Laura Giraldo Rodríguez: «¿Cuál es nuestro sueño? Que nosotras podamos decidir sobre nuestro territorio»
Durante la VIII Asamblea del Coordinador Nacional Agrario conocimos a la lideresa campesina Laura Giraldo, quien compartió su experiencia en el Territorio Campesino Agroalimentario (TECAM) de El Carmen de Atrato, en el departamento del Chocó.
- Betty Saucier: ¿Quién es Laura Giraldo y qué procesos acompaña?
- Laura Giraldo: Pertenezco a la Plataforma del Campesinado del Chocó. Acompañamos a varios municipios del departamento, pero nuestro trabajo se concentra en El Carmen de Atrato.
Soy ambientalista, y uno de los procesos que desarrolla la plataforma es la defensa territorial. También ejercemos liderazgo en la defensa de los derechos de las comunidades.
Igualmente soy madre de tres hijos: dos niñas pequeñas, una de 5 años y otra de 10. Trabajo en el campo cuando tengo tiempo y estudié Sociología.
VIII Asamblea del CNA.
- BS: ¿Cómo define usted lo que son los Territorios Campesinos Agroalimentarios?
- Laura Giraldo: Para nosotras, los Territorios Campesinos Agroalimentarios (TECAM) son muy importantes porque en nuestra zona enfrentamos a una gran empresa minera de cobre con capital internacional. La mina El Roble la opera Atico Mining, una empresa canadiense.
Encontramos en el TECAM una figura para proteger esos territorios y tomar decisiones sobre ellos. Más que el nombre, es una forma no solo de proteger el territorio, sino de defenderlo y planificarlo. Es una manera de influir en lo que sucederá con nuestro propio territorio.
Analizamos varias figuras de defensa territorial para el campesinado, como las Zonas de Reserva Campesina, pero optamos por el TECAM porque hacemos un proceso de defensa ambiental. Los TECAM tienen una relación muy fuerte con la producción sostenible. Apostamos a eso. Es una figura que se adapta a los propósitos de nuestra organización.
- BS: ¿Podría profundizar en las razones por las cuales la figura del TECAM resultó una elección más adecuada en comparación con la Zona de Reserva Campesina?
- Laura Giraldo: Ambas son muy similares. Pero cuando analizamos, vimos que el TECAM tiene un componente muy fuerte de ordenamiento territorial. Nos inclinamos por esta figura porque ordenar el territorio no solo implica definir qué veredas o lugares son importantes, sino también decidir qué queremos nosotros, el campesinado, que se haga en esos lugares.
Por ejemplo, se abordan temas como la minería, las microcentrales o las hidroeléctricas y, por otro lado, dónde queremos producir alimentos. Al mismo tiempo, hay compañeros que, además de producir alimentos, quieren trabajar con turismo sostenible.
La figura del TECAM prioriza la sostenibilidad. Además, apostamos por la autonomía alimentaria y por que, como campesinado, podamos hacer una producción más limpia, ligada a la agroecología.
Las Zonas de Reserva contemplan proyectos productivos, pero nosotros vemos la necesidad de que los campesinos volvamos a producir para nuestra propia alimentación. Después de cubrir nuestras necesidades, quizá se puedan comercializar los excedentes. Pero lo comercial no es la prioridad.
Con la minera, hubo un cambio muy fuerte en la vocación de las personas. En algunas zonas, la gente se volvió obrera y dejó de sembrar. Hay personas que tienen tierra, pero no la utilizan porque obtienen un jornal en estas empresas y dejan de producir, incluso para el autoconsumo. Parte de nuestro trabajo en el territorio es impulsar las huertas.
Laura Giraldo en la VIII Asamblea del CNA.
- BS: ¿Cómo facilita el TECAM su proceso organizativo de mujeres?
- Laura Giraldo Rodríguez: Somos una organización mayoritariamente de mujeres. Incluso, tomamos la decisión de tener una coordinación conjunta. No tenemos presidente, vicepresidente ni ese tipo de jerarquías. Somos 15 mujeres y dos hombres. Los hombres están ahí porque apoyan la lucha contra el patriarcado y el machismo.
En el TECAM, hablamos de una organización de mujeres y estamos adscritas a organizaciones feministas a nivel nacional e internacional, porque para nosotras la defensa de la mujer es muy importante.
Históricamente, se asoció a las mujeres no solo al cuidado, sino también a la alimentación. No solo porque la historia lo diga, sino porque, básicamente, las mujeres siempre nos aseguramos de que la gente coma bien, se alimente bien. En parte, por eso trabajamos el tema de huertas: para que las mujeres vuelvan a producir lo suyo, pero de una manera más consciente y autónoma.
