Y las corporaciones se llevaron la stevia

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"Las compañías de ingredientes están aislando los compuestos claves en la stevia, los glucósidos de steviol (azúcares), conocidos como rebaudiósidos, a fin de producirlos de forma separada para proveer a las marcas líderes en el mercado."

Texto adaptado por Angélica Hernández de la Fundación Heinrich Böll, tomado de Biología sintética, biodiversidad y agricultores. Estudios de caso, del Grupo ETC

Se llama “stevia” al endulzante natural (pulverizado o en gotas) derivado de la planta Stevia Rebaudiana, un arbusto frondoso originario de la región fronteriza de Paraguay y Brasil en América del Sur, caracterizada por su sabor dulce. Los indígenas guaraníes (Paí Tavyterá) han utilizado por siglos las hojas completas de este arbusto como medicina, así como para endulzar la yerba mate y otros alimentos.  Actualmente, se dice que su uso comercial representa una alternativa perfecta para no consumir azúcar, pues esta planta no contiene calorías.

Las compañías de ingredientes están aislando los compuestos claves en la stevia, los glucósidos de steviol (azúcares), conocidos como rebaudiósidos, a fin de producirlos de forma separada para proveer a las marcas líderes en el mercado. Esos compuestos pueden contener hasta 350 veces el dulzor del azúcar, por lo que se están incorporando ampliamente en las bebidas suaves de mayor consumo mundial, así como en pastelillos empacados y dulces, entre otros productos. Los glucósidos son: Reb A (Rebaudiósido A), Reb C, Reb F, Reb M, Reb D, Reb X y Steviósido. Algunos rebaudiósidos purificados (como el Reb A) ya cuentan con la aprobación para ser utilizados en productos alimentarios en los principales mercados de Estados Unidos y Europa, a pesar de que el uso de la hoja entera de stevia como alimento está restringida, debido a que los agentes reguladores aseguran que la información toxicológica “es inadecuada” para determinar su inocuidad.

La industria de alimentos y bebidas está asumiendo el uso de esos extractos de rebaudiósidos, intensamente dulces, como medio para reducir el uso de azúcar en los alimentos procesados, en respuesta a las preocupaciones crecientes y a la acción regulatoria para enfrentar la epidemia global de obesidad. Coca Cola, por ejemplo, utiliza extractos de stevia en 45 productos diferentes, incluyendo su bebida de alto perfil Coke Life, que se vende en 15 países diferentes.

Por su fama como endulzante sin calorías, la demanda global de stevia crece de manera explosiva. Se calcula que los ingresos por productos endulzados con stevia fueron en 2015 de entre 8 y 11 mil millones de dólares (1). Según la publicación de investigaciones de mercado Future Market Insights, el mercado de ingredientes de stevia podría alcanzar los 565.2 millones de dólares para el año 2020; el 15% correspondería sólo a los endulzantes.

Según el Stevia Global Institute hoy en día más de 5 mil productos comestibles y bebidas contienen glucósidos de steviol. En 2009 la Organización Mundial de la Salud calculó que dichos glucósidos tienen el potencial para remplazar entre el 20% y el 30% de todos los endulzantes dietéticos en los próximos años (2).

La stevia como producto natural

La stevia silvestre actualmente está casi extinta (3); hoy todas las hojas de stevia son cultivadas. Se cultiva principalmente en Paraguay, China, Argentina, Kenia y Estados Unidos, pero también se ha logrado adaptar en Colombia, India, Vietnam, Corea del Sur, Taiwán y Brasil. Su cultivo global en 2010 se calculó en poco más de 20 mil hectáreas. Más del 80% de la stevia se cultiva en China y sólo 3% en su lugar de origen, Paraguay.

Su cultivo fue introducido en Kenia por la compañía malaya PureCircle Inc y el área plantada creció rápidamente desde entonces. PureCircle compra la producción total de Kenia, 10 mil toneladas de hojas cultivadas por 5 o 6 mil agricultores dispersos en 11 municipalidades, y espera escalar la producción a 10 mil agricultores.

