Worldwatch juega pelota

Idioma Español

"La sociedad civil está actualmente llevando a cabo un excitante, esperanzador, inclusivo y horizontal diálogo sobre soberanía alimentaria, justicia climática y el futuro del agro, que está rompiendo con viejos paradigmas y ofrece propuestas que rompen de manera radical con las nociones convencionales de la civilización industrial. Pero tristemente, Worldwatch parece haber decidido no tomarse riesgos, prefiriendo juntarse con grupos como EAP y jugar pelota con grandes fundaciones como la Gates."

El Instituto Worldwatch es una organización ambientalista poco usual. Con sede en Wáshington DC y fundada por Lester Brown, un hombre descrito por el diario Washington Post como “uno de los pensadores más influyentes del mundo”, Worldwatch fue el primer tanque de pensamiento (“think-tank”) ambiental. Desde su fundación en 1974 ha publicado informes extremadamente minuciosos y bien documentados sobre asuntos ambientales de interés global, desde el agotamiento de las pescaderías y el voraz consumo de recursos naturales por parte de China hasta economía verde y energías renovables.

La organización además ha tomado algunas posturas valientes y con buen fundamento ético, por ejemplo denunciando los efectos negativos de tecnologías de punta, como la energía nuclear y la ingeniería genética, y el impacto del militarismo sobre el ambiente- temas que muchos grupos ambientalistas del llamado “mainstream” no se atreven a abordar. Con respecto a la agricultura orgánica y la producción local de alimentos, su investigación en años recientes ha sido de primerísima calidad. Uno de sus investigadores, Brian Halweil, escribió un excelente libro sobre el movimiento internacional de alimentos locales, titulado “Eat Here”, que merece la misma difusión y reconocimiento que los escritos de Michael Pollan y Carlo Petrini.

Pero ambientalistas progresistas han tenido sentimientos mixtos acerca de Worldwatch debido a su acercamiento tecnocrático a los problemas ambientales globales, su apoyo entusiasta al modelo agrícola de la revolución verde, y su visión de mundo Malthusiana. En la década de 1980, Worldwatch tuvo un largo debate con Frances Moore Lappé y su recién fundada organización Food First. El subtítulo del importísimo libro “Food First” (Comer es Primero), co-escrito por Lappé, J. Collins y C. Fowler, lo decía todo: “Más allá del Mito de la Escasez”. La tésis central del libro, que la apocalíptica ecuación “población versus recursos naturales” propuesta por Thomas Malthus en el siglo 19 (Y revivida por Paul Ehrlich en el siglo 20) está errada, y que el hambre existe en lugares donde los recursos naturales y los alimentos abundan, la puso en confrontación directa con la visión de mundo convencional de los grupos ambientalistas “mainstream” y las fundaciones que les financian. Los financiadores de Worldwatch, que incluyen el Rockefeller Brother Fund, sin duda estuvieron complacidos con la defensa que la organización hizo de la revolución verde y el Malthusianismo (1).

Lester Brown se marchó de Worldwatch en 2001 para formar el Earth Policy Institute. Desde entonces, algunos observadores han percibido que Worldwatch se ha ido moviendo hacia unas posturas y emprendimientos cuestionables. En 2007 entró al candente debate sobre los agrocombustibles con un informe que señaló los problemas económicos, sociales y ambientales causados por el llamado “boom de los biocombustibles” (2). Pero increíblemente, las conclusiones del informe no estuvieron a la altura de su análisis y le dieron a los agrocombustibles un sello de aprobación.

Luego, en febrero de 2009, Worldwatch publicó otro informe sobre el tema, titulado “Smart Choices for Biofuels”, co-escrito con el Sierra Club (3). Este documento debe ser visto con escepticismo y preocupación. Sus autores hacen un buen trabajo de señalar las falacias y problemas de los cultivos agroenergéticos pero al final- y en contra de toda lógica- concluyeron que la producción de agrocombustibles se puede hacer de manera sustentable con algunas reformas aquí y allá. Presumieron de antemano que los agrocombustibles son deseables e inevitables. El insaciable e irresponsable patrón de consumo de los países del Norte industrializado no fue cuestionado. Informes como este pueden hacer más daño que bien, pues su más inmediato y obvio efecto es confundir y dividir al movimiento ambiental en torno a los agrocombustibles.

