Reflexiones sobre las tendencias del capital en la agricultura y los desafíos del movimiento campesino de América Latina

Este texto tiene como objetivo presentar de forma sucinta un aporte para la reflexión y debate de las principales características de la actuación del capital sobre la agricultura, y en especial a través de las empresas transnacionales.

Hay una lógica natural del funcionamiento del capitalismo, ahora en su fase dominada por el capital financiero, que actúa sobre la agricultura. Hay características específicas determinadas por la actual crisis del capital financiero. Esto está trayendo consecuencias para la organización de la producción agrícola y para la vida de los campesinos y campesinas. Y generando también contradicciones que necesitamos entender para actuar sobre ellas.

Presentamos los principales elementos de lo que podría ser un programa campesino para la agricultura, en especial para los países del hemisferio sur, en dónde predomina todavía la forma campesina de vivir en el campo, y dónde se sufre más las consecuencias dominantes del capital internacional sobre la tecnología, la producción y el comercio agrícola.

En la última parte se presentan algunos desafíos organizativos y políticos que el movimiento campesino necesita enfrentar y superar, a nivel local e internacional, en la actual correlación de fuerzas desfavorable, cuando el capital internacional está a la ofensiva por el dominio de la naturaleza, de la producción y de los bienes agrícolas.

Este análisis es realizado a partir de la realidad vivida en América Latina, y en especial en Brasil, por el dominio del capital sobre la agricultura, y a partir de las experiencias de lucha y de resistencia de los movimientos campesinos y de sus reflexiones y debates de cómo enfrentar al capital con un modelo alternativo, popular y campesino

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[1]Miembro de la Coordinación Nacional del MST – Brasil y de La Vía Campesina. Agosto de 2010.

SUMARIO

PRESENTACIÓN

I - LAS TENDENCIAS DEL CAPITAL SOBRE LA AGRICULTURA

1. Los movimientos del capital en la actual fase hegemonizada por el capital financiero y a nivel internacional.

2. La crisis reciente del capital financiero y sus consecuencias sobre la agricultura

3. La situación actual del control de las empresas transnacionales y del capital financiero sobre la agricultura.

4. El modelo del capital para la agricultura: el agronegocio.

II - LAS CONTRADICCIONES DEL CONTROL DEL CAPITAL SOBRE LA AGRICULTURA, EN ESPECIAL EN EL HEMISFERIO SUR

III - UN NUEVO PROGRAMA CAMPESINO PARA LA AGRICULTURA

IV - DESAFÍOS POLÍTICOS Y ORGANIZATIVOS DE LOS MOVIMIENTOS CAMPESINOS DE AMÉRICA LATINA

I - LAS TENDENCIAS DEL CAPITAL SOBRE LA AGRICULTURA

1. LOS MOVIMIENTOS DEL CAPITAL EN LA ACTUAL FASE HEGEMONIZADA POR EL CAPITAL FINANCIERO Y A NIVEL INTERNACIONAL

El desarrollo de la producción capitalista pasó por varias fases. A inicios del siglo XV puso en marcha el capitalismo mercantil, después evolucionó hacia el capitalismo industrial en el siglo XVIII y XIX. En el siglo XX se desarrolló como capitalismo monopolista e imperialista. En las últimas dos décadas estamos viviendo una nueva fase del capitalismo, ahora dominada por el capital financiero globalizado. Esta fase significa que la acumulación del capital, de las riquezas, se concentra básicamente en la esfera del capital financiero. Pero ese capital financiero necesita controlar la producción de las mercancías (en la industria, en las minerías y agricultura) y controlar el comercio a nivel mundial, para poder apoderarse de la plusvalía producida por los trabajadores agrícolas en general.

El capital financiero internacionalizado pasó a controlar la agricultura a través de varios mecanismos

a) El primero se da a través del excedente del capital financiero, los bancos pasaron a comprar acciones de cientos de medianas y grandes empresas que actuaban en diferentes sectores relacionados con la agricultura. Y, a partir del control de la mayor parte de las acciones, promovió entonces un proceso de concentración de las empresas que actuaban sobre la agricultura. En pocos años, esas empresas tuvieron un crecimiento fantástico de su capital por la inversión hecha por el capital financiero, pasaron a controlar los más diferentes sectores relacionados con la agricultura, como: comercio, producción de insumos en general, máquinas agrícolas, agroindustrias, medicamentos, herbicidas, herramientas etc. Es importante comprender que fue un capital acumulado fuera de la agricultura, pero que aplicado sobre ella, aumentó rápidamente la velocidad del proceso de crecimiento y concentración, que por las vías naturales de acumulación de riqueza de las mercancías agrícolas llevaría años...

b) El segundo mecanismo de control fue a través del proceso de dolarización de la economía mundial. Eso permitió que las empresas se aprovecharan de tasas de cambio favorables y entraran en las economías nacionales y pudieran comprar fácilmente empresas y dominar los mercados productores y el comercio de productos agrícolas.

c) El tercer mecanismo fue obtenido a través de las reglas del libre comercio impuestas por los organismos internacionales, como la Organización Mundial de Comercio (OMC), Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI), y acuerdos multilaterales, que normaron el comercio de productos agrícolas de acuerdo con los intereses de las grandes empresas y obligaron a los gobiernos serviles a liberar el comercio de esos productos. Con esto, las empresas transnacionales pudieron entrar en los países y controlar el mercado nacional de los productos e insumos agrícolas en prácticamente todo el mundo.

d) El cuarto mecanismo fue el crédito bancario. En prácticamente todos los países el desarrollo de la producción agrícola se encuentra cada vez más dependiente de insumos industriales y, por lo mismo, a merced de la utilización de crédito para financiar la producción. Y esos créditos permitieron financiar la ofensiva de ese modo de producción de la “agricultura industrial” y sus empresas productoras de insumos. O sea, los bancos financiaron la implantación y el dominio de la agricultura industrial en todo el mundo.

e) Y, por último, en la mayoría de los países, los gobiernos abandonaron las políticas públicas de protección del mercado agrícola nacional y de la economía campesina. Liberalizaron los mercados y aplicaron políticas neoliberales de subsidios, justamente, para la gran producción agrícola capitalista. Esos subsidios gubernamentales se implementaron sobre todo a través de exenciones fiscales, en las exportaciones o importaciones, y en la aplicación de tipos de interés favorables a la agricultura capitalista.

De esa lógica de dominio del capital financiero sobre la producción agrícola, tuvimos como resultado que en dos décadas ahora hay aproximadamente 50 grandes empresas transnacionales que controlan la mayor parte de la producción y del comercio agrícola mundial.

2. LA CRISIS RECIENTE DEL CAPITAL FINANCIERO Y SUS CONSECUENCIAS PARA LA AGRICULTURA Y LOS BIENES DE LA NATURALEZA

Durante los años 1990-2008, hubo la ofensiva del capital financiero sobre la agricultura y en los últimos años se agravó con una situación coyuntural de crisis del capital financiero en Estados Unidos y en Europa.

