La migración es un acto de resistencia – ¡Todos los derechos para las personas migrantes!
La Asociación del Millón de Mujeres Rurales y Sin Tierra , miembro del movimiento La Vía Campesina, sigue con profunda preocupación la situación de las personas migrantes en Túnez, especialmente la de nuestras hermanxs originarios del África subsahariana. Muchas de ellxs se encuentran bloqueadas, habiendo huido de guerras civiles, pobreza, hambruna, epidemias, sequías y catástrofes naturales, en busca de una vida segura y digna.
Durante su paso o estancia en Túnez, las personas migrantes enfrentan enormes dificultades. El endurecimiento del control de seguridad hace casi imposible cruzar el Mediterráneo y acceder a Europa. Además, están expuestas a inaceptables violencias racistas, tanto verbales como físicas, por parte de algunas personas tunecinas.
La Asociación del Millón de Mujeres Rurales y Sin Tierra recuerda que lucha, junto a los movimientos progresistas de todo el mundo, por la soberanía alimentaria, la justicia climática, la reforma agraria y los derechos de las personas migrantes. Afirma que toda la historia de la humanidad está atravesada por las migraciones. La migración es una forma de resistencia frente al colonialismo, el capitalismo y el imperialismo. Cada ser humano tiene derecho a migrar para vivir en seguridad y con dignidad. Las migraciones de nuestras hermanas y hermanos del África subsahariana son consecuencias directas de un siglo de colonización, seguido de décadas de saqueo y expolio de los recursos de nuestro continente africano.
En consecuencia, la asociación:
- Considera a la Unión Europea como principal responsable del deterioro de las condiciones de vida de las personas migrantes en Túnez. A través de sus políticas represivas – en particular la externalización de las fronteras – obstaculiza su paso, moviliza sus fuerzas de seguridad, su ejército y la agencia Frontex, y presiona a los países del sur del Mediterráneo, incluida Túnez, explotando su fragilidad económica para imponerles el papel de guardianes de las fronteras europeas.
- También responsabiliza a las autoridades tunecinas, y las llama a adoptar un enfoque humano que tenga en cuenta las realidades vividas por las personas migrantes y respete su dignidad. Esto implica facilitar un retorno voluntario o integrarlas en la vida económica y social del país, considerando la migración no como una amenaza, sino como una oportunidad para Túnez.
- Condena firmemente toda violencia racista, verbal o física, perpetrada contra las personas migrantes. Estos actos son de extrema gravedad y constituyen una forma de racismo que rechazamos completamente y contra la que nos comprometemos a luchar.
- Hace un llamado a todas sus miembros, militantes, amigxs y simpatizantes a acoger dignamente a nuestras hermanxs migrantes, conforme a nuestros valores humanos, a nuestras tradiciones de hospitalidad, y a nuestra fe basada en la justicia y la compasión. Debemos brindarles nuestro apoyo, nuestra ayuda, y comprometernos en todos los esfuerzos solidarios a su favor.
- Denuncia cualquier intento de recuperar o instrumentalizar la causa migrante con fines personales, políticos o comerciales. Pretenderse defensor(a) de las personas migrantes mientras se aprovecha de su sufrimiento es una forma de explotación que rechazamos firmemente.
¡No al racismo! ¡No a la violencia, ya sea verbal o física!
¡Por los derechos de las personas migrantes: todos sus derechos, sin excepción. La migración es resistencia, no un crimen!
Fuente: La Vía Campesina