El cultivo de soja transgénica en Brasil: muchos intereses en juego

En la ciudad fronteriza de Foz de Iguaçu, Brasil, se llevó a cabo en forma simultánea la VII Conferencia Mundial de Investigación de Soja, la IV Conferencia Internacional de Procesamiento y utilización de Soja y el III Congreso Brasilero de Soja, entre los días 26 de febrero y 5 de marzo

Los eventos y conferencias fueron auspiciados conjuntamente por el Ministerio de Agricultura de Brasil y por la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria ?EMBRAPA.

Los temas tratados en los eventos sobre el cultivo de soja fueron las perspectivas mundiales de comercialización del grano, así como las aplicaciones y alcances de la transgénia en los cultivos del mismo.

El propio ministro de agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues y el director-presidente de la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), Clayton Campanhola, asistieron a las principales instancias de los diversos encuentros, que considerados en conjunto nuclearon a más de 1500 participantes de todo el mundo.

Brasil es uno de los mayores productores mundiales de soja, con unos 52 millones de toneladas producidas durante el año 2003.

Uno de los temas que concitó mayor atención fue precisamente el de la producción de la soja transgénica y en general el de las llamadas innovaciones tecnológicas aplicadas a la soja, puesto que uno de los intereses principales es el de integrar a la soja definitivamente al consumo humano.

Oficialmente el tema de los transgénicos fue abordado por el vice gobernador del Estado de Paraná y secretario de agricultura, Orlando Pessuti.

Pessuti evaluó las posibilidades para que Brasil se convierta en el principal productor mundial de soja y los efectos que ello tendría en el combate al hambre tanto en Brasil como en otros países.

Paso seguido a ello expresó la intención del Gobierno del Estado de Paraná de que su territorio sea respetado como área libre de soja transgénica en particular y de organismos genéticamente modificados en general.

?A nuestro entender, aquello que todavía no está claro, que todavía ofrece dificultades para entenderse, merece precaución", afirmó Pessuti.

El ministro Roberto Rodrigues, en su momento para hacer uso de la palabra respondió las inquietudes del vice-gobernador y secretario de agricultura afirmando que la elaboración de la ley de bioseguridad es una más entre las preocupaciones que existen para el trato oficial relacionado al cultivo de soja, aún cuando existe efectivamente un proyecto de ley que está en trámite parlamentario.

Para Rodrigues, la soja todavía tiene otros desafíos. El primero, se refiere a la logística y a la estructura. "Necesitamos cuidar la conquista de nuevos mercados, abrir nuevas fronteras con cuidado para que no suframos la 'crisis de la abundancia', causada por un excedente de producción. Es necesario mucho cuidado y lucha en la forma de negociación internacional", dijo. El ministro criticó la falta de liderazgos respecto de la soja en las mesas de negociación. "No puede ser que Brasil, como uno de los mayores productores, no participe en la formación del precio; quedando a la merced del precio estipulado por empresas multinacionales en la Bolsa de Chicago", afirmó.

Brasil, es según un informe del Servicio Internacional para Adquisición de Aplicaciones en Agrobiotecnología (ISAAA), el cuarto país del mundo con más área sembrada con soja transgénica ya que cuenta actualmente con tres millones de hectáreas de soja genéticamente modificada.

Y no obstante ese dato, revelado recién este jueves por el Informe del ISAAA pero conocido y denunciado desde mucho tiempo atrás por las denuncias de las organizaciones ambientalistas, Brasil no cuenta con una ley sobre bioseguridad que regule las aplicaciones de la transgénia.

De acuerdo a ese informe del ISAA, Estados Unidos posee el 63% de las hectáreas sembradas con granos transgénicos en todo el mundo, seguido por Argentina con 21 %, Canadá con 6 %, Brasil con 4 % y China también con casi 4 %

Las discusiones en torno al proyecto de ley sobre bioseguridad están polarizadas por las posiciones de las empresas agrícolas -nucleadas en lo que se conoce como el lobby agrícola de Rio Grande do Sul (estado que concentra la mayor proporción de los cultivos transgénicos)- y el Ministerio de Medio Ambiente y su titular Marina Silva.

La Cámara de Diputados ya aprobó durante el mes de febrero el proyecto de ley que regula la investigación, el cultivo y la comercialización de transgénicos, por lo que aún debe ser aprobado por el Senado.

Transgénicos en Brasil: la visión del MST

Fuente: Radio mundo real

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