Los movimientos sociales alertan sobre las “falsas soluciones” empresariales a las crisis climática y ecológica

El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) acogió el 12 de mayo en Roma un foro de alto nivel sobre la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo a través del derecho a la alimentación.
Foro del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) sobre la lucha contra
el cambio climático: los movimientos sociales alertan sobre las “falsas soluciones”
empresariales a las crisis climática y ecológica
El Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) también estuvo presente en el foro para representar a los movimientos de pequeños productores de alimentos. Zainal Arifin Fuat, que es miembro del Grupo de Trabajo sobre Tierra, Agua y Territorios del CIP, llamó la atención sobre los verdaderos retos que plantean las falsas soluciones a las crisis climáticas y ecológicas dirigidas por las empresas y cómo amenazan el derecho a la tierra y a los territorios.
“Nos encontramos en una época de crisis múltiples y de peligro existencial para la paz y la humanidad: crisis del hambre, crisis climática y de los ecosistemas, crisis de la biodiversidad, crisis económica y social, y crisis geopolítica. El Informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) 2024 ha confirmado que el mundo sigue estando muy lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Hambre Cero. La prevalencia mundial de la subnutrición persiste casi al mismo nivel durante tres años consecutivos después de COVID-19”, afirmó Zainal, que también forma parte del Comité Internacional de Coordinación de La Vía Campesina y es miembro del Sindicato de Campesinos de Indonesia (SPI).
La intervención también destacó los cinco factores que impulsan esta situación: el acaparamiento de tierras y bienes comunes, la creciente concentración de la tierra, la creación de mercados de tierras o bancos de tierras, la agricultura química a gran escala y la liberalización de las políticas comerciales y de inversión que dan prioridad a la producción mundial de materias primas y a las industrias extractivistas.
Estos factores han desposeído a campesinxs, comunidades rurales y pueblos indígenas, y también han contribuido masivamente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la destrucción de ecosistemas.
“En los últimos años, las falsas soluciones al cambio climático y la destrucción ecológica, como los mercados de carbono, el objetivo de conservación 30×30, las compensaciones de biodiversidad, e incluso el uso de la ingeniería genética como semillas de agricultura climáticamente inteligente. Estas supuestas soluciones se impulsan en lugar de la agroecología campesina, que puede y está enfriando el planeta. Estas soluciones dirigidas por las empresas amenazan el derecho a la tierra y los territorios de la población rural y los pueblos indígenas”, añadió Zainal.
Los movimientos sociales sostienen desde hace tiempo que los sistemas alimentarios de lxs pequeños productores de alimentos -como lxs campesinxs, lxs pequeños agricultores, lxs pescadores artesanales, lxs pastores, lxs habitantes de los bosques, lxs jóvenes, las mujeres rurales, los pueblos indígenas y lxs agricultores de montaña, especialmente los que aplican la agroecología- son fundamentales para alimentar al mundo. Son los administradores de la tierra, los territorios y los ecosistemas. Contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a la adaptación y mitigación del cambio climático y a la protección de la biodiversidad. Sin embargo, estos sistemas alimentarios dependen del acceso y el control (propiedad) de la tierra, la pesca, los bosques y otros recursos naturales.
La CIP también aprovechó la ocasión para insistir en la importancia de organizar una conferencia intergubernamental mundial sobre estas cuestiones. Al dirigirse a la Presidencia, Zainal declaró:

Zainal, miembro del Comité Coordinador Internacional de La Vía Campesina y destacado dirigente de la Unión de Campesinos de Indonesia, se dirige a la presidencia. 12 de mayo de 2025.
“Con base en esta situación, es una buena y positiva señal que el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial y el Consejo de la FAO hayan respaldado la propuesta de Colombia de realizar una segunda Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR) en febrero de 2026. También existe interconexión entre la CIRADR, la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar y el tema de este panel”.
También añadió que mediante la aplicación de la reforma agraria y las políticas redistributivas de la tierra es posible producir más, pero también producir productos más diversos y de mejor calidad de forma más sostenible, revitalizar las economías rurales y crear empleo rural.
La Vía Campesina y otros miembros del CIP creen firmemente que las políticas redistributivas de la tierra son una solución clave para las actuales crisis alimentaria y ecológica. El informe 2024 del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también se hace eco de esta opinión. El informe pide explícitamente a los Estados que apliquen medidas de reforma agraria que promuevan una distribución más equitativa de la tierra y los recursos en consonancia con las obligaciones en materia de derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, lxs campesinos y las comunidades rurales en el contexto de las políticas climáticas basadas en los derechos humanos.
“Por ello, el diálogo que se mantendrá en la ICARRD+20 propuesta debe vincular también las Directrices Voluntarias de la FAO sobre Tenencia con otros instrumentos como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP), la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP) y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”, señaló Zainal.
En el foro de alto nivel, los movimientos sociales también hicieron hincapié en que la CIRADR+20 también debe promover y apoyar procesos nacionales participativos y multisectoriales de políticas públicas que respondan a las realidades territoriales, teniendo en cuenta la diversidad de contextos históricos y socioculturales. También se señaló que la conferencia debe ser un espacio de convergencia para enfrentar las crisis alimentaria y ambiental interconectadas. Las intervenciones de los movimientos sociales dejaron claro que los resultados de la conferencia propuesta deben retroalimentar al CSA, a la FAO y a las Convenciones de Río.
Dirigiéndose al gobierno brasileño en la sala, los movimientos sociales también hicieron hincapié en que la próxima COP30 en Brasil también puede construir propuestas concretas hacia la ICARRD+20, así como a la Alianza Global contra la Pobreza y el Hambre, poniendo la cuestión de la distribución y el uso de la tierra en el centro de los enfoques basados en los derechos humanos para abordar los acuciantes desafíos a los que se enfrenta el mundo hoy en día.
Fuente: La Vía Campesina