Ante los derrames de petróleo en el mar, pescadores son compensados con la siembra de tilapias, una especie considerada invasora

Los pescadores de la laguna El Arrastradero, frente al Golfo de México, aguardan por los beneficios a mediano plazo que les darán las tilapias sembradas el 12 de diciembre, cuando el alcalde Alfonso Baca Sevilla posó frente a las cámaras para inaugurar el programa de repoblamiento lagunar del municipio Paraíso. Sobre una lancha en medio de la laguna, varios líderes pescadores acompañaron al edil, agarraron un montón de bolsas y liberaron 52.000 tilapias nilóticas, un pez que la ciencia llama oreochromis niloticus.
En entrevista con Mongabay Latam, el director de Desarrollo del Ayuntamiento de Paraíso, Santiago Magaña Burelo, dijo que los derrames de hidrocarburos en el mar son parte de las razones por las que se impulsa este programa. El último incidente ganó notoriedad a nivel nacional cuando en mayo se hizo visible un derrame de 300 barriles de aceite crudo del ducto Akal-C de la Sonda de Campeche, que llegó arrastrado por las corrientes hasta las playas de Paraíso.
En el último lustro, tan solo Pemex ha tenido 201 fugas o derrames de petróleo. Se trata de al menos 1.660.000 litros vertidos “al medio ambiente”, tanto en campos de extracción marinos como terrestres, aunque la mayoría de estos datos otorgados por la petrolera (60 %) no registran la cantidad derramada.
“La idea surge porque en la realidad ha habido mucha contaminación en las aguas dulces y saladas, y obviamente los pescadores han sufrido mucho porque ellos van a pescar y no encuentran nada. Nosotros les estamos brindando un apoyo, porque Paraíso tiene muchas aguas y esas aguas no se aprovechan“, explicó Magaña sobre este programa realizado en cuerpos de agua dulce cercanos al mar.
Los derrames han ahuyentado a las poblaciones de peces mar adentro, lo que ha obligado a los pescadores a gastar más gasolina para alcanzar las áreas de pesca, refiere la federación local de cooperativas pesqueras, que mantiene un reclamo a Petróleos Mexicanos (Pemex) para ser resarcidos por estos daños. Hasta ahora han conseguido que se les compren nuevas artes de pesca y aumentos en dotaciones de gasolina.
No es la primera vez que accidentes de la producción petrolera impactan en Paraíso y cooperativas no alineadas con los líderes de la federación local aprovechan el vuelco de la política pesquera del municipio, ahora centrada en las lagunas.
José del Carmen Díaz abandonó la pesca marina décadas atrás por las fugas de petróleo y actualmente es secretario de la cooperativa Unión de Jerusalén, una de las peticionarias del repoblamiento. Los pescadores locales, refiere, están a la expectativa de la reproducción de los alevines de tilapia liberados.
En diciembre de 2024 y el primer semestre de 2025, el Ayuntamiento de Paraíso sembró 177 000 alevines de tilapia nilotica en cuatro lagunas: El Arrastradero, Tres Palmas, Puente de Ostión y Tupilco. El problema es que la tilapia nilotica, originaria de la cuenca del río Nilo, en África Oriental y Oriente Próximo, es una especie invasora que, de acuerdo con científicos y expertos, puede tener serias repercusiones en la biodiversidad y en el equilibrio ecológico.

Ante el impacto del petróleo en las lagunas, las autoridades decidieron liberar tilapias nilóticas para los pescadores. Foto: Michel Estrada
Entre la contaminación y las crías
“Hubo unos comentarios de que la tilapia era depredadora, que no sé qué cosa, eso es mentira. La mojarra [como también le llaman los pescadores a la tilapia] se adaptó tanto que convive [con especies nativas] aquí en estas aguas. Va uno y pesca, tiras un payaso [señuelo] y vas a agarrar castarrica, paleta y tilapia”, apuntó del Carmen Díaz.
La experiencia empírica de los pescadores no es contraria a la científica en los hechos, pero la interpretación difiere.
El doctor Manuel Mendoza Carranza, investigador especialista en Oceanografía Biológica del Colegio de la Frontera Sur en Tabasco, sostiene que la tilapia es conocida por competir con las especies nativas, lo que tiende a hacer que mermen las poblaciones nativas sin que necesariamente desaparezcan.
“En Tabasco o en el sur de México hay varias especies nativas, pero sus pesquerías han disminuido o se han opacado por la alta abundancia que tiene la tilapia”, asegura Mendoza Carranza. La razón, explica el experto, es que la tilapia compite por alimento y por espacio con los peces nativos. “Eso obviamente tiene un efecto sobre otras especies que ven sus poblaciones disminuidas, mas no desaparecidas”, indica.
La última versión de la Carta Nacional Acuícola data de 2022 y refiere que la tilapia nilotica es una especie “exótica” y que “no se conoce la repercusión ecológica y sanitaria que pueda tener su presencia en el sistema lagunar”.