En junio de 2009 Worldwatch lanzó un informe, co-escrito con Ecoagriculture Partners (EAP), sobre la relación entre las prácticas agrícolas y el calentamiento global (4). Algunas de las recomendaciones del informe son cuestionables y controversiales, especialmente el “biochar” y “mercados voluntarios para compensaciones de emisiones de gases de invernadero.”

El biochar es el nombre dado a la propuesta de enterrar vastas cantidades de carbón de origen vegetal, actividad que según sus proponentes secuestrará carbono de la atmósfera. Dos meses antes de la publicación del informe, 147 organizaciones de 44 países habían firmado una declaración internacional en contra del biochar, denunciándolo como una solución falsa al cambio climático. Dice la declaración:

“Semejante conversión de usos de la tierra supone una gran amenaza para la biodiversidad y para los ecosistemas naturales, que juegan un papel esencial en la estabilidad y regulación del clima y son también necesarios para la producción de alimentos y la protección del agua. Significa también una amenaza para el modo de vida de muchas comunidades, entre ellas indígenas... La propuesta de ‘mitigar el cambio climático’ a trevés de la utilización de ‘biochar’ a gran escala... se basa en afirmaciones sin fundamento.” (5)

En cuanto a los bonos de carbono y acercamientos de mercado para combatir el calentamiento global, éstos han sido denunciados como falsas soluciones por partidarios de la justicia climática, como el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, Mobilization for Climate Justice y la Coalición Mundial por los Bosques.

¿Y quién es EAP? ¿Qué es 'ecoagricultura'? EAP describe su propuesta de esta manera: “La ecoagricultura reconoce a los productores y comunidades agrícolas como custodios claves de los ecosistemas y la biodiversidad y les habilita para desempeñar estos roles plenamente. La ecoagricultura aplica un acercamiento ecosistémico integrado... tomando de diversos elementos de sistemas de producción y manejo de conservación.” (6)

Pero el entomólogo de la Universidad de California, Miguel Altieri, una de las mayores autoridades del mundo en el campo de la agroecología, argumentó en una extensa crítica que la ecoagricultura no es más que una aberración de la agricultura orgánica, orientada a los intereses corporativos (7). Sara Scherr, directora de la EAP, lanzó una furiosa respuesta a Altieri, acusándolo de distorsionar y tergiversar las actividades y filosofía de su organización.

Al evaluar y comparar el mérito relativo de los argumentos empleados en este debate, uno debe considerar la defensa éticamente sólida y altamente erudita que Altieri hace de los principios de la agroecología y políticas progresistas en vista de los “socios” de EAP. Estos socios incluyen a World Wildlife Fund- grupo ambientalista adinerado que cayó en la infamia por apoyar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y más recientemente por su colaboración con la Mesa Redonda de Soya Responsable, un altamente publicitado intento de justificar las millones de hectáreas de insustentables monocultivos de soya en Suramérica (8). Otros socios de EAP incluyen pilares de lo que se podría considerar conservacionismo corporativo eco-capitalista, como The Nature Conservancy, organización que también hizo campaña en pro del TLCAN y ha sido acusada de darle un “lavado en verde” a los monocultivos de soya en Brasil mediante una colaboración controvertible con la corporación de agronegocios Cargill (9). Y también está en la lista Conservación Internacional, grupo fuertemente criticado desde la sociedad civil por sus actividades en la Selva Lacandona de México, y el tanque de pensamiento Grupo Katoomba, pionero en desarrollar justificaciones para “mercados de ecosistemas” (10).

Altieri reportó en 2004 que los socios de EAP incluían a los gigantes europeos de biotecnología agrícola Bayer Cropscience y Syngenta (a través de su fundación filantrópica), al igual que Croplife International, asociación que representa la industria de los transgénicos. Para julio de 2009 ninguno de éstos aparecían listados en la página web de EAP como socios o patrocinadores- aparentemente la organización quiere mantener una distancia crítica de la industria biotecnológica, o quizás sólo la apariencia de distancia crítica.