- BS: ¿Cuáles han sido los retos o los desafíos en la construcción del TECAM?
- Laura Giraldo: El primer reto al que nos hemos enfrentado como mujeres en el proceso es la violencia política.
Cuando analizamos la creación de la Plataforma, decidimos que fuera una coordinación conjunta, sin la forma lineal de jerarquías que se observa en la mayoría de las organizaciones, porque varias de nosotras ya habíamos sufrido violencia política en otros espacios.
Varias somos lideresas desde hace tiempo, trabajamos en otras organizaciones y nos encontramos con lugares donde existía una especie de monarquías, en las que los hombres, en la mayoría de los casos, no querían o no quieren todavía escuchar la voz de las mujeres. Dábamos nuestra opinión y no nos escuchaban.
En ese sentido, decidimos formar una organización. Nos encontramos varias veces por cosas del destino y dijimos: «Aquí hay que crear una organización que no sea patriarcal, en donde cualquiera que lo desee pueda estar en esa coordinación». Nos encontramos con que las que más deseamos estar en estos procesos de defensa del territorio somos las mujeres.
A veces, a los liderazgos nos dicen que estamos desocupadas, que tenemos tiempo. Sin embargo, nosotras no tenemos tiempo, pero lo sacamos a la fuerza. Yo tengo mis tres hijos, soy madre, esposa y me encanta estudiar. Además, trabajo cuando puedo.
Para la mayoría de las compañeras, es igual: tienen hijos, sus fincas y deben desarrollar otras labores. Pero le sacamos tiempo y espacio para estar en este proceso.
VIII Asamblea del CNA.
También nos enfrentamos a dificultades económicas, porque en el proceso trabajamos la mayoría de forma voluntaria y es un reto conseguir recursos. En el TECAM hay que desarrollar unos pasos para reunirnos, hacer asambleas y todo el proceso. Se requiere dinero.
Eso es complejo, es un reto, pero lo hemos sobrellevado con algunos aliados que hemos tenido de organizaciones y con los aportes de la misma gente.
Por ejemplo, si hacemos una asamblea, generalmente les decimos a las familias que lleven lo que tengan en la casa. Se prepara un almuerzo comunitario y la gente lleva papa, yuca, plátano. Eso genera autonomía.
Definitivamente, el otro reto que tenemos es la institucionalidad. A nivel local no hay apoyo de nada. Entonces, nos toca saltarnos ese nivel. Es lo que hacemos con el TECAM; una conexión con el nivel nacional, donde tenemos más apoyo y acompañamiento.
Eso nos ha dado autonomía, pero eso molesta un poco al nivel local porque ellos quisieran dominar a todas las organizaciones y mantenerlas con un perfil bajo, pero solo lo pueden hacer si uno depende de ellos.
Nosotras no dependemos de ellos, porque hemos escalado para conseguir recursos en otro nivel. Es un reto fuerte porque tenemos oposición del gobierno local.
Aunque no nos apoyan, nosotras organizamos eventos y ellos montan eventos paralelos el mismo día para que la gente falte. Aun así, seguimos y decidimos avanzar.
Otro reto es la participación. Queremos que este proceso sea muy fuerte en el tema de participación. La construcción del Plan de Vida debe ser muy participativa.
Al mismo tiempo, formamos parte de varias organizaciones. Tenemos una base social sólida que nos permite generar esos niveles de participación.
Hemos trabajado temas virtuales y presenciales. Aprovechamos cualquier espacio que tenga cada organización para avanzar en la construcción del Plan de Vida.
Muchas mujeres forman parte de la Asociación de Juntas de Acción Comunal del municipio y con esa asociación hemos avanzado en la construcción del plan.
Igualmente, formulamos un Plan de Desarrollo Comunal y eso se conecta totalmente con el Plan de Vida, entonces ya tenemos un paso muy avanzado.
En la actualidad, revisamos la información que tenemos y qué nos falta para hacerlo mucho más participativo y empezamos a completar la información con la gente. Eso es un reto porque soñamos con que mucha gente pueda dar su opinión, revisar, compartir ideas y complementar.
Sin embargo, toda la información que ya tenemos la validaron las juntas de acción comunal y las otras organizaciones con las que trabajamos.
VIII Asamblea del CNA.
- BS: Sobre el Plan de Vida, ¿qué aspectos debieron añadir en comparación con el Plan de Desarrollo?
- Laura Giraldo: Trabajamos bastante en tener una cartografía. En el Plan de Desarrollo ya teníamos una identificación de todas las necesidades.
El Plan de Vida debe tener un enfoque territorial. Por tanto, tuvimos que hacer mapas y empezar a ubicar las necesidades, los problemas y ese tipo de información en mapas.
