Argentina: una más al Paraná..., por Rulo Bregagnolo

De nuevo el Río Paraná sufre un golpe. A esta altura, han sido tantos que medir la intensidad de los mismos es casi imposible. Pese a esto, aun se sigue viviendo de espaldas al río, agrediéndolo, restándole importancia, salvo a alguna playa en el verano o en los concursos de pesca...

Duele, pero es la realidad. Hace unos días una barcaza se sumo al cementerio del Paraná dejando como lapida 11 mil litros de gasoil. No importa si fueron 11, 15 o 20 mil litros, el daño y el desafío están de nuevo golpeando la puerta.

Mientras nuestros representantes se rasgan las vestiduras públicamente para determinar quien pondrá la cara como candidato a gobernador, o en los pueblos del interior las rencillas entre vecinos apostando a uno u otro candidato nos distraen, silenciosos y esforzados pobladores se intoxican con agrotóxicos por intentar sobrevivir, ?cada 10 días muere un niño misionero por desnutrición?(Min. de Economía Oscar Brizuela), cada hora caen bajo hacha y fuego 1,33has de monte (Min. de Ecología y RNR), por minuto se echan cientos de litros de efluentes industriales de las papeleras y entre otras, cada tanto, la irresponsabilidad ?tira? algo al río y ellos, nuestros representantes, siguen sin hacer absolutamente nada.

A las claras, no ha servido de nada el gran susto que Misiones tuvo hace tres años con el derrame de petróleo en la refinería de Petrobras, en Araucaria, a escasos 20km. de Curitiba, Brasil, en el que uno de los Patrimonios de la Humanidad, las Cataratas del Iguazú, se pudieron haber teñido de negro si las Ong?s brasileñas, el IBAMA, el IAP y otros voluntarios no hubiesen hecho el trabajo que con mucho esfuerzo se llevo a cabo, con la financiación obligatoria de Petrobras. En el grupo de voluntarios estuvo presente gente de la Red de Asociaciones Ecologistas de Misiones (RAE) y ha vivido intensamente cada uno de los momentos, entendiendo lo que significa el manto de petróleo cubriendo lo que a su alcance estaba. La petrolera tuvo que pagar 100 millones de dólares, pero nada devolvió a la zona lo que la naturaleza gentilmente brindó a los lugareños.

Aquel desastre, sin ser el primero ni el ultimo, tuvo otras dimensiones, serios daños, muchos de ellos irreversibles, si lo comparamos con el de la triple frontera en estos días. El Paraná tiene otro caudal, velocidad, ancho, mayor poder de depuración y han sido pocos litros si los comparamos con los 4 millones de petróleo crudo. Pero la cuestión no es esa.

Con la experiencia mencionada y una cantidad de reuniones declamando futuros planes de contingencia y rostros preocupados (no ocupados) de tantos dirigentes, hoy, ante este hecho, se debió haber tenido todo previsto para solucionar este desastre y nada habría para discutir, solo esperar con las cisternas vacías en la orilla para transportar aunque sea el 99% de lo recogido. Paso el tiempo y ni la teoría se ha aprendido.

¿Quiénes controlan el estado de las embarcaciones?,¿dónde están los Organismos que deberían prevenir y ocuparse de estos accidentes?. Hay muy buenos profesionales en la Provincia, pero indudablemente no son los que están ocupando los cargos donde se deciden y/o resuelven los temas. No hay respuestas porque no están los que debieran estar donde tienen que estar. El problema es constante y mas que en barcazas, va sobre ruedas por las rutas misioneras.

Circula una enorme flota de camiones cisterna transportando combustibles derivados del petróleo, químicos y otras sustancias con un altísimo poder contaminante. Si bien hay exigencias en las empresas, mucha veces estas bombas rodantes transitan a mas de 100km/h. ¿Esta preparada la Provincia para un accidente entre dos camiones cisternas que transportan mas de 20 mil litros cada uno, si por ejemplo sucediese en el puente del Yabebiri?. Los pelos se erizan, pero no es descabellado imaginarlo.

En el contexto que está la provincia, con la represa de Itaipú al norte, Yacyretá al sur, las papeleras lanzando sus efluentes, los agrotóxicos fluyendo con tierra erosionada hacia el río en ambas márgenes, con un tercio de la misma con monte y temperaturas altas, sumadas a las sequías y la desaprensión, los riesgos son muchos, pero los planes de contingencia siguen sin aparecer.

Con todo esto, se pretende exigir, cuestionar, a las ong?s ambientalistas de Misiones por no haber evaluado, por no haberse pronunciado por este desastre... Es la absurda excusa de siempre, encontrar en el otro la responsabilidad que le cabe creyendo no ser parte del problema. Seria prudente que se tome en cuenta que los ambientalistas misioneros, como los de la mayoría del país, trabajan voluntariamente, que cada uno vive de su trabajo y esta en la pelea diaria por sobrevivir y aun así dedica tiempo, esfuerzo, dinero, medios propios, para intentar frenar esta carrera destructiva a la que constantemente nos someten por la indiferencia graficada en la ausencia de políticas de estado que apuesten a la gente y su entorno. Es bueno recordar que quienes deben prevenir estos problemas cobran sueldos que todos pagamos. Creemos correcto que se exija, pero por favor, a quien corresponde.

Rulo Bregagnolo es Presidente del Grupo Ecologista Cuña Piru,
Ong Miembro de RAE y Coalición Ríos Vivos.

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