Esta crisis del capital financiero está agudizando todavía más los efectos del control del capital internacional sobre las economías periféricas, sobre la agricultura y la economía campesina. Esto viene aconteciendo por diversas razones:

a) Los grandes grupos económicos del hemisferio norte, frente a la crisis, a las bajas tasas de interés por allá practicadas (alrededor de 0,2% al año), a la inestabilidad del dólar y de sus monedas, huyeron del hemisferio norte y corrieron hacia la periferia, buscando proteger sus capitales volátiles, y, entonces, invirtieron, en activos fijos, como: tierra, minerías, materias primarias agrícolas, agua, territorios con elevada biodiversidad, inversiones productivas y producción agrícola. Y también en el control de fuentes de energías renovables, sean las hidroeléctricas o las centrales de etanol.

b) La crisis del precio del petróleo, y sus consecuencias sobre el calentamiento global y el medio ambiente, condujo a que el complejo automovilístico-petrolero pase a invertir grandes sumas de capital en la producción de agro-combustibles. Sobre todo en la producción de caña y maíz para el etanol, y de soja, maní, ricino y palma de aceite (palma africana) para aceite vegetal. Esto produjo una verdadera ofensiva del capital financiero y de las empresas transnacionales sobre la agricultura tropical del sur.

c) El tercer movimiento resultante de la crisis coyuntural es que esos capitales financieros se dirigieron a las bolsas de mercancías agrícolas y de minería, para invertir sus activos y así especular en el mercado futuro o simplemente transformar el dinero en mercancías del futuro. Este movimiento generó una elevación exagerada en los precios de los productos agrícolas negociados por las empresas en las bolsas mundiales de mercancías.

Los precios medios de los productos agrícolas a nivel internacional ya no tienen más relación con el costo medio de producción y el valor real medido por el tiempo de trabajo socialmente necesario. Ahora son resultado de los movimientos especulativos y del control oligopólico de los mercados agrícolas por esas grandes empresas.

3. LA SITUACIÓN ACTUAL DEL CONTROL DE LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y DEL CAPITAL FINANCIERO SOBRE LA AGRICULTURA

Hay muchos aspectos que se podrían analizar sobre la situación y consecuencia de la acción de las empresas sobre la agricultura. Aquí, vamos a analizar tan sólo los aspectos económicos

a) Hubo una concentración del control de la producción y del comercio mundial de los productos agrícolas, por parte de pocas empresas que dominan esos productos en todo el mundo, en especial los productos agrícolas que son estandarizables, como granos y lácteos. Y dominan toda la cadena productiva de los insumos y máquinas utilizadas en la agricultura.

b) Hubo un proceso acelerado de centralización del capital. Es decir, una misma empresa pasó a controlar la producción y comercio de un conjunto de productos y sectores de la economía. Como, por ejemplo, la fabricación de insumos agrícolas (fertilizantes químicos, venenos, herbicidas), maquinaria agrícola, fármacos, semillas transgénicas y una infinidad de productos oriundos de la agroindustria, sea alimenticia, sea de cosméticos y productos superfluos.

c) Hay una simbiosis cada vez mayor dentro de una misma empresa, entre el capital industrial, comercial y el capital financiero.

d) Hay un control casi absoluto sobre los precios de los productos agrícolas y de los insumos agrícolas, a nivel mundial. Aunque los precios deberían tener su base en el valor real (tiempo de trabajo medio necesario), el control oligopólico de los productos conduce a que se impongan precios por encima del valor, y así las empresas obtienen lucros extraordinarios. Es así como llevan a la quiebra a los pequeños y medianos agricultores que no consiguen producir en los mismos niveles de escala que las empresas internacionales controlan.

e) Hay una hegemonía de las empresas sobre el conocimiento científico, la investigación (que exige cada vez mayores volúmenes de recursos), y sobre las tecnologías aplicadas a la agricultura, que impone en todo el mundo un modelo tecnológico, la llamada “agricultura industrial”, dependiente de insumos producidos fuera de la agricultura. Ese modelo es presentado como si fuera la única, la mejor y la más barata forma de producir en la agricultura e ignora las técnicas milenarias del saber popular y de la agroecología.

Esa hegemonía de las empresas es decurrente de la ausencia de los Estados en la inversión en investigación agropecuaria. A lo largo del siglo XX, muchos Estados nacionales invertían recursos públicos en la investigación agropecuaria, cuyos resultados eran democratizados y accesibles a todos los agricultores de aquel país. Ahora el conocimiento y la investigación se han privatizado y sus resultados son usados como mercancía para obtener mayores tasas de ganancia. Y en la mayoría de los casos, incluso, las empresas cobran regalías a los agricultores, por el uso de nuevas tecnologías, que están encajadas en los elevados precios de las semillas con modificaciones genéticas o en los elevados precios de las máquinarias agrícolas y herbicidas colocados en el mercado.

f) Hubo una imposición de la propiedad privada de las empresas sobre los bienes de la naturaleza, en especial sobre las semillas modificadas genéticamente, y ahora más recientemente sobre las fuentes de agua potable para la población y depósitos para energía o irrigación. También hay una ofensiva en el intento de privatizar territorios en el hemisferio sur ricos en biodiversidad vegetal y animal.

g) Hubo una exagerada concentración de la producción agrícola, en especial de los productos destinados al mercado externo, por un número cada vez menor de grandes propietarios de tierra aliados a las empresas. El caso de Brasil es ilustrativo: cerca del 10% de todos los establecimientos agrícolas del país controlan el 80% del valor de la producción.

h) Está en curso una peligrosa estandarización de los alimentos humanos y animales en todo el mundo. La humanidad está siendo inducida a alimentarse cada vez más con verdaderas “raciones” estandarizadas por las empresas. La comida se transformó en una mera mercancía, que necesita ser consumida de forma masiva y rápidamente. Esto trae consecuencias incalculables debido a la destrucción de los hábitos alimenticios locales, de la cultura, y riesgos para la salud humana y de los animales.

i) Hay un proceso generalizado en todo el mundo de pérdida de la soberanía de los pueblos y de los países sobre los alimentos y el proceso productivo, por la desnacionalización de la propiedad de las tierras, de las empresas, de las agroindustrias y del comercio, de la tecnología, poniendo en riesgo la soberanía nacional como un todo. Ya existen más de 70 países que no alcanzan a producir más lo que sus pueblos necesitan para alimentarse.

j) Se implantaron grandes extensiones de monocultivos industriales de árboles de eucalipto, pinos y palma africana, etc., destinados a la producción de celulosa, madera o agroenergía, que están afectando gravemente el medio ambiente por la destrucción total de la biodiversidad y las capas freáticas del agua subterránea.

k) Se construyó una alianza maquiavélica en los países del sur, entre los intereses de los grandes propietarios de tierra, latifundistas y hacendados capitalistas criollos, con las empresas transnacionales. Esa alianza está imponiendo el modo de agricultura industrial en todo el hemisferio sur, de forma muy rápida y concentrando la propiedad de la tierra de forma asombrosa. Está destruyendo y haciendo inviable la agricultura campesina y despoblando el interior de nuestros países. En ese modelo de agricultura se utiliza la mecanización intensiva y herbicidas, que expulsa mano de obra, provocando la migración de grandes contingentes de la población rural.

l) Está en circulación una nueva re-división internacional de la producción y del trabajo, que condena a la mayor parte de los países del hemisferio sur a ser meros exportadores de materias primas agrícolas y minerales.

m) La mayor parte de los gobiernos, aunque elegidos en procesos electorales considerados como democráticos, son en realidad conducidos, por la fuerza de la lógica del capital y por todo tipo de manipulación mediática, a ser gobiernos serviles a esos intereses. Sus políticas agrícolas se tornaron totalmente subalternas a los intereses de las empresas transnacionales. Abandonaron el control del Estado sobre la agricultura y los alimentos. Abandonaron políticas públicas de apoyo a los campesinos. Abandonaron las políticas públicas de soberanía alimentaría y de preservación del medio ambiente local.

