Empieza el año del arroz, por Gustavo Duch
Hemos iniciado el año del arroz, y no me refiero al calendario chino, sino a la costumbre de la FAO de tener un tema central por año. La elección del arroz por el organismo de la ONU encargado de la alimentación es lógica. El arroz es el segundo cultivo alimentario de importancia en el mundo
Y en muchos lugares algo más que un nutriente: la palabra coreana bap sirve para designar tanto el arroz como la comida.
El arroz es hoy también un ejemplo claro de los paradójicos impactos de la globalización en la agricultura y en nuestra alimentación: a la misma velocidad que desaparecen los mercados locales en beneficio de un único mercado global y al mismo ritmo que la diversidad es sustituida por la uniformidad, se van criando niños y niñas obesos en el Primer Mundo y van dejando la vida miles de seres humanos en el Tercer Mundo.
Según el Movimiento de Campesinos de Filipinas, la liberalización del comercio agrícola (una de las premisas de esta globalización) ha tenido graves consecuencias sobre los mercados filipinos, ahora inundados de alimentos importados.
Aunque la producción local de arroz, alimento básico para la población filipina, era suficiente para satisfacer la demanda, hoy la importación de arroz equivale casi al 40% de la producción local. Y como resultado, el número de familias rurales pobres en los últimos años ha aumentado en unas 300.000.
Con el pretexto --el hambre no es un problema de falta de alimentos-- de la productividad, los monopolios agrícolas promueven la uniformidad. En Filipinas, los pequeños agricultores cultivaban miles de variedades de arroz, pero desde mediados de los 80 en el 98% de los arrozales germinan sólo dos únicas variedades. Lo que significa una mayor dependencia de estas transnacionales que se refleja en el aumento de sus costos de producción, sobretodo en los precios de las semillas y abonos.
Preocupa que la FAO exponga "que aún existe un campo considerable para la liberalización del mercado del arroz" cuando liberalización se corresponde exclusivamente con un enfoque de ganancias económicas en lugar de un enfoque de derechos humanos.
Gustavo Duch es Director de Veterinarios sin Fronteras.
Fuente: El Periódico