Según datos del Grupo ETC, los campesinos que producen la stevia en el municipio de Kericho, Kenia, dedican entre 1/5 y 1/10 de hectárea en sus parcelas al cultivo del arbusto; sin embargo, los altos precios del producto han motivado que los agricultores arranquen sus cultivos de té. El auge de la stevia ha generado mucha expectativa al contar con una novedosa fuente de ingresos por su trabajo campesino. Las hojas pueden cosecharse cada dos o tres meses (a mano) y los arbustos tienen una vida de cinco años antes de que la calidad decaiga

Pocas compañías en el mundo procesan químicamente la mayoría de las hojas de stevia para extraerles los glucósidos de steviol; éstas son: PureCircle y Cargill. El glucósido de mayor uso es el Reb A, que también es el que se encuentra en mayor abundancia en las hojas de stevia. Sin embargo, el Reb A deja un gusto ligeramente metálico y amargo, por lo que al usarlo en sodas y otros productos tiene que complementarse con azúcar.

Las compañías de stevia han estado tratando de comercializar otros glucósidos encontrados en las hojas en cantidades mucho menores, como el Reb X, Reb D y Reb M, para extraer los glucósidos sin gusto amargo, no obstante, las cantidades de estas sustancias presentes cada hoja son reducidas, por lo que se requerirán cosechas más voluminosas para lograr su comercialización masiva.

Los agentes reguladores en Estados Unidos y Europa ya aprobaron varios glucósidos de steviol para consumo en alimentos, incluidos Reb A, Reb C Reb D, Reb F, Reb M y Reb X. Pero los defensores de los derechos indígenas y personas dedicadas a la salud natural señalan que es fraudulento presentar los rebaudiósidos puros como si se tratara de la propia stevia, o de productos “naturales”, haciéndoles publicidad con la imagen del arbusto. En países como Alemania, Suiza y Austria las directrices nacionales prohíben la falsa representación de los rebaudiósidos purificados químicamente como si fueran “directamente” naturales (4).

Biodiversidad y consideraciones culturales

Mucha de la mercadotecnia en torno a la stevia comercial enfatiza el origen indígena del cultivo; pero los pueblos guaraníes en Brasil (Kaiowá) y Paraguay (Paí Tavyterá) la consideran un tesoro nacional.

Los guaraní Kaiowá de Brasil son alrededor de 46 mil personas que han perdido la mayor parte de su territorio y llevan una vida muy precaria, en pequeñas reservaciones rodeadas de plantaciones de caña de azúcar y ranchos ganaderos, donde muchos trabajan en condiciones de esclavitud. Mientras que los Paí Tavyterá son aproximadamente 15 mil personas que cuentan con acceso limitado a una pequeña porción de su territorio tradicional; a pesar de ser cazadores, pescadores y recolectores, dependen cada vez más de la agricultura en pequeña escala y del trabajo pagado en los ranchos ganaderos.

Muchos defensores de los derechos indígenas y otros sectores (académicos, activistas) han definido al actual auge comercial de los glucósidos de steviol como un caso clásico de biopiratería, en el cual a los cuidadores originales de la planta no se les da absolutamente ningún beneficio, en comparación con las crecientes ganancias que las corporaciones obtienen de este cultivo en el mercado global.

En términos de biodiversidad la stevia parece ser un cultivo muy benigno, pues los campesinos que la cultivan en Kenia enfatizaron en entrevistas con el Grupo ETC que la planta no requiere agroquímicos y usan abono de estiércol y deshierban a mano. El Instituto Global de la Stevia asegura que es un cultivo que conserva los suelos, porque en pequeñas áreas de la parcela puede lograrse una producción alta.

Además, su producción campesina prácticamente no tiene emisiones de carbono, ya que al crecer sin químicos y conservar el suelo, incluso puede absorber más de lo que emite, al contrario de las plantaciones y producciones de otros endulzantes como la caña de azúcar, o incluso los glucósidos de steviol producidos con biología sintética, que necesitan azúcares (como la fructuosa de maíz o el azúcar de caña) para los procesos de fermentación. En un estudio de 2013, la huella de carbono de stevia demostró ser 79% menor que la de alta fructuosa de maíz, 55% menor que el azúcar de betabel, y 29% menor que la caña de azúcar, según indican los estándares industriales de producción (5). Un estudio similar en 2012 aseguró que “los endulzantes de stevia de pureza muy alta tienen una huella de carbono 82% menor que otros endulzantes, y una huella de agua hasta 97% menor que otros endulzantes comerciales de referencia (6).

Producción con biología sintética

Ha habido enorme interés y competencia por la comercialización de la producción sintética de los glucósidos de steviol mediante técnicas de biología sintética. Este interés se basa en dos factores clave: en primer lugar, la biosíntesis de algunos de los glucósidos más raros en el interior de los microbios diseñados genéticamente, (como Reb X, Reb M y Reb D) entraña la posibilidad de producir de forma barata y masiva un steviol que no deje el gusto amargo que tiene el Reb A.

Incluso resulta más interesante para la industria el hecho de que en muchas jurisdicciones los productos de la biología sintética pueden describirse y etiquetarse legalmente como “naturales” (la fermentación se considera en términos legales un proceso natural), lo cual significa que los glucósidos de steviol derivados de biología sintética podrían incorporarse calladamente a los muy lucrativos mercados de productos naturales.

En segundo lugar, dos de las tres compañías que trabajan en el desarrollo de stevia biosintetizada son grandes corporaciones en feroz competencia por la comercialización:

1. El proyecto conjunto de Cargill y Evolva para comercializar Reb M y Reb D se ha pospuesto varias veces: establecieron una planta de producción piloto en Blair, Nebraska, y en octubre de 2015 presentaron su endulzante comercial, llamado Eversweet en una conferencia en Las Vegas. Tenían previsto entrar al mercado en 2016 sin embargo, Evolva señala que la entrada de Eversweet al mercado de Estados Unidos será más tarde, ya que intentan reducir los costos de producción y aún están esperando que la sustancia sea aceptada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) como “GRAS”: Generally Recognized As Safe, es decir, inocuo.

2. La línea de stevia de Cargill (“Truvia”) y su relación con Coca Cola coloca a ambos gigantes en una posición desde la que pueden obtener enormes ganancias, particularmente si Coca Cola elige sustituir la stevia real por Eversweet en su Coke Life.

3. DSM, una gigante empresa productora de químicos e ingredientes alimentarios, anunció en 2014 que buscaba la aprobación de Estados Unidos para ingredientes inocuos (GRAS) para otra “stevia” derivada de biología sintética, con la intención de introducirla en el mercado a finales de 2015. La levadura genéticamente modificada de DSM produce Reb A, el glucósido amargo. Seguramente DSM y Cargil/Evolva buscarán comercializar sus glucósidos de steviol como ingredientes “naturales”, incluso aunque procedan de un proceso casi inimaginable de ingeniería genética. “Estamos logrando que una levadura produzca stevia de la misma forma que puede producir el alcohol, algo imposible en el mundo natural”, afirma Greg Kesels, presidente regional de ingredientes alimentarios de DSM, “Es exactamente el mismo producto que esperarías encontrar en la naturaleza” (7).

Otras compañías en Estados Unidos, como Stevia First, de California, están siguiendo el mismo camino.

Implicaciones para el futuro

Los glucósidos de steviol producidos con biología sintética están emplazados para convertirse en los próximos años en ingredientes de enorme importancia comercial en el mundo incorporándose en una gran cantidad de alimentos y bebidas. Sin importar quién lo comercialice en primer lugar (DSM o Evolva/Cargill), la introducción en el consumo humano de un endulzante derivado de biología sintética seguramente no será muy publicitado, y a los consumidores se les seguirá diciendo que el producto es “natural”. Ya algunas empresas que producen stevia a partir de las hojas han cuestionado esta denominación, por ser un fraude.

En 2014, la compañía PureCircle dijo que su investigación de mercado muestra que los consumidores esperan que la stevia natural provenga de una planta (8) y en 2015 diversas asociaciones comercializadoras de stevia atacaron abiertamente las nuevas “stevias” producidas con fermentación diciendo que pueden dañar la reputación de la industria. La analista Simone Baroke de Euromonitor advierte que: el de por sí frágil status de la stevia como el único endulzante natural de bajas calorías está sumamente amenazado. Los consumidores no cuestionan las etiquetas de lo “natural” aunque sean fraudulentas y afecten la economía de un producto que sí proviene de una materia prima totalmente inocua.

La Asociación Europea de Stevia (EUSTAS) tiene la siguiente opinión: “Por supuesto que eso dañará la reputación natural de la stevia incluso si (en Europa) no se permite etiquetar los extractos de stevia como “naturales” sino como “de origen natural”. Mónica Lorenzo, del consejo directivo de EUSTAS declaró a FoodNavigator: “La expectativa de los consumidores es obtener un producto natural, y este no es el caso cuando el producto se fabrica con fermentación. Más aún, ni siquiera se trata de un proceso de fermentación que pueda considerarse natural (como por ejemplo el del queso, el vino, la cerveza o los yogurts); es una fermentación que usa levaduras genéticamente modificadas, así que se trata de un tipo de fermentación que no existe en la naturaleza”.

Al mismo tiempo, el cultivo de la stevia verdadera aumenta gradualmente, lo cual proporciona un muy necesario ingreso a decenas de miles de agricultoras y agricultores campesinos, especialmente en Kenia, y podría ser un muy necesario ingreso para las y los campesinos en Paraguay, su país de origen.

Esas campesinas y campesinos que en muchos casos también cultivan una gran variedad de plantas alimentarias, son los verdaderos custodios de la biodiversidad local. Sin embargo, si las compañías como Evolva pueden escalar la producción de los ingredientes activos del endulzante con la fermentación de las levaduras genéticamente modificadas y además llamarle “natural”, los beneficios del creciente mercado de stevia irán a parar a los accionistas de Cargill y Evolva en vez de beneficiar a las comunidades campesinas.

El cultivo sustentable de Stevia Rebaudiana podría verse saboteado por la producción basada en organismos sintéticos, que sin duda aumentaría para los procesos de fermentación la demanda de azúcar, cultivo asociado con la deforestación, el abuso de los derechos humanos y con enormes emisiones de CO.

Foto: Coca cola life, endulzada con stevia FOTO: CR comunicación

Notas

1. Future Market Insights, 2014, Stevia Market: Global Industry Analysis and Opportunity Assessment 2014–2020. Ver aquí; aquí.

2. OMS, 2009, Evaluation of Certain Food Additives. Sixty-ninth report of the Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. Aquí

3. Información disponible aquí.

4. Berne Declaration, 2015, “The Bitter Sweet Taste of Stevia”, noviembre de 2015, disponible aquí (pdf)

5. Información aquí

6. PureCircle, PureCircle releases details of stevia industry’s first published farm to sweetener carbon and water footprint, abril de 2012, disponible aquí

7. Stephen Daniells, DSM, “Food Specialties on its fermentation-derived stevia: High purity and cost-in-use will be better”, Food Mavigator USA, julio de 2014, Ver también una entrevista con Greg Kesel, disponible aquí.

8. Maggie Hennessy, Consumers say it’s natural if it comes from a plant: PureCircle. Disponible
aquí.

Fuente: La Jornada del Campo

Temas: Nuevas tecnologías

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