4. EL MODELO DEL CAPITAL PARA LA AGRICULTURA: EL AGRONEGOCIO

En resumen se puede decir que el capital y sus propietarios-capitalistas, representados por los grandes propietarios de tierras, bancos y empresas nacionales y transnacionales, están aplicando en todo el mundo el llamado modelo de producción del agronegocio (agrobusiness), que se caracteriza sucintamente, por: organizar la producción agrícola en la forma de monocultivo (un solo producto) en escalas de áreas cada vez mayores; uso intensivo de máquinas agrícolas, en escala cada vez mayores, expulsando la mano de obra del campo; la práctica de una agricultura sin agricultores; la utilización intensiva de venenos agrícolas, los agrotóxicos, que destruyen la fertilidad natural de los suelos y sus micro-organismos, contaminan las aguas en la capa freática e inclusive la atmósfera al adoptar los defoliantes y secantes que se evaporan en la atmósfera y regresan con las lluvias. Y. sobre todo, contaminan los alimentos producidos, con consecuencias gravísimas para la salud de la población. Usan cada vez más semillas transgénicas, estandarizadas, y atacan el medio ambiente con sus técnicas de producción que buscan sólo mayor tasa de lucro, en menor tiempo.

Ese modelo de producción que busca la producción de dólares y commodities, y no de alimentos, pasa a dominar y utilizar cada vez más tierras fértiles para la producción también del agrocombustible para “alimentar” los tanques de los automóviles del transporte individual, y la plantación industrial de monocultivo de árboles para la celulosa (destinada al envase de la industria) y energía en la forma de carbón vegetal.

II. LAS CONTRADICCIONES DEL CONTROL DEL CAPITAL SOBRE LA AGRICULTURA, EN ESPECIAL EN EL HEMISFERIO SUR

La descripción del poder económico sobre la agricultura, la naturaleza y los productos agrícolas asusta a todos! Y puede llevar a un pesimismo sobre la posibilidad de revertir tal situación, tan grande es la fuerza que el capital internacional y financiero ejerce sobre ellos.

Sin embargo, todos esos procesos económicos y sociales traen consigo contradicciones. Y son esas contradicciones que generan revueltas, indignación, efectos contrarios que llevarán a su superación a medio plazo.

Se destaca aquí, algunas de esas contradicciones del dominio del capital sobre la agricultura y la naturaleza, para poder entenderlas, y actuar sobre ellas, para provocar los cambios necesarios.

1. El modelo de producción de la agricultura industrial es totalmente dependiente de insumos, como los fertilizantes químicos y los derivados del petróleo, que tienen límites físicos naturales de escasez de reservas mundiales de petróleo, potasio, caliza y fósforo. Por lo tanto, tiene su expansión limitada a mediano plazo. Y tiene sus costos/precios por encima del valor real.

2. El control oligopólico de parte de algunas empresas sobre los alimentos ha generado precios por encima de su valor, y eso provocará hambre y revuelta de la población que no puede acceder a los mismos, por falta de renta. O sea, condicionar el alimento simplemente a las tasas de lucro, traerá a corto plazo graves problemas sociales, ya que la población más pobre y hambrienta no tendrá renta suficiente para convertirse en consumidora de los alimentos transformados en meras mercancías. La FAO (organismo de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) reveló que más de mil millones de seres humanos pasan hambre todos los días. Por primera vez en la historia de la humanidad alcanzamos tal magnitud de hambrientos. Sin embargo la producción de alimentos crece sistemáticamente.

3. El capital internacional está controlando y privatizando la propiedad de los recursos naturales, representados por la tierra, agua, bosques y biodiversidad. Y eso afecta la soberanía nacional del país, y va a provocar la reacción de amplios sectores sociales contrarios, no sólo de los campesinos.

4. La agricultura industrial se basa en la necesidad del uso cada vez mayor de agro tóxicos, como forma de ahorrar mano de obra y de establecer monocultivos a gran escala. Eso produce alimentos cada vez más contaminados, que afectan la salud de la población. Y las poblaciones de la ciudad, que tienen más acceso a la información ciertamente reaccionarán. (Las clases ricas ya se están protegiendo y en las redes de grandes supermercados aumenta cada vez más el consumo de productos alimenticios producidos de forma orgánica.)

5. El modo de producir a gran escala expulsa la mano de obra del medio rural, y hace que aumenten las poblaciones en las periferias de las grandes ciudades. Esas poblaciones no tienen alternativa de empleo y renta. Y eso genera una contradicción por el incremento de la desigualdad social y del éxodo rural en todos los países del mundo.

6. Las empresas están ampliando la agricultura basada en las semillas transgénicas. Pero al mismo tiempo, aumentan las denuncias y quedan más visibles las consecuencias de las semillas transgénicas sobre la destrucción de la biodiversidad, sobre el clima y los riesgos para la salud humana y de los animales. Y están apareciendo cada vez más las reacciones de la naturaleza a esa homogenización de la vida vegetal, ya que las semillas transgénicas contaminan a las demás y no pueden convivir con otras especies semejantes. Por otro lado, surgen nuevas enfermedades y plantas que resisten a los venenos usados combinados con las semillas transgénicas.

7. La agricultura industrial, del monocultivo, destruye sistemáticamente toda la biodiversidad. Y la destrucción de la biodiversidad altera el régimen de las lluvias, el clima y contribuye al calentamiento global. Esa contradicción es insostenible y las poblaciones de la ciudad empezaron a darse cuenta y exigir cambios.

8. La privatización de la propiedad de las aguas sea de los ríos y lagos, o del agua subterránea, aumentará el precio y restringirá el consumo para las poblaciones de baja renta; además, traerá graves consecuencias sociales. En diversos países del continente americano, las tres mayores empresas del sector: Nestlé, Coca-cola y Pepsi ya poseen el control de la mayor parte del mercado del agua potable vendida en botellas.

9. El aumento de la compra de tierras por las empresas extranjeras y su desnacionalización de forma incontrolable trae contradicciones en la soberanía política de los países.

10. La ampliación y el uso de la agricultura industrial para la producción de los agro-combustibles, amplía todavía más el monocultivo y el uso de fertilizantes de origen petrolero sin resolver el problema del calentamiento global y de la emisión de gas carbónico. La causa principal de ese problema es el crecimiento del uso del transporte individual en las grandes ciudades, estimulado por la ganancia de las empresas automovilísticas. Por lo tanto, el fomento de la agricultura de agro-combustibles no resolverá el problema, sólo se agravará, por sus efectos perversos en la destrucción de la biodiversidad.

