El acceso al mercado más grande del mundo, por Aurelio Suárez Montoya
?Se ha conseguido el acceso al mercado más grande del mundo?. Con esta frase, el ?caballito de batalla? de los defensores del tratado de libre comercio de Colombia con Estados Unidos, se valida el inicio de conversaciones al respecto el 18 de mayo de 2004 en Cartagena
Y también se justifica la permanencia en la mesa de negociaciones del ALCA cuyo desarrollo está estancado mientras se dirimen las contradicciones entre la superpotencia y los países integrados en MERCOSUR, en particular con Brasil y Argentina, en temas agrícolas. No obstante, luego de la Cumbre de Miami de noviembre de 2003, quienes crean que los dos tratados son cosa aparte se equivocan; son piezas del mismo andamiaje, los bilaterales son el complemento de los acuerdos básicos que alcancen los 34 países suscriptores del ALCA.
El promocionado ?acceso? se presenta como máximo logro y se reitera que con él se conservan las preferencias arancelarias concedidas por Estados Unidos a Colombia en lo que se conoce como APTDEA. Un privilegio, al decir de los promotores del ?libre comercio?, que no puede perderse. No obstante, un análisis detallado de dicho ?acceso? demuestra que, aún con preferencias de APTDEA, todo esto es más una quimera que fuente auténtica de crecimiento de la economía colombiana.
Pese a que los 280 millones de estadounidenses tienen ingresos anuales de 35.000 dólares en promedio, apenas un 15% de ellos se destina a compras externas. Y no sólo eso: un 5% de dichas importaciones son automóviles y bienes de capital de los cuales Colombia no provee ni un dólar. El 55% restante incluye un 10% de petróleo del cual nuestro país suministra apenas una cantidad exigua. Así, el ?acceso? para Colombia está en productos que suman menos de la mitad de lo que Estados Unidos adquiere en el exterior, principalmente en materias básicas, entre las que hay varias de agricultura tropical, y bienes para consumo final. Un estudio de Planeación Nacional las identifica: Carbón, café, confecciones y textiles, cuero y calzado, loza, porcelana, flores y pescado entre las más notables. Se estima que por ese nuevo acceso se crearían 183.000 empleos para más de 3 millones de desempleados. Pero hay desencanto mayor cuando se lee el Informe ante el Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos de su Representante Comercial, Robert Zoellick, presentado el 9 de marzo de 2004. En él se dice: ?la estrategia consiste en perseguir múltiples tratados de libre comercio, creando ?una competencia por la liberalización? que provee una palanca por la apertura en todas las negociaciones ??. Y agrega: ?la estrategia está produciendo resultados?.
Los balances positivos los mide por el arsenal de tratados que está montando para alcanzar ?el liderazgo en el libre comercio?. Entre tales tratos, orquestados todos bajo el señuelo del ?acceso al mercado más grande del mundo?, se mencionan los realizados con China, ALCA, CAFTA (Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador y Guatemala), República Dominicana, Panamá, Países Andinos (Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia), Australia, Singapur, Chile, EAI (la Empresa por la Iniciativa Asiática) con Tailandia, Vietnam, Camboya, Laos Indonesia, Filipinas y Brunei. Informa del MEFTA (Área de Libre Comercio del Medio Oriente) con los países del Magreb, los Estados del Golfo y del Levante, nombrando a Jordania, Marruecos, Bahrein e Israel. Avisa de Tratados Estructurales de Comercio e Inversión (TIFAS) con Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Yemen y Emiratos Árabes Unidos. Del mismo modo se nombra a la Oportunidad de Crecimiento de África (AGOA), creada en 2000 y expandida en 2002, que da ?acceso al mercado de USA a 37 naciones elegibles del África Subsahariana? y habla de tratados bilaterales de libre comercio con la Unión Aduanera del Sur de África con Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia. Así está ?abrazando el globo a palmos con acuerdos bilaterales de libre comercio?. Sin descartar el precursor: el TLCAN con México y Canadá.
Se reitera que los tratados bilaterales son un medio como Estados Unidos pone a competir por su mercado, en sectores donde requiere, a los pobres del mundo que fabricamos con mano de obra barata manufacturas comunes y le suministramos ciertos recursos naturales. En las confecciones, por ejemplo, la prometida participación de Colombia deberá darse sobre la base de derrotar a quienes hoy predominan: China, México, Honduras, Salvador y Sri Lanka. Mientras esa carnicería entre latinoamericanos, asiáticos y africanos se libra a muerte, el señor Zoellick se frota las manos afirmando que: ?los recientes acuerdos comerciales cortaron ocultos impuestos a las importaciones que significaron ahorros por 2.000 dólares al año a las familias trabajadoras de USA, los nuevos acuerdos podrían añadir más a esos ahorros?, por eso expresa: ?Los tratados de Chile y Singapur?sirven de modelo para avanzar en otras iniciativas bilaterales en 2004?. He ahí el verdadero interés en brindar ?acceso al mercado más grande del mundo?.
Fuente: MOIR