Existe un equipo dedicado al tema de la cartografía social. Nos apoya también una persona que hace topografía. La ventaja que tenemos es que tenemos acompañantes. Hay varias personas expertas en el tema de mapas porque eso es complejo. Nosotras, desde lo local, no manejamos mucho esos temas, pero tenemos apoyo. Ya tenemos varios mapas en los que se incorporó la información de lo que hay en este territorio, o qué zonas son importantes en el tema ambiental.
Se hizo una red de reserva y de todos los ríos que son superimportantes. Para las mujeres el agua es vital, entonces se mapeó dónde está el agua y dónde hay que protegerla. Ese es un trabajo muy bonito que hemos hecho con el TECAM.
Para los talleres de cartografía, imprimimos mapas grandes y la gente ubica cosas relevantes a medida que les hacemos preguntas, según las necesidades que tenemos dentro del Plan de Vida.
Se pregunta, por ejemplo, qué necesidades hay en salud. Entonces, la gente hace cartografía de los centros de salud y vías para acceder a los puestos de salud.
En el tema de educación, identificamos en qué estado están las escuelas, dónde están y dónde se necesitan. Y así para todos los temas que tienen que ver con los derechos básicos de la población.
También tenemos un componente muy fuerte de víctimas porque el municipio donde estamos fue víctima de la violencia. El actual recrudecimiento de la violencia en todo el país lo asociamos al tema político. Ya que se acercan las próximas elecciones, la violencia empieza a recrudecerse.
Hemos tenido que hacer una parte importante de cuidado, autocuidado y protección. Hemos formulado un plan solo para eso, porque hay compañeras que ya hemos sufrido problemas de seguridad por este proceso. Existen amenazas e incluso atentados que les han ocurrido a compañeras.
Trabajamos de forma ardua para cuidarnos, porque esto nos pone en riesgo. Eso implica identificar cuáles son los factores de riesgo y cuáles serían las formas en que podemos sortear ese tipo de situaciones en caso de que ocurran. Lo tuvimos que incorporar en el proceso porque es vital.
VIII Asamblea del CNA.
- BS: ¿Cómo se imagina el TECAM en 10 años?
- Laura Giraldo: Uno de los temores que tenemos tiene que ver con las multinacionales. A la empresa que existe actualmente ya le renovaron la concesión. Tienen una concesión nueva a 30 años.
Ellos tienen títulos en toda la parte alrededor del TECAM. Además, varios títulos en el territorio. Esa sola empresa (Atico Mining) solicitó que le integren un título con otros, de forma que quedarían con un área gigante.
Y eso es solamente al hablar de una zona. El Carmen de Atrato está titulado, yo diría que más del 70% por Atico Mining y por otras empresas, también con capital internacional.
Nuestro miedo es que se llegue a esa integración de títulos y nosotros no tengamos ni cómo decir nada.
VIII Asamblea del CNA.
¿Cuál es nuestro sueño? Tener la capacidad de tomar esa decisión. Que en 10 años digamos: «Bueno, ya el TECAM se concretó». Que estas empresas, o cualquier empresa externa que llegue, nos tenga que hablar como gobierno propio y que tengamos la posibilidad, como gobierno propio, de decir: «No, eso no es lo que queremos» o de decir: «Sí, queremos esto, queremos agua, queremos vida, queremos sembrar».
Que nosotros podamos decidir sobre nuestro territorio. Eso no lo podemos hacer en este momento. El TECAM nos brinda la posibilidad de decir no o decir sí, pero con una conciencia más amplia de lo que aprobamos o no aprobamos.
No podemos decir que toda la organización es antiminera, pero hay una parte que no está de acuerdo con que eso se expanda porque expandir la minería, las microcentrales o cualquier otra cosa significa nuestra destrucción como campesinado, es nuestra desaparición.
Existe una experiencia en el punto donde está en este momento la mina, en la cual esta fue destruida y el agua se acabó. La gente no pudo volver a sembrar, se tuvo que desplazar y tuvo que vender a las malas, prácticamente. Si eso pasa en el resto del territorio, sería nefasto para nosotros y nosotras.
El sueño es que podamos decidir y volver a decir que la gente tiene su propia comida, que la gente ya no depende tanto de una empresa, de un alcalde, de la politiquería o de la corrupción para estar bien y vivir en condiciones de dignidad.
Eso es lo que yo vería, que con nuestro proceso en 10 años la gente sea feliz, que tengamos agua, que podamos seguir sembrando. Ese es el sueño de nosotros y nosotras. Se escucha como algo simple, pero es complejo por la situación en la que estamos y por las amenazas que enfrentamos.
- Betty Saucier, antropóloga e integrante del Proyecto de Acompañamiento y Solidaridad con Colombia (PASC).
Fuente: Colombia Informa