11. El proyecto de redivisión internacional del trabajo y de la producción transforma muchos países del hemisferio sur en meros exportadores de materias primas, haciendo inviable los proyectos de desarrollo nacional, que puedan garantizar empleo y distribución de renta para sus poblaciones. Eso va a generar concentración de renta, paro y migración hacia los países del hemisferio norte.

12. Las empresas del agro, aliadas con el capital financiero, están avanzando también en la concentración y centralización de las redes de distribución en supermercados, con el oligopolio mundial de las redes Wal-Mart, Carrefour, etc. Ese proceso va a destruir miles de pequeños almacenes y comerciantes locales, generando consecuencias sociales incalculables.

13. La agricultura industrial necesita utilizar cada vez más hormonas y medicamentos industriales para la producción masiva de animales para el matadero, en menor tiempo, como aves, ganado y porcinos. Y eso está generando consecuencias en la salud de la población consumidora.

14. Los grandes propietarios de tierra no controlan más el proceso de producción y los márgenes de ganancia. Ellos son rehenes de las empresas que controlan la producción y el comercio. Por eso la mayor parte de la ganancia se queda con las empresas en la esfera del comercio. Para compensar esa división de su tasa de ganancia, los capitalistas del agro aumentan la explotación de los trabajadores asalariados, imponen el trabajo estacional, temporal, que genera empleo sólo algunos meses por año. ¡Y en diversos países está resurgiendo formas de trabajo análogas al trabajo esclavo, de superexplotación, donde los sueldos no son suficientes para la reproducción humana y quedan siempre debiendo a los “patrones”! Aumenta también la explotación del trabajo femenino e infantil, sobre todo en los períodos de cosecha de productos que exigen mucha mano de obra, estimulando la migración de trabajadores temporales, sin garantizarles ningún derecho social.

15. En el modelo de dominio del capital sobre la agricultura no hay alternativas de empleo y renta para la juventud. Y eso es una enorme contradicción, pues si un sector productivo no cuenta con la juventud, no tendrá futuro.

16. Inmensas regiones del interior de los países están quedando deshabitadas, como si la única forma de supervivencia humana fuera la aglomeración de la población en las grandes ciudades. Y en éstas, es tan grande la concentración demográfica que las condiciones de vida empeoran cada vez más. ¡Se practica una agricultura sin personas! El ejemplo más ilustrativo de esa contradicción es que hoy en Estados Unidos la población carcelaria es más grande que la población que vive en el medio rural.

III- UN NUEVO PROGRAMA CAMPESINO PARA LA AGRICULTURA

En la literatura de la economía política y de la sociología hay mucha confusión sobre la expresión y concepto de lo que es campesino. En general, su referencia se utiliza asociada a la formas de producción del pasado, en función del origen de clase pre-capitalista de los campesinos. En la historia del capitalismo industrial, el capital utilizó diferentes formas de convivencia y explotación del trabajo agrícola campesino en su lógica de acumulación. En general se combinó las dos formas clásicas y contradictorias, pero dialécticas: la destrucción y al mismo tiempo la reproducción de las formas campesinas.

En el movimiento de La Vía Campesina internacional, estamos acumulando debates y teorías que proponen un nuevo modelo de organización agrícola, basado en la hegemonía de los trabajadores del campo, que viven en la condición de campesinos. Pero las formas de organizar ese nuevo modelo dependen de las condiciones objetivas de las fuerzas productivas y de la naturaleza de cada país, y del grado de expresión social de ese segmento de los trabajadores.

Llamamos nuevo programa, porque en realidad es un programa popular, anti-capitalista, anti modelo de dominio del capital. Un nuevo modelo de producción bajo control de los trabajadores, para que produzcan en función de las necesidades y de los derechos de todo el pueblo.

Es prácticamente imposible sistematizar en un único enunciado las propuestas que los movimientos campesinos en cada país han defendido como plataforma alternativa de modelo agrícola. Eso porque cada país tiene sus especificidades en lo referente a fuerzas productivas, las clases sociales y la correlación de fuerzas.

El objetivo aquí es señalar las principales reivindicaciones y propuestas que el movimiento campesino de América Latina ha desarrollado para construir un nuevo modelo de organización de la producción agrícola en sus respectivos países.

1. Implementar un programa de producción agrícola e hídrico, que priorice la soberanía alimentaría de cada país, con la producción de alimentos sanos. Eso significa que los estados deben desarrollar políticas de estimulo y de apoyo que permitan, que cada región de un país pueda producir todos los alimentos que la población necesita.

Y así se alcanzaría la soberanía de alimentos en todos los países. Ese debe ser el objetivo principal y prioritario de cualquier programa de desarrollo agrícola y rural: garantizar la soberanía alimentaría de su pueblo.

Y el comercio agrícola internacional se reduciría al intercambio entre los países de aquellos productos excedentes o complementarios de la canasta básica de los hábitos alimenticios de cada pueblo. Ese debe ser el objetivo principal de la organización de la producción agrícola en cada país y de todos los países del mundo.

2. Impedir la concentración de la propiedad privada de la tierra, de los bosques y del agua. Hacer una amplia distribución de las más grandes haciendas, instituyendo un límite de tamaño máximo de la propiedad de bienes de la naturaleza. La esencia de la reforma agraria debe ser la amplia democratización del acceso de los trabajadores, de los campesinos, de la población que viven en el medio rural a la posesión y el uso de la tierra, del agua y de los bienes de la naturaleza.

3. Adoptar sistemas de producción de los alimentos basados en la diversificación de la agricultura. Es decir, el monocultivo destruye el equilibrio de la naturaleza e impone el uso de agro tóxicos. Debemos desarrollar prácticas de agricultura diversificada en todas las áreas para que tengamos producción y trabajo a lo largo de todo el año, y produciendo de forma equilibrada entre la biodiversidad y el medio ambiente.

4. Adoptar técnicas de producción que busquen el aumento de la productividad del trabajo y de la tierra, respetando el ambiente y la biodiversidad. Combatir el uso de agrotóxicos, que contaminan los alimentos y la naturaleza. Esas técnicas han recibido, en general, la denominación de prácticas agroecológicas aunque, en cada país hay expresiones diferenciadas para explicitar los mismos métodos de producción.

5. Desarrollar la organización de agroindustrias en pequeña y mediana escala, en la forma de cooperativas, bajo control de los trabajadores industriales y de los campesinos que producen su materia prima. La agroindustria es una necesidad del mundo moderno para poder conservar los alimentos y transportarlos a las ciudades. Pero debemos garantizar que las agroindustrias estén bajo control de los trabajadores y campesinos para que la renta del mayor valor agregado a los productos sea distribuida entre los que trabajan. Y a la vez, adoptando menor escala, se puede diseminar por todas las regiones y municipios rurales, generando más oportunidades de empleo y renta para los jóvenes del medio rural, más abiertos a trabajar en esos emprendimientos agroindustriales.

6. Adopción de máquinas agrícolas que reduzcan el grado de esfuerzo físico de las personas, pero que se adecúen mejor al medioambiente, y por lo tanto deben ser en escalas menores y adaptadas a la estructura agraria campesina, de pequeñas y de medianas escalas de producción.