El 8 de julio de 2009 Worldwatch y EAP presentaron una nueva iniciativa conjunta: “Un proyecto de dos años para apuntar el mundo hacia innovaciones en agricultura que puedan nutrir la gente al igual que el planeta, con el apoyo de una donación de $1.3 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates. El proyecto se enfocará específicamente el el Africa sub-sahariana.” (11)

La Alianza por una Revolución Verde en Africa (AGRA, por sus siglas en inglés), el vehículo conjunto de las fundaciones Gates y Rockefeller para atender el problema del hambre en Africa, no ha estado exenta de controversia. En marzo de 2009 el Instituto Oakland publicó un informe titulado “Voices from Africa” (Voces de Africa), el cual contiene ensayos y declaraciones de destacados agricultores, ambientalistas y activistas de sociedad civil africanos que se oponen a la visión de AGRA y sus planes para Africa (12). Las organizaciones no gubernamentales GRAIN (13), Grupo ETC (14) y Food First (15) también han publicado sólidas y bien fundamentadas críticas de AGRA.

Más importante aún, entre noviembre y diciembre de 2007 en el país africano de Mali tomó lugar un encuentro internacional de Alternativas a la Revolución Verde. Los asistentes- sobre 150 participantes de 25 países africanos y diez países no africanos- incluyeron agricultores, pastores, ambientalistas, y organizaciones de mujeres, jóvenes y de apoyo al desarrollo.

La iniciativa de Worldwatch y EAP pretende investigar “soluciones prácticas para crear seguridad alimentaria sustentable”. Pero la mayoría de las “soluciones prácticas” mencionadas en el comunicado de prensa- cosechar agua de lluvia, añadir plantas fijadoras de nitrógeno a las rotaciones de cultivos, bancos de semillas operados por agricultores, e involucrar a las mujeres en la toma de decisiones- no pueden ser consideradas como innovaciones bajo ningún concepto. Son lo que los agricultores orgánicos y familiares siempre han hecho. Otras soluciones mencionadas, como “acceder a mercados internacionales de créditos de carbono”, reflejan una vez más una fe ciega en “soluciones de mercado” ya desacreditadas.

Lo que más molesta acerca de estos últimos dos comunicados conjuntos de Worldwatch y EAP es su silencio acerca del informe IAASTD, un enorme documento que es a la agricultura mundial lo que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático es al calentamiento global. Escrito por sobre 400 expertos bajo los auspicios del Banco Mundial y agencias de las Naciones Unidas, con la plena participación de la sociedad civil, gobiernos e industria, y sometido a dos revisiones independientes por los pares, el IAASTD es la más minuciosa evaluación de la agricultura mundial jamás realizada. Concluyó que continuar con el modo de producción agrícola de la revolución verde no es una opción. Como alternativa, los autores del informe recomiendan la producción agroecológica en pequeña escala que utiliza recursos locales, precisamente lo que agricultores orgánicos llevan haciendo desde siempre que los ha habido. Con respecto a los cultivos genéticamente alterados, el IAASTD expresó precaución y escepticismo, lo cual no le cayó bien a la industria de biotecnología.

Este histórico informe fue publicado hace más de un año, Worldwatch tomó nota de éste en un comunicado con fecha de 18 de abril 2008. El que organizaciones de gran presupuesto y peritaje se pongan a indagar, debatir y polemizar sobre los temas del hambre en el mundo y la agricultura sustentable sin hacer referencia al IAASTD es altamente desalentador y preocupante.

Las alternativas a la revolución verde y soluciones dudosas de libre mercado pueden ser resumidas en dos palabras: soberanía alimentaria. Este innovador concepto es producto de uno de los más notables, democráticos e inclusivos procesos de pensamiento colectivo en la historia. Fue formulado y refinado a través de años de diálogo y debate entre docenas de organizaciones de pequeños agricultores del mundo entero, que culminaron con la Declaración de Nyeleni, que fue emitida desde el Foro Mundial por la Soberanía Alimentaria en Mali en 2007. El principal arquitecto del concepto de soberanía alimentaria es la federación mundial Vía Campesina, probablemente la organización de sociedad civil más importante del mundo en la actualidad.