Pescadores locales de la laguna El Arrastradero aseguraron haber solicitado al gobierno del municipio el repoblamiento con tilapia. Foto: Michel Entrada
Un análisis publicado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), elaborado por el doctor Roberto Mendoza Alfaro en 2014, junto a Sergio Luna, Yésica Gómez y Porfirio Álvarez, le otorga a la tilapia nilotica un grado de invasividad de 40 puntos, lo que la cataloga, dentro de la metodología del estudio, como una especie altamente invasiva. Dicho trabajo es retomado por la ficha técnica de la Conabio sobre la especie y que confirma esa condición.
El doctor Guillermo Giannico, profesor del Departamento de Pesquerías, Vida Silvestre y Ciencias de Conservación de la Universidad de Oregon, explicó que el hombre ha sido un factor de introducción artificial de especies en entornos naturales que no le eran propios.
“En México no faltan peces de agua dulce. Tiene una biodiversidad impresionante, quizás una de las más altas del mundo junto con el resto de Centroamérica, Colombia, Venezuela y parte de Brasil. Pero de alguna manera los que han estado interesados en producir carne de pescado, digamos, ‘sin ir a pescar al mar’, se enteraron de que había oportunidades con ciertos peces de agua dulce. Así, la tilapia, que es natural de Egipto, se comenzó a criar en distintos tipos de pozos cavados artificialmente”, comenta.
Peces de laboratorio
Antes de ser liberadas en las lagunas, las tilapias son criadas en el Centro de Innovación y Transferencia Tecnológica Acuícola de Tabasco (Cittat), que es parte del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables (IMIPAS), correspondiente al gobierno federal.
Se trata de un edificio rústico frente a la laguna de Mecoacán, recién impactada por la fuga de aceite crudo de Pemex. Allí, en promedio, cada año se producen entre 400 000 y 500 000 alevines que son distribuidos en la región, comenta el biólogo encargado del Cittat, Alejandro Pérez.

Alevines de tilapia, en una tina del Cittat. Además de los destinados a repoblación, el centro entrega alevines a productores locales. Foto: Michel Estrada
En un recorrido por el centro, el técnico Pedro de la Cruz explica que los huevos de la tilapia, una vez recolectados, son puestos en una incubadora donde eclosionan. Allí se alimentan de su propio saco vitelino.
Una parte de los alevines crecen de dos a tres centímetros y son entregados en bolsas al municipio para que los libere en las lagunas de Paraíso.
Otra parte de los alevines son sometidos a un proceso de hormonado para sellar su masculinidad a los pocos días de haber eclosionado. Esto se debe a que los machos de esta especie son más cotizados por su tamaño y la cantidad de carne que pueden aportar conforme la engorda, detalla de la Cruz. Cuando alcanzan los dos o tres centímetros, el Cittat los entrega a productores individuales por medio del Ayuntamiento de Paraíso.
Este centro lleva más de 30 años produciendo crías para engorda en diferentes sistemas. Desde su laboratorio, el técnico superior Lorenzo Pérez Sánchez, quien ha trabajado con la manipulación genética de la tilapia, explica que la apuesta por esta especie empezó en los años 70.
Previo a la hormonización en este centro, se experimentó con procesos de selección natural con el fin de alcanzar un mejoramiento genético que les ayudara a obtener la mayor cantidad de machos posible y a hacerlos resistentes al agua salobre de las lagunas costeras del Golfo de México.
Se trataba de especies originarias de Mozambique y de Tanzania, con las que se obtuvieron híbridos. Lorenzo Pérez detalló que se cruzó Oreochromis mossambicus rojo con el Oreochromis hornorum, una especie que manifestó ser agresiva por las mordeduras que el macho daba a las hembras, cuyos dientes tuvieron que ser recortados por los investigadores con navajas.
“Poníamos un macho por cada tres hembras y salía el 75 % de machos. El problema aquí es que las lagunas son de agua salada, entonces empezamos a condicionar poco a poco hasta que logramos tener especímenes que tenían resistencia”, detalla Lorenzo Pérez.