7. La producción de alimentos de cada país debe ser controlada por las fuerzas sociales del propio país, sean los gobiernos, las empresas y trabajadores en general y campesinos. Se debe impedir que empresas extranjeras controlen la producción de insumos agrícolas y alimentos en cualquier país.

8. Defender una “política de deforestación cero” preservando la naturaleza y usando los recursos naturales de forma adecuada y en favor del pueblo que allá vive. Es posible producir los alimentos necesarios para la población local, en todos los países del mundo, sin necesidad de destruir ninguna hectárea más de biomasa de bosques o de cobertura vegetal nativa.

Exigir que los gobiernos promuevan planes masivos de reforestación con árboles nativos y frutales en todas las áreas ya degradadas de nuestros países.

9. Preservar, difundir y multiplicar las semillas nativas y mejoradas, de acuerdo con nuestro clima y biomasa, para que todos los agricultores tengan acceso e impedir la difusión de las semillas transgénicas. Los agricultores tienen el derecho y el deber de producir sus propias semillas, controlarlas y tener acceso a tecnologías que puedan mejorarlas genéticamente, adecuándolas a las biomasas locales y a la búsqueda de una mayor productividad.

10. Asegurar que el agua, como un bien de la naturaleza, sea un derecho de todo ciudadano. No puede ser una mercancía y debe ser gerenciala como un bien público, accesible a todos y todas. Defendemos un programa de preservación de nuestros acuíferos (capas freáticas en el subsuelo), y todas las fuentes naturales existentes en nuestros países. De igual manera, los estados deben desarrollar políticas de reforestación en los márgenes de ríos y lagos, y de protección de las vertientes del agua, como también desarrollar políticas de almacenamiento adecuado de las aguas lluvias.

11. Implementar un proyecto energético popular para el país, basado en la soberanía energética y garantizar el control de la energía y de sus fuentes al servicio del pueblo. Eso significa que en cada pueblo, cada municipio y región de nuestros países pueden desarrollar la producción y distribución de la energía a partir de las fuentes renovables, no agresoras ni depredadoras, como son las fuentes de agro-combustibles, de represas, eólicas y solar. La soberanía energética de un pueblo es el control que debe tener sobre las fuentes de energía y la producción renovable, que necesita y utiliza.

12. Garantizar la posesión, uso y legalización de todas las tierras/territorios de las comunidades nativas, indígenas y tradicionales, y respeto a sus culturas.

En todos los países hay innumerables comunidades nativas, que de acuerdo con la cultura local son denominadas como pueblos indígenas, comunidades nativas o comunidades autóctonas. En el caso brasileño y de otros países que sufrieron con la “plantation” [1] con trabajo esclavo, hay diversas comunidades afrodescendientes remanentes de la esclavitud (conocidas en Brasil como Quilombos), que viven en territorios ocupados hace decenas de años, pero no legalizados. Esas comunidades resistieron de todas las formas al avance de la propiedad privada y del capitalismo.

Es fundamental para la construcción de un nuevo modelo de producción agrícola y de ocupación democrática del territorio, que todas esas comunidades estén aseguradas por el Estado, con sus derechos históricos sobre los territorios, tierras y bienes de la naturaleza que ocupan.

13. Prohibición de que cualquier empresa extranjera sea propietaria de tierras en cualquier país del mundo.

Como parte de la internacionalización del capitalismo, las empresas transnacionales, financiadas por el capital financiero, han lanzado una ofensiva de compra de tierras en la mayor parte de los países del hemisferio sur. Los compradores son las empresas imperialistas del norte; pero algunas veces son las mismas grandes empresas del hemisferio sur que actúan también en minería e hidroeléctricas, celulosa etc.

Es fundamental que se prohíba la desnacionalización de la propiedad y uso de las tierras y bienes de la naturaleza, (como el agua, la biodiversidad, la minería) por parte de esas empresas extranjeras. La soberanía de los pueblos debe ser asegurada, impidiendo el control del territorio por empresas extranjeras de cualquier país.

14. Promover el desarrollo de políticas públicas para la agricultura, por medio del Estado, que garanticen:

a) Prioridad para la producción de alimentos para el mercado interno;

b) Precios rentables a los pequeños agricultores, garantizando la compra a través de diversos mecanismos estatales o sociales.

c) Una política de crédito rural, en especial para la inversión de los pequeños y medianos establecimientos agrícolas;

d) Una política de investigación agropecuaria controlada por el Estado, que priorice la investigación sobre la producción de alimentos y técnicas agroecológicas, que dé un amplio acceso a los agricultores y democratice sus resultados a toda la población.

e) Adecuar la legislación sanitaria de la producción agroindustrial a las condiciones de la agricultura campesina y de las pequeñas agroindustrias, ampliando las posibilidades de producción de alimentos;

f) Que las políticas públicas para la agricultura estén adecuadas a las realidades regionales de cada país.

15. Garantizar la políticas de seguridad social para toda población del medio rural, de carácter público, universal y solidario para que todos los trabajadores y trabajadoras tengan acceso a los servicios de salud pública, seguridad social y jubilación.

En la mayoría de nuestros países, los campesinos y los/as trabajadores/as rurales, temporales o permanentes están excluidos de los sistemas públicos de salud, y de la seguridad social, que representa una posibilidad de jubilación y auxilio social. Por eso es fundamental que se universalice esos servicios y las políticas de seguridad social a toda población del campo. ¡Las conquistas que la clase obrera obtuvo tras años de largas luchas en el siglo XX deben ser extendidas a todo el medio rural!

16. Rever el actual modelo de transporte individual, en vigor en la mayoría de los países, que es altamente contaminante y puede generar distorsiones con la producción de combustible de origen agrícola.

Se debe desarrollar un programa nacional de transporte colectivo, que priorice los sistemas ferroviarios, el metro, las vías marítimas, los cuales utilizan menos energía, son menos contaminantes y más asequibles a toda población.

Esa condición permitirá desarrollar políticas de agrocombustibles más racionales y que impidan que amplias extensiones de tierra sean desplazadas de la producción de alimentos para la producción de combustibles para uso en automóviles individuales, como es la actual propuesta del etanol y del biodiesel.

17. Educación en el campo, para todos.

Asegurar la implementación de un amplio programa de escolarización en el medio rural, adecuado a la realidad de cada región, que busque elevar el nivel de consciencia social de los campesinos y de las campesinas, universalizar el acceso de los jóvenes a todos los niveles de escolarización y, en especial, a la enseñanza secundaria y superior.

Desarrollar una campaña masiva de alfabetización de todos los adultos.

Los programas de acceso de los jóvenes a la universidad deben estar combinados con la vivienda en el medio rural, y realizados en la forma de alternancia, combinando teoría y práctica, para evitar que la enseñanza superior sea un estímulo al éxodo rural. Al contrario, debemos estimular que los jóvenes puedan aplicar los conocimientos de la universidad en sus comunidades rurales.

