imagen que surge de considerar el IIRSA y su instrumentación en el territorio Latinoamericano, con los nuevos corredores transoceánicos, los nuevos centros de poder, nuevas dinámicas integradoras de mercados, resulta extraña al ser superponerla a las actuales divisiones nacionales y provinciales de los Estados títeres participantes. Obviamente nos resulta extraña a los que tenemos colonizada las conciencias y seguimos viendo el espacio geográfico como algo predeterminado y estático.

En todos los casos, la relación entre el proceso de creación de fronteras y divisiones geográficas con la existencia de fuentes de agua, ya sea por su condición de puertos, de vía de tránsito, de insumo fundamental para la población, de generación energética y o fuente de vida y de biodiversidad es muy estrecha, sino determinante a la hora de tomar las decisiones. Por idénticas razones ha sido y sigue siendo fundamental esta relación con el agua, en los procesos de desarrollo, resistencia y liberación de los pueblos del mundo en general y de los de Nuestra América en particular.

Esta representación gráfica del espacio, lejos de ser neutral, responde a la consideración política ideológica del espacio, de sus dinámica, de sus relaciones, y de su uso que tienen les distintes actores que se lo disputan… No siempre fue tal cual la conocemos y hemos naturalizado desde nuestra más temprana infancia vía todos los instrumentos de reproducción ideológica implementados a través de los aparatos del Estado.

La secuencia de mapas que se muestran a continuación intenta mostrar cómo el mismo territorio fue siendo subdividido en función de la evolución del proceso histórico y los detentadores del poder que sucesivamente fueron direccionando, desde sus orígenes hasta nuestro días, el sistema capitalista.

En la mayoría de los casos, sino en todos, al momento de trazar las líneas divisorias nunca se consideró y respetó la dinámica ecosistémica y ambiental de los territorios ocupados.

Mucho menos se respetaron las culturas existentes vinculadas e identificadas con ellos. Se incorporaron e impusieron sin más sobre territorios y culturas decisiones políticas, relaciones de producción, técnicas y practicas productivas que respondieron a las necesidades imperiales de turno. Todo pautado por el cortoplazo y la idea central de que la naturaleza es algo que nos pertenece, algo a dominar y explotar al igual que todas las personas sometidas directa o indirectamente, en proporción creciente, a las relaciones de producción capitalistas. De esta forma destrozaron las estructuras socioeconómicas políticas e ideológicas existentes e impusieron una lógica de subdivisión de uso de los territorios relacionado con procesos sociopolíticos, económicos ambiental y culturalmente, insustentables.

Esta escalada divisionista para dominar pueblos y explotar la naturaleza, expresión drástica del ejercicio del poder, se desarrolló a escala mundial, reconociéndose en este momento en Naciones Unidas 195 estados nacionales distribuidos entre los cinco continentes del planeta. África: 54 países. Asia: 48 países. Europa: 49 países. Oceanía: 14 países. América del Norte: 23 países y 22 territorios dependientes. América del Sur: 12 países

Las líneas limítrofes que los determinan no reconocen culturas, religiones, cosmovisiones. Esta subdivisión geográfica tiene como correlato, o pretende lograrlo, una homogenización ideológica, impuesta a través de globalización y transnacionalización del sistema capitalista, que haga posible la explotación sin más de todo el planeta, su población y bienes comunes.

- Para descargar el documento completo (PDF), haga clic en el siguiente enlace:

Contacto: 

Juan Miguel Gortari

ra.moc.oohay@mjiratrog

Temas: Crisis capitalista / Alternativas de los pueblos, Tierra, territorio y bienes comunes

Comentarios