Tinas de geomembrana del Cittat que albergan a los ejemplares de tilapia reproducidos. Foto: Michel Estrada
Desafíos del repoblamiento
Alejandro Pérez define a la tilapia nilotica así: “Es una especie muy amigable. ¿Por qué? Porque es muy fácil de producir y de engordar”. Sin embargo, subraya que una vez liberados los peces en las lagunas, su subsistencia no está garantizada. “Las poblaciones dentro de los cuerpos naturales de agua no han florecido como se esperaba porque están totalmente adaptadas a las condiciones ambientales de nuestro sitio y porque son depredadas en etapas juveniles por especies naturales”, apunta.
Esta situación es refrendada por los pescadores locales quienes perciben que, al momento de la liberación, los alevines son demasiado pequeños para sobrevivir.
“Para nosotros, que conocemos, es un error tremendo. Por ejemplo, la tilapia en una laguna tan inmensa como es Acayucan (Veracruz), como es la laguna La Flores (Paraíso), se fueron a alimentar a otras especies. Las están tirando en un tamaño que hasta la castarrica se la come, que es la especie nativa”, explica Santiago García, secretario de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Paraíso.

Crías de tilapia, una especie proveniente de Egipto y considerada invasora. Foto: Michel Estrada
Sin embargo, los repoblamientos son eficaces. Así lo ha comprobado la doctora María de Jesús Contreras-García, encargada del Laboratorio Acuícola Tropical de la Universidad Autónoma de Tabasco (UJAT), que realiza repoblamientos de tilapias y especies nativas en lagunas del centro de Tabasco. “La tilapia ya llegó para quedarse porque tiene ciertas características que le confieren ciertas ventajas sobre las nativas que se tardan en crecer un poco más. No significa que vamos a desplazar o a ponerla por encima de nuestras especies nativas”, dice respecto al esfuerzo del laboratorio por también sembrar especies nativas.
Las evaluaciones de repoblamiento demandan recursos escasos en la academia de Tabasco, no obstante, en 2014 los investigadores corroboraron, a través de un seguimiento de un año realizado con una electrolancha, la presencia de los ejemplares en las lagunas después de la siembra de crías. “Los muestreos incluyeron tiempo cero antes de repoblar, a los seis meses y al año y sí hubo abundancia en ese lapso de tiempo en cuanto a la cantidad de organismos”, detalla Contreras-García.
En un análisis del último lustro, Mongabay Latam pidió vía transparencia el número de crías de tilapia sembradas en Tabasco por los 17 ayuntamientos de la entidad, el gobierno de ese estado y el IMIPAS (de orden federal): la suma da 27.329.000 alevines.

Mapa de repoblamiento de tilapia de los tres niveles de gobierno. Elaboración: Juan Luis García.
El hecho de que la tilapia ya esté en el agua no justifica que se siga introduciendo, apunta el ecólogo Manuel Mendoza Carranza frente a numerosos actores que excusan los posibles impactos de los repoblamientos bajo el argumento de que la tilapia lleva décadas en las aguas de Tabasco.
“Es un paliativo, una justificación desde mi punto de vista no tan válida. De hecho también hay especies de mojarras aquí en Tabasco que no son comerciales y que muy probablemente han sido afectadas ecológicamente por la tilapia”, sostiene Mendoza Carranza.
“Hay unas especies pequeñitas que no pasan de 15 centímetros, que son parte del ecosistema y que tienen un papel, y que probablemente a la hora de introducir toda esa cantidad de tilapias van a tener un efecto sobre ellas. Esa es una de las principales preocupaciones”, apunta el ecólogo.
Lorenzo Pérez reconoce que la tilapia es invasiva: “Sí, es cierto, porque prolifera demasiado. A los 5 centímetros, a los 10 gramos, ya está proliferando en comparación con las especies autóctonas”, asegura. Sin embargo, sostiene que en el agua salada se reproduce en menor cantidad.
Para Mendoza Carranza, sin embargo, vale la pena preguntarse cuál es la capacidad del ecosistema para recibir las especies introducidas. Saturar un cuerpo lagunar con especies aumenta la competencia, refiere.
“Va a haber una competencia muy grande por espacio y eso obviamente va a provocar que algunas especies disminuyan y que otras que pueden ser más eficientes ecológicamente como la tilapia ocupen esos espacios vacíos y eso disminuye la biodiversidad del tablero, por decirlo de alguna forma”, acusa sobre una suerte de ajedrez ecológico donde las especies introducidas son las piezas.
Cierto es que la apuesta en Tabasco por la tilapia no cesará en el corto plazo, ya que corresponde a políticas avaladas por el gobierno federal. Las tilapias llegaron al país en 1964 al centro acuícola de Temazcal en Oaxaca y después proliferaron en todo el país.