18. Cambiar los actuales acuerdos internacionales de la Organización Mundial de Comercio (OMC), de la Unión Europea-Mercosur, que son convenciones y conferencias en el ámbito de Naciones Unidas, que defienden sólo los intereses del capital internacional, del libre comercio, en detrimento de los campesinos y de los intereses de los pueblos del sur.

Los actuales acuerdos reflejan sólo necesidades de acumulación y control del capital sobre la producción de mercancías y sobre el comercio mundial. Y son realizados por gobiernos que representan sólo los intereses del capital. Es necesario romper con esas imposiciones ilegítimas, y crear un nuevo marco de representación internacional, donde se asegure la representación y los intereses de los pueblos.

19. Adoptar la producción de celulosa y papel en escalas industriales menores, buscando satisfacer las necesidades de las poblaciones locales, y evitando el monocultivo extensivo, de grandes plantaciones con monocultivos de árboles que desequilibran el medio ambiente.

20. Desarrollo de políticas para mejorar las condiciones de vida en los pueblos y comunidades rurales, garantizando acceso a la energía eléctrica, al transporte y a condiciones de vivienda adecuadas a su micro-clima.

21. Estimular para que todas las relaciones sociales de nuestras sociedades se basen en el cultivo de valores, los cuales la humanidad viene construyendo a lo largo de milenios, como la solidaridad, la justicia social y la igualdad. Esos valores no son sólo declaraciones de principios, sino deben orientar nuestro comportamiento cotidiano, en nuestros movimientos, en nuestras organizaciones, en los regímenes políticos y Estados. La sociedad sólo tendrá un futuro si cultiva los valores históricos humanistas y socialistas. ¡Todas las demás sociedades basadas en el individualismo están condenadas al fracaso!

22. Defender y valorizar los hábitos culturales de cada pueblo y comunidad, como una resistencia político-cultural frente a la estandarización que el capital impone.

IV. DESAFÍOS POLÍTICOS Y ORGANIZATIVOS DE LOS MOVIMIENTOS CAMPESINOS DE AMÉRICA LATINA

El advenimiento de la nueva fase del capitalismo, en la cual sus empresas y corporaciones se internacionalizaron, trajo como contradicción y obligó a los movimientos campesinos, en general más preocupados con temas locales y nacionales, a internacionalizarse. Así, desde la década de 1990, se multiplicaron iniciativas y articulaciones internacionales entre los más diferentes movimientos campesinos del mundo.

Y de esas articulaciones resultaron la formación de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) así como otras iniciativas semejantes en Europa, África y Asia. Y de ellas nació, entonces, La Vía Campesina como una articulación internacional de intercambio de experiencias, unidad, principios, debates de ideas y de construcción de movilizaciones conjuntas, para enfrentar enemigos comunes a nivel internacional, como son las empresas transnacionales, las semillas transgénicas, los acuerdos internacionales (OMC, Banco Mundial) que sólo interesan al capital y son utilizados contra los campesinos.

De todo ese intercambio y reflexiones colectivas y de las experiencias que se fueron acumulando en los encuentros bilaterales y en las Conferencias Internacionales, podemos recoger la síntesis de cuáles son los principales desafíos que hoy enfrenta el movimiento campesino a nivel internacional, y en especial de América Latina, es decir, que son comunes a todos los países, pero que necesitan ser enfrentados a nivel nacional, por nuestros propios movimientos:

1. Transformar la lucha por la tierra, en lucha por el territorio.

La lucha por la tierra ya no es sólo la lucha por un espacio de trabajo, de producción para la supervivencia y reproducción de la familia campesina. La lucha por la tierra necesita ser enfrentada como una necesidad colectiva, de todas las comunidades en la defensa del territorio. Ahora, se trata más que de una necesidad individual y familiar de los campesinos que no tenían tierra para trabajar para sí, una necesidad de resistencia de toda la comunidad campesina. Una necesidad de la clase campesina de defender su espacio territorial frente a los intereses del capital, para poder sobrevivir y resistir como clase. Antes, la disputa por la tierra era sólo para librarse de la renta de la tierra y de la explotación del trabajo que los campesinos sin-tierra sufrían del latifundista y de los grandes propietarios de la tierra. Hoy, la tierra es disputada por el capital, para controlar las semillas, el agua, la biodiversidad, la minería, los ríos y la producción de mercancías agrícolas en general.

Así, ¡la lucha por la reforma agraria debe ser llevada adelante por todas las categorías de campesinos y campesinas y de trabajadores y trabajadoras del campo, y no sólo por los sin-tierra!

2. Construir un nuevo modelo de producción agrícola controlado por los trabajadores y campesinos.

Los campesinos están acostumbrados históricamente a defender sólo sus intereses inmediatos. Y por eso luchan para tener tierra, luchan por mejores precios, luchan por mejores condiciones de vida en sus comunidades como la conquista de la luz eléctrica, de mejores carreteras, de escuelas y servicios públicos.

Ahora que están en disputa dos modelos de producción agrícola, ¿cómo vamos a utilizar nuestras tierras y territorios? ¿Si ellos sirvieron para la acumulación del capital de algunas empresas que los usan sólo para producir mercancías y tener lucros con la naturaleza, hoy vamos a darles una función social, que interesa a los que viven en el medio rural y a toda la sociedad? Por lo tanto, se puede ver que está en disputa dos modelos de ocupación y utilización de las tierras y de los territorios. Y ellos son incompatibles.

Estamos conscientes que el modelo de dominio del capital sobre la producción y la naturaleza pone en peligro la propia supervivencia de la biodiversidad, de la naturaleza y de los seres humanos, pues es una forma predatoria e irresponsable socialmente que reconoce sólo el lucro fácil y rápido. Y traerá graves consecuencias para el equilibrio del medio ambiente y para la salud de las personas. Por lo tanto, es una imperativo, una necesidad que derrotemos el proyecto del capital para la agricultura.

3. Enfrentar los intereses de las empresas transnacionales y sus mecanismos de control.

Anteriormente, durante la fase del capitalismo mercantil e industrial sobre las comunidades rurales, los enemigos principales de los campesinos aparecían como los grandes propietarios de tierra, las oligarquías locales y los comerciantes acaparadores, que explotaban a los campesinos y les impedían reproducirse como clase. Ahora, hay una nueva clase de enemigos comunes de la clase campesina en todos los países: son las grandes corporaciones transnacionales que controlan territorios, producción, tecnología, insumos, precios y el mercado mundial de las mercancías agrícolas. Y esas empresas actúan en sociedad y financiadas por el capital financiero. Por lo tanto, el nuevo y poderoso enemigo común de todos los campesinos y campesinas del mundo se amplió. Los campesinos y campesinas necesitan identificarlos y actuar para impedir su avance, como una condición de supervivencia como clase y como condición para mejorar sus condiciones de vida.

4. Construir una nueva matriz tecnológica basada en la agroecología.

Durante el siglo XX los campesinos en general fueron engañados por la campaña intensiva del capital industrial de que la única forma de aumentar la productividad del trabajo y de las áreas cultivadas sería la utilización intensiva de los insumos producidos por la industria: máquinas, abonos químicos, fertilizantes en general y los agro tóxicos. Durante todo el siglo se desarrolló entonces esa matriz de producción basada en productos químicos de la industria y maquinaria en escalas cada vez mayores.

