Familias sospechan la presencia de maíz transgénico en San Juan Comalapa

Idioma Español
País Guatemala
Créditos: El abuelo Tereso Simón mientras visita su cultivo de maíz. Foto de Joel Solano

El abuelo Tereso Simón se dedica a la agricultura en San Juan Comalapa, Chimaltenango. Durante una entrevista expresó su preocupación por cosechas de maíz que parecieran ser transgénico. La introducción de esas semillas al país representa una amenaza para el maíz nativo, que han sido resguardadas por miles de años y heredadas por los abuelos y abuelas que a su vez las traspasaron a los padres y que se utilizan para sembrar los campos en la actualidad.

Desde que tenía 15 años el abuelo Tereso Simón aprendió a trabajar en el campo. A sus 75 años, continúa sembrando maíz en los terrenos que tiene en las comunidades de Xiquín Sanahi y Paquixic, en San Juan Comalapa, Chimaltenango.

Sin embargo, hace dos años el abuelo Simón se empezó a preocupar porque la semilla de maíz que sembró su hijo, Edgar Simón, no dio una buena cosecha. Si bien la milpa creció bien, las mazorcas salieron pequeñas y el maíz pareciera como el maicillo, -comida que se les da a las palomas-. Además, les costó desgranarlas.

Foto de Joel Solano

Don Tereso cuenta que su hijo compró esas semillas en una tienda agropecuaria de San Juan Comalapa y, por los resultados de su cosecha, intuye que se trate de semilla transgénica.

Hasta la fecha solo se ha detectado maíz transgénico en Petén y Chiquimula, tras una investigación de la Red Nacional por la Soberanía Alimentaria de Guatemala (REDSAG) que fue presentada el pasado 7 de agosto.

Cesar Mendoza, de la REDSAG, dijo que los transgénicos afectan los cultivos de los pueblos, por la polinización cruzada a causa del traslado del viento. Si hay un campesino o campesina que tiene maíz nativo sembrado y alguien siembra semilla transgénica, también conocidos como organismos genéticamente modificados, el viento puede llevar sus restos y contaminar genéticamente al maíz nativo causando daños irreversibles en su genética.

“Esto significaría que los más de 7 mil años de evolución que ha tenido el maíz nativo en manos de nuestros pueblos, nuestro abuelos y abuelas, podría perderse y no recuperarse, se tendría que generar otro proceso milenario para volver a tener nuestras semillas nativas como las conocemos ahora”, indicó Mendoza.

Foto de Joel Solano

En más de 200 pruebas de campo que la REDSAG realizó al maíz en Chiquimula y Petén se detectaron organismos genéticamente modificados. Sin embargo, no descartan que otras especies se estén modificando.

Gobierno confirma que hubo experimentos transgénicos

En 2023, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) confirmó experimentos transgénicos, en maíz, en una planta ornamental y en semilla de mostaza.

Sin embargo, esto no se pudo verificar porque no hay información disponible en el MAGA o no se nos quiso brindar la información ante la consulta.

Foto de Joel Solano

Es posible que sean otros cultivos, pero se le sigue dando seguimiento, se habla de tomate, yuca, camote, pero no se han hecho pruebas, hasta que se tenga una prueba científica, como la muestra Cp4, que es una proteína resistente al herbicida glifosato, de la empresa Bayer Monsanto, se tendrá certeza, señaló Mendoza.

Perder las semillas nativas sería perder una ciencia de miles de años

Para el abuelo Tereso, el maíz que siembra vale más que las semillas que compró su hijo en una tienda agropecuaria de San Juan Comalapa. A pesar de que se le abonó bien, cuenta, no dio los resultados de los cultivos nativos. Además, notó otra diferencia, la masa del maíz criollo es suave, en cambio, el de esta semilla es dura.

En otro de sus cultivos de maíz, por los sectores de la comunidad de Xiquín Sanahí, don Tereso dice que este maíz “si es de calidad”.

La semilla la heredó de su papá, Pablo Simón, quien se la dejó y es la que siembra en Xiquín Sanahí. Para él, las otras semillas hay que comprarlas, son caras y no sirven