Empoderamiento y feminismo comunitario en la conservación del maíz en México

El objetivo es analizar, desde una perspectiva basada en el feminismo comunitario, el proceso de empoderamiento de las mujeres que conforman un grupo de ocho integrantes matlatzincas de la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, México, a través de prácticas productivas, alimentarias y culturales en torno al maíz nativo. Los datos fueron recogidos durante 2014 y 2015 con técnicas etnográficas que incluyen: observación participante, historias de vida, grupos focales, entrevistas semiestructuradas y a profundidad. Son mujeres que muestran cinco dimensiones de poder (social, corporal, material, simbólico y cognitivo) que repercuten en la preservación del maíz nativo, al generar la masa crítica necesaria para incorporar a otras
mujeres en acciones favorables para la soberanía alimentaria.

Introducción

El presente texto se enmarca en el proyecto de investigación “El maíz mesoamericano y sus escenarios en el desarrollo rural”, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y  Tecnología (México), a partir del cual nos hemos comprometido a generar evidencia científica de carácter social para conservar el maíz nativo sin desigualdades sociales y de género. Para este estudio ha llamado la atención la etnia matlatzinca, debido a que es uno los pueblos originarios de México que mayor desintegración ha sufrido en el último siglo, de ocupar un amplio territorio en la época prehispánica, se ha reducido a una sola comunidad: San Francisco Oxtotilpan, ubicada en Temascaltepec, Estado de México (Noemí QUEZADA, 1996).

De ahí que consideramos necesario realizar estudios que den cuenta de sus necesidades y de las aportaciones que en materia agropecuaria realizan sus integrantes a la región y al país entero. Ésta es una comunidad abierta a ser protagonista de investigaciones, motivada por el interés de ser visibilizada. Parte de las personas interesadas en que sus actividades se documenten, es un grupo de mujeres productoras de maíz, de entre 33 y 70 años, que a través de reunirse para elaborar vestidos tradicionales, han conformado un grupo estable que les ha permitido ser incluidas en eventos culturales y políticos a nivel local, estatal y nacional. Esta incipiente organización de mujeres está llevando a cabo un proceso de empoderamiento.

El empoderamiento es una herramienta teórica que aporta al análisis de procesos de autonomía y resistencia ante las macro estructuras de poder por parte de grupos oprimidos. Es un proceso de cambio que no tiene meta final (Clara MURGUIALDAY, 2006), lo que hace que ningún otro concepto exprese tan claramente la progresión desde el estado de desigualdad de género a otra realidad (Anju MALHOTRA et al., 2002). Ante la amenaza de la introducción de semillas transgénicas a México, hoy en día el empoderamiento campesino se ha relacionado directamente con la defensa de sus maíces nativos, y, por ende, con el concepto de soberanía alimentaria (Carolina CAMPOS, 2015).

Frente a la posible reducción de la diversidad biológica de los cultivos y el impacto negativo que esto conlleva para las poblaciones que los producen, algunos estudios han partido de una perspectiva política que llama a salir del mito imperialista del desarrollo, rescatando prácticas indígenas y campesinas. En 1996, como propuesta contestataria a los preceptos desarrollistas neoliberales, la organización internacional La Vía Campesina propuso el concepto de soberanía alimentaria, refiriéndose al “derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo” (DECLARACIÓN DE NYÉLÉNI, 2007, p. 280). El análisis de nuestro caso de estudio parte de un contexto político de soberanía alimentaria, ya que ésta desempeña un papel crucial en el desarrollo de procesos de empoderamiento campesino e indígena, dentro del cual las mujeres tejen su propia lucha, muchas veces invisibilizada por idealismos de posicionamiento político.

En México se debe prestar especial atención al maíz nativo y a los factores que ponen en riesgo su preservación, ya que este grano implica un conjunto de rasgos identitarios y simbólicos por sus usos alimenticios, religiosos, míticos y domésticos; al mismo tiempo, es un recurso de control político, económico y social (VIZCARRA, 2011). Este país comprende los centros de origen, domesticación y diversificación del maíz, albergando la mayor parte de la diversidad genética de maíz en el mundo y de todos sus parientes silvestres conocidos (UNIÓN DE CIENTÍFICOS COMPROMETIDOS CON LA SOCIEDAD [UCCS], 2009).

Autoras y autores:

Ana Gabriela Rincón Rubio de Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México, México.

Ivonne Vizcarra Bordi de Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México.

Humberto Thomé Ortíz de Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México, México.

Patricia Gascón Muro de Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, Ciudad de México, México, México

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Fuente: Revista Estudos Feministas, vol. 25, número 3

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Feminismo y luchas de las Mujeres

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