Colombia: simulando Democracia

Idioma Español
País Colombia

En un agitado debate, la comisión primera de la Cámara de Representantes del Congreso de la República de Colombia aprobó modificaciones a la propuesta del Referendo respaldada por más de dos millones de colombianos. Dichas modificaciones no tienen nada que ver con la voluntad popular de consagrar en la Constitución colombiana el agua como un derecho humano fundamental, y mucho menos con el reclamo de un manejo público y soberano del patrimonio hídrico.

A través de un anuncio el pasado lunes en la Casa de Nariño, el Presidente Uribe cambió su posición inicial según la cual había que hundir el Referendo del Agua porque atentaba contra los intereses del país. Así, después de reunirse con su bancada de gobierno, anunció que era necesario darle trámite al Referendo del Agua y también a uno de cadena perpetua para violadores. Señaló además que estos eran ejercicios democráticos que debían ser respetados.

Como era de esperarse, el miércoles 22, en el debate del Referendo por el Agua en la Comisión primera de la Cámara de Representantes, el

representante Roy Barreras, del partido Cambio Radical, llegó con una propuesta de modificación del texto, agenciada desde el ejecutivo, e incluso con un nuevo título: referendo para proteger el agua. Básicamente el cambio que generó el nuevo texto eliminó la consagración del derecho fundamental al agua potable; eliminó el reconocimiento del agua como bien común y público; eliminó el uso prioritario de los ecosistemas esenciales al ciclo del agua para este fin; eliminó el impedimento de privatizar la gestión del agua y del servicio de acueducto y alcantarillado. Agregaron un “mico” colosal: volver constitucional que “las aguas que nacen y mueren en la misma heredad”, son privadas, imponiendo así una excepción al principio de que todas las aguas son bienes de uso público. De esta manera se entregará el agua a los nuevos propietarios privados e ilegítimos de los grandes latifundios producto del despojo a más de cuatro millones de campesinos. En contraste con lo anterior, eliminaron que las aguas que discurren por los territorios étnicos son parte integrante de los mismos. Ajustaron de modo demagógico la propuesta del mínimo vital gratuito universal, para predicarlo falsamente como orientado sólo a los pobres, pero dentro del marco legal actual de la prestación privada de los servicios públicos.

La réplica del vocero del Referendo y de partidos políticos como el Liberal y el Polo Democrático Alternativo no se hizo esperar, en el sentido de denunciar que el nuevo texto presentado no cuenta con el apoyo popular, pues las modificaciones son sustanciales y no reflejan lo que las y los colombianos firmaron, y exigiendo que se respetara el texto original de modificación constitucional para consagrar el derecho humano al agua. Sin embargo, la mayoría de la maquinaria uribista ganó en la votación y en la decisión de continuar el trámite pero con las modificaciones señaladas.

Hay que añadir que está en trámite, simultáneamente, un Referendo para reelegir al Presidente Álvaro Uribe por tercera vez consecutiva, para lo que también tienen que cambiar la Constitución, y la maniobra uribista con el Referendo por el Agua consiste en una simulación de democracia que engendra la intención de llamar a votar los tres referendos al tiempo, con lo que los asegurarían la asistencia masiva a las urnas y de esa manera podrán aprobar la reelección presidencial inmediata.

El corresponsal de Radio Mundo Real en Colombia, Danilo Urrea, dialogó con Héctor Gañan, delegado de la Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC- acerca de esta complicada situación.

Foto: http://www.ecofondo.org.co

Temas: Agua

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