Muchos campesinos se ilusionaron y pasaron a adoptarla. No percibieron de que adoptar la matriz tecnológica del capital, sería, más allá que trabajar para pagarlos, equipararse a los hacendados capitalistas. Y al equipararse a los métodos productivos de ellos, no tendrían condiciones de competir en escala con los capitalistas. Y por eso se registraron perjuicios, quiebras y pérdida de la tierra por parte de millones de familias campesinas, en todo el mundo.

Los campesinos necesitan urgentemente, en todos los países desarrollar un nuevo modelo, una nueva matriz tecnológica de producción agrícola. Una matriz que posibilite aumentar la productividad de su trabajo y la productividad de las área cultivadas, pero en equilibrio con el medioambiente, para que se produzca más pero de forma saludable. Y esa matriz tecnológica, se resume en las técnicas aglutinadas por la agroecología.

Pero para eso necesitamos un enorme esfuerzo para recoger las prácticas y conocimientos de la sabiduría popular existentes hace décadas, y trasmitidas de generación en generación en nuestras comunidades. Necesitamos sistematizar esos conocimientos científicos, aglutinarlos y desarrollar los cursos superiores de agronomía basados en la agroecología. La mayoría de las universidades y facultades de agronomía son dominadas por los intereses del capital y por ello desdeñan la agroecología como un ramo de la ciencia importantísimo. Cabe, pues, a los campesinos y sus organizaciones recuperar y sistematizar esos conocimientos y organizar cursos superiores de agroecología en todos los países, para fundamentar científicamente una nueva matriz productiva, que interese a los campesinos, al equilibrio del medio ambiente y a toda la sociedad.

De ahí la importancia de los esfuerzos que La Vía Campesina está realizado en todo el mundo, y, en particular en América Latina, en colaboración con diversos gobiernos progresistas y con profesores universitarios conscientes, para organizar y multiplicar los cursos de agroecología en nuestras universidades accesibles a los jóvenes campesinos. Y a nivel continental articularlos en la red de Institutos Latinoamericanos de Agroecología (IALA). Debemos desarrollar esfuerzos para que en cada biomasa de nuestros países y regiones tengamos cursos de agroecología que preparen agrónomos y sistematicen matrices de producción adaptadas a cada uno de ellos.

Y a partir de esa nueva red de conocimiento y de apropiación de técnicas de producción de la agroecología aplicarlas en los programas de fomento rural y de asistencia técnica. En ese sentido, es muy importante la experiencia de los campesinos cubanos que desarrollaron una metodología de difusión de técnicas y conocimiento llamada “Campesino a Campesino”, en la que se estimula a los propios liderazgos campesinos y se crean condiciones para que ellos compartan los conocimientos y experiencias con campesinos y campesinas de otras regiones.

Hay que desarrollar también nuevos métodos de difusión de las técnicas agroecológicas.

5. Implantar y garantizar escuelas en el campo, en todos los niveles.

El acceso al conocimiento es tan importante cuanto tener tierra, controlar el territorio y producir mercancías. El conocimiento es el único que libera verdaderamente a las personas. Conocimiento es cultura, es saber acumulado, es la ciencia que la humanidad va acumulando para entender y transformar el mundo.

Por eso es fundamental que los movimientos campesinos y las poblaciones que viven en el medio rural tengan acceso al conocimiento. Pero el conocimiento es dictado en nuestras sociedades por los libros y por las escuelas.

Para cambiar eso, los movimientos campesinos necesitan transformar las escuelas en territorios ideológicos de clase; incorporar en sus programas de lucha, la conquista de escuelas en todos los niveles, para jóvenes y adultos. Sea en la enseñanza fundamental (hasta el octavo año), sea en la enseñanza media e incluso la enseñanza superior (universitaria). Las escuelas necesitan estar en donde el pueblo vive. Debemos impedir los programas que desplazan a nuestros jóvenes y niños hacia la ciudad, como defienden muchos gobiernos, que van rompiendo las raíces del medio rural e imponiendo enormes sacrificios y van enajenando a la juventud de su medio y su clase social.

Necesitamos luchar para que los programas y libros en todos los niveles de enseñanza estén adecuados a las necesidades de nuestros pueblos.

Necesitamos luchar para que los profesores y educadores estén en sintonía con los intereses del pueblo.

Necesitamos luchar para que toda la enseñanza en el medio rural y en la sociedad sea pública y gratuita, que sea asumida como un deber del Estado y un derecho de la población.

6. Desarrollar procesos permanentes de formación de la base, de militantes y de cuadros dirigentes

Los movimientos campesinos necesitan urgentemente poner todas las energías posibles, de recursos humanos, económicos y materiales para crear las condiciones necesarias para el desarrollo de programas de formación. Formación significa tener consciencia de clase combinada con conocimientos científicos.

Los programas de formación son los que ayudan a utilizar los conocimientos científicos desarrollados por la humanidad para ayudarnos a interpretar la realidad que vivimos y poder transformarla. Sin conocimiento científico y sin estudio seria imposible que los campesinos interpreten la realidad y puedan transformarla de una forma correcta.

Por tanto, es necesario desarrollar la formación en los diferentes niveles:

a) La formación de masas dirigida a toda base social, a todos los rangos de edad y de inserción organizativa. En general, la formación de masa se da a través de la praxis concreta, de las movilizaciones y las formas de luchas masivas, pero también a través de los medios de comunicación de masas. Además se puede utilizar las expresiones culturales como el teatro, la música, pintura, etc., para la formación de masas.

b) La formación en pequeños núcleos de base organizada. Es la formación de base.

c) La formación de militantes destinada en especial a los jóvenes, para prepararlos, como agentes activos y multiplicadores de ideales, programas y acciones. Los militantes son los que componen el organismo activo de nuestros movimientos.

d) La formación de dirigentes que exige un nivel de conocimientos científico todavía más elevados y complejos en la actual situación de la lucha entre modelos.

e) Para desarrollar esos diversos niveles de formación, es necesario que utilicemos las más diferentes formas y métodos de acuerdo con la cultura y la idiosincrasia de cada región y de cada pueblo.

7. Desarrollar los medios de comunicación de masas propios.

La lucha de clases en la actual fase del capitalismo financiero y globalizado está marcada cada vez más por la utilización de medios de comunicación de masas. La clase dominante de nuestros países y a nivel internacional tiene la hegemonía completa de los grandes medios, como la televisión, las agencias de noticias, las radios, los periódicos y revistas. Y los utiliza para reproducir sus ideas, su ideología, su programa y su proyecto de sociedad; los utiliza para luchar contra la clase trabajadora, para difundir mentiras y manipular el pensamiento de las masas, cooptando y manipulando a las masas trabajadores del campo y de la ciudad con esos instrumentos.

Es fundamental, pues, que todos los movimientos de trabajadores y también los movimientos campesinos desarrollemos medios de comunicación propios. No podemos ilusionarnos en hablar con la lengua de los otros, o de la clase dominante.

Aunque en condiciones económicas y tecnológicas adversas, es fundamental que desarrollemos y que tengamos bajo nuestro control los más diferentes medios de comunicación con el pueblo, desde los boletines locales, las radios comunitarias, los programas de televisión, periódicos, etc.