La laguna El Arrastradero es una de las cuatro elegidas por el Ayuntamiento de Paraíso para la siembra de tilapia nilotica. Foto: Michel Estrada
En este sentido, el estudio Especies Acuáticas Invasoras en México, liderado por el doctor Roberto Mendoza Alfaro, subraya la importancia de que las propias instituciones cambien su enfoque y protejan a las especies nativas.
“La Conapesca se vanagloria de haber sembrado varias decenas de millones de crías en el medio ambiente natural, principalmente de tilapia y carpa, todo ello a pesar de que entre las atribuciones de la comisión se encuentra coordinar la política nacional en materia de aprovechamiento racional y sustentable de los recursos pesqueros y acuícolas. Mientras no exista la suficiente sensibilidad medioambiental en esta comisión, nuestros recursos nativos seguirán en riesgo”, indica el trabajo publicado por la Conabio.
El documento destaca que hay formas de reemplazar especies exóticas, como implementar programas de repoblación con especies nativas; incluir en la Carta Nacional Acuícola directrices para sustitución de especies; fomentar investigación de especies nativas para fines comerciales; y utilizar análisis de riesgo al momento de introducir especies exóticas.
Si bien el responsable de autorizar las repoblaciones de peces es el IMIPAS, la que avala las resoluciones sobre impactos ambientales es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Este organismo, sin embargo, aseguró a Mongabay Latam que carece de estudios de impacto ambiental respecto al repoblamiento de tilapia en Tabasco en los últimos cinco años.
Preguntado sobre cómo es posible revertir la presencia de especies exóticas en los ecosistemas, el doctor Giannico detalló: “Es muy difícil de revertir el proceso. La única manera en que se revierte es si la especie no se adapta”. Esto último, ya no es una opción en el caso de la tilapia, que ya ha echado raíces en el trópico tabasqueño.
“En el caso de tilapia y otras especies que también tienen éxito, la pregunta sería por qué hay especies que tienen éxito estableciendo poblaciones autosuficientes y otras no. Tiene que ver con la tasa reproductiva. Hay ciertas características biológicas que hacen que ciertas especies sean mejores invasoras que otras”, explica el doctor Giannico.
Por ejemplo, un animal omnívoro tiene más probabilidad de adaptación que algunos que comen solo determinadas dietas de las que dependen para subsistir. Las tilapias se alimentan de pequeños invertebrados, fitoplancton, algas, insectos, crustáceos y materia vegetal.
A nivel social lo que ha sucedido con poblaciones de peces invasores es que las personas se han acostumbrado a contar con ellos. Un caso de arraigamiento sucedió con la trucha arcoiris y especies de salmónidos en Chile, detalla Giannico.
“La gente adopta las especies en muchos casos como si fueran propias, el caso de Nueva Zelanda, Argentina y Chile es claro, donde la población de esos países cree que muchos de estos salmónidos, tanto salmones como truchas de diversas especies, son nativas. Si tú haces una entrevista por la calle la gente no cree o no sabe que fueron introducidas hace 100 años y por supuesto que si alguien se le ocurriese tratar de eliminarlas la gente se levantaría en contra de ese legislador”, apunta el experto.
Para el técnico superior del Cittat Lorenzo Pérez, la tilapia, si bien es invasiva, ha sido usada como una excusa para desviar la responsabilidad de las personas por la merma de las especies nativas debido a la destrucción de los hábitats. Una afectación causada por el hombre que en Paraíso se manifiesta constantemente en los derrames de hidrocarburos.

Lorenzo Pérez, técnico del laboratorio del Cittat, en Paraíso Tabasco. Foto: Michel Estrada
“Se ha complicado la pesca porque en realidad la contaminación es la que más perjudica. Hace unos días [dice el 11 de junio] hubo una contaminación muy severa, muchos pescadores libres, cooperativas sufrieron”, apunta el director de Desarrollo del Ayuntamiento, Santiago Magaña.
Incapaces de prevenir los derrames de hidrocarburos, las autoridades del municipio concentran sus esfuerzos en apoyar a los pescadores con las tilapias, algo que no contraviene a los otros órdenes de gobierno y que pretende que los pescadores volteen del mar a las aguas interiores.
“Nosotros estamos haciendo el apoyo para que ellos en sus propias comunidades tengan su trabajo y no tengan que salir a mar profundo”, dice Magaña.
Fuente: Mongabay