La sociedad civil está actualmente llevando a cabo un excitante, esperanzador, inclusivo y horizontal diálogo sobre soberanía alimentaria, justicia climática y el futuro del agro, que está rompiendo con viejos paradigmas y ofrece propuestas que rompen de manera radical con las nociones convencionales de la civilización industrial. Pero tristemente, Worldwatch parece haber decidido no tomarse riesgos, prefiriendo juntarse con grupos como EAP y jugar pelota con grandes fundaciones como la Gates. Especialmente triste, considerando que en repetidas ocasiones Worldwatch ha mostrado valentía y disponibilidad para salirse del rebaño en asuntos sensitivos e importantes. No es mi intención presentar a Worldwatch como un caso único- desafortunadamente no es el único grupo ambientalista que ha seguido esta desafortunada tendencia.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés bajo el título "Worldwatch Plays Along" en World War 4 Report el 1ro de agosto de 2009 ( http://ww4report.com)Ruiz Marrero, autor, periodista y educador ambiental puertorriqueño, dirige el Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico (bioseguridad.blogspot.com). Su primer libro, “Balada Transgénica: Biotecnología, Globalización y el Choque de Paradigmas”, fue publicado en 2005. Sus artículos han sido publicados por La Jornada, Food First, The Ecologist, Alternet, Counterpunch, Claridad, El Rehén, El Nuevo Día, y muchos otros medios. Su página web, Haciendo Punto en Otro Blog (carmeloruiz.blogspot.com), es actualizada a diario.

NOTAS AL CALCE

1. Worldwatch fue fundado con una donación de $500,000 del Rockefeller Brothers Fund (RBF). Fundaciones filantrópicas fundadas y controladas por los Rockefeller, como RBF y la Fundación Rockefeller, fueron importantes en la concepción y financiamiento de la revolución verde. Vea “American Foundations: An Investigative History” de Mark Dowie (MIT Books, 2002), y también “Thy Will Be Done: Rockefeller and Evangelism in the Age of Oil” de Gerard Colby y Charlotte Dennett (Harper Collins, 1995).
2. "Biofuels for Transport: Global Potential and Implications for Sustainable Agriculture and Energy in the 21st Century," Worldwatch Institute. http://www.worldwatch.org
3. "Smart Choices for Biofuels," Worldwatch Institute. http://www.worldwatch.org
4. "Mitigating Climate Change Through Food and Land Use," Worldwatch Institute. http://www.worldwatch.org
5. ‘Biochar’, a new big threat to people, land, and ecosystems http://www.regenwald.org
6. Normalmente no consulto la Wikipedia como fuente primaria, pero la página web de EAP específicamente dirige a quienes la consultan hacia su entrada en Wikipedia: http://en.wikipedia.org
7. Altieri, Miguel. "Agroecology vs. Ecoagriculture," Institute of Science in Society. http://www.i-sis.org.uk
8. http://bioseguridad.blogspot.com, http://lasojamata.org, http://www.toxicsoy.org,
http://www.responsiblesoy.org/, http://bioseguridad.blogspot.com
9. "Conservation Corp.: Enviros Ally with Big Grain," Multinational Monitor. http://www.multinationalmonitor.org
10. Katoomba Group. http://www.katoombagroup.org/
11. "Worldwatch Institute Launches Initiative to Assess Agricultural Methods' Impacts on Sustainability, Productivity," Worldwatch Institute. http://www.worldwatch.org
12. "Voices From Africa: African Farmers & Environmentalists Speak Out Against a New Green Revolution in Africa," Oakland Institute, Marzo 2009. http://www.oaklandinstitute.org
13. "A new Green Revolution for Africa?" GRAIN, Diciembre 2007. http://www.grain.org
14. "Food Sovereignty or Green Revolution 2.0?" ETC Group, Abril 2007. http://www.etcgroup.org
15. "Ten Reasons Why the Rockefeller and the Bill and Melinda Gates Foundations' Alliance for Another Green Revolution Will Not Solve the Problems of Poverty and Hunger in Sub-Saharan Africa" by Eric Holt-Gimenez, Miguel A. Altieri y Peter Rosset. Food First, Octubre 2006 (PDF) www.foodfirst.org
16. "International Commission Calls for 'Paradigm Shift' in Agriculture," Worldwatch Institute. http://www.worldwatch.org/

Sobre biochar:
http://carmeloruiz.blogspot.com

Sobre AGRA:
http://bioseguridad.blogspot.com

Sobre IAASTD:
http://bioseguridad.blogspot.com

Temas: Agronegocio

Comentarios