También debemos desarrollar las formas conspirativas, como son los graffiti, los altoparlantes, etc. para dialogar con la población; utilizar todas las formas de expresión cultural: teatro, música, etc., como formas de comunicación para las masas, con nuestras ideas y programas.

8. Potenciar las luchas sociales de masas

La fuerza de las organizaciones campesinas no se mide por sus programas o por la justeza de sus propuestas e ideas. La fuerza de los campesinos se mide por la capacidad que tengan para reunir mucha gente, alrededor de los mismos objetivos. Juntar número de personas y juntar mucha gente es hacer lucha de masas.

Nuestros enemigos son cada vez más poderosos. Ahora no enfrentamos sólo a las oligarquías rurales y latifundistas retrasadas. Ahora enfrentamos también al gran capital internacional, sus corporaciones, bancos y sus gobiernos títeres, cuando defienden sus intereses. Para hacer frente a esos poderosos intereses y a la fuerza económica concentrada por el capital, solamente será posible con una gran fuerza de las masas.

Por eso, los movimientos campesinos necesitan más que nunca desarrollar nuevas metodologías de organización de base, de trabajo de base, que logren aglutinar el mayor número posible de familias. Además, conscientizarlos sobre la necesidad de la lucha de masas.

Sólo la lucha de masas podrá hacer frente al capital, frenar su ofensiva sobre nuestros territorios y arrancar conquistas de mejores condiciones de vida para el pueblo. Las reuniones, audiencias, negociaciones y representaciones son útiles, pero serán ineficaces si no se respaldan en la fuerza de las masas movilizadas.

Y en cada país, debemos descubrir y desarrollar las innumerables formas de movilización y de lucha de masas, que representen acumulación de fuerza y de organización para defender los intereses de la clase campesina y construir un nuevo modelo de producción agrícola que interese a toda sociedad.

9. Construir alianzas nacionales con todas las categorías de trabajadores del campo, campesinos y poblaciones que viven en el medio rural.

En todos los países hay una enorme diversidad de categorías de campesinos y de trabajadores rurales que viven en el medio rural. Esta diversidad es resultado del propio desarrollo diferenciado del capitalismo en cada región de cada país, que va reproduciendo relaciones sociales diferentes y más complejas. Así, en la mayoría de nuestros países, tenemos campesinos que se las arreglan, campesinos con tierra pero pobres; campesinos sin tierra y asalariados rurales con empleo fijo. Hay asalariados rurales temporales, estacionales, y tenemos también segmentos más grandes de trabajadores sub-proletarios y hasta lumpen. Tenemos un enorme desafío de descubrir las necesidades comunes de esas diferentes categorías sociales que hay en la población y que viven en el medio rural, y aglutinarlos para el desarrollo de alianzas alrededor de programas y formas de lucha comunes.

Un segmento de campesinos, por más aguerrido y radical que quiera ser, no tendrá fuerza suficiente para enfrentar la fuerza de los enemigos. Debemos tener siempre presente que el desafío mayor es aglutinar fuerza social. Y fuerza social es el número de personas organizadas alrededor de un mismo objetivo.

Y en muchos países, existe igualmente la necesidad de construir alianzas con otros sectores sociales que viven en el medio rural, pero que no se identifican como categorías sociales del capitalismo: como son los pueblos indígenas, las comunidades nativas, los afrodescendientes, las poblaciones ribereñas, pescadores, etc.

10. Construir alianzas con los trabajadores de la ciudad.

Los cambios sociales en nuestros países, solamente serán posibles y viables cuando consigamos construir un gran movimiento de masas que aglutine a toda población trabajadora del campo y de la ciudad.

Ninguna fuerza social hará sola los cambios necesarios para toda la sociedad. Es necesario construir una gran alianza nacional entre toda la clase trabajadora y de poblaciones explotadas y oprimidas.

Hay dos formas clásicas de ir construyendo esa grande y necesaria alianza:

a) A través del desarrollo de luchas comunes alrededor de temas que interesan a todos. Ejemplo: los temas de la jornada de trabajo, educación, empleo, renta, servicios públicos, salud pública, agro tóxicos, medio ambiente, son temas que afectan a toda la población. Y por lo tanto se pueden desarrollar formas de luchas alrededor de estos temas para aglutinar a las masas.

b) A través de la construcción de un programa nacional, que represente un proyecto político unitario, de la clase trabajadora y de la población para el país.

Por lo tanto, los movimientos campesinos debemos tener consciencia de esa necesidad, romper con el corporativismo y el sectarismo de sólo trabajar en las cuestiones agrarias, para que nos unamos a otras categorías de la clase trabajadora y de la población que viven en la ciudad, y construyamos un amplio movimiento que logre tener fuerzas suficientes para implementar un nuevo programa de cambios socio-económicas estructurales.

Los campesinos necesitan cada vez más de las alianzas con la ciudad, para poder defenderse de la explotación y la expoliación que sufren en el medio rural. Y ese es un reto enorme: romper las barreras que separan a los que viven en el campo y en la ciudad, y crear lazos comunes de objetivos, programas y de formas de lucha.

11. Articular movilizaciones conjuntas a nivel internacional, contra los mismos enemigos

Si los enemigos de clase están articulados a nivel internacional, a través de sus bancos, de las corporaciones y de los acuerdos internacionales, es necesario entonces que los movimientos campesinos desarrollen ahora, formas de articulación y luchas de masas a nivel internacional.

¿Cómo enfrentar los precios y control de mercado de los granos, si hoy están dominados por cinco o seis empresas transnacionales en todo el mundo, como la Monsanto, Cargill, Bungue, ADM, Dreyfuss?

¿Cómo enfrentar el tema de los agrotóxicos, si la tecnología y el control del mercado están controlados sólo por algunas empresas internacionales que nos dominan en todos los países, como Bayer, Basf, Syngenta, Monsanto, Shell química, etc.?

¿Cómo desarrollar un nuevo modelo de producción de lácteos, si algunas empresas como Nestlé, Parmalat, Danone, controlan el mercado mundial?

¿Cómo defender nuestras reservas de agua potable si algunas empresas quieren controlarlas en todo el mundo como Nestlé, Coca-cola, Pepsicola, la Suez, etc.?

¿Cómo luchar contra la privatización de la propiedad de nuestras semillas, cómo luchar en contra de las modificaciones genéticas que eliminan la biodiversidad, si esas prácticas son controladas sólo por algunas empresas de semillas transgénicas en todo el mundo?

¿Cómo enfrentar el avance del monocultivo de eucalipto, pino, si un pequeño grupo de empresas de la celulosa, como Stora Enso, Botnia, International Paper, dominan el mercado mundial?

De esta manera, nos damos cuenta de que los movimientos campesinos necesitan desarrollar cada vez más estrategias y formas de luchas internacionales.

[1] Plantation fue la forma de organizar el agro en las colonias, que mezclaba, grandes extensiones de tierra, monocultivo, trabajo esclavo y su producción destinada al mercado europeo.

Fuente: CLOC - Vía Campesina

Temas: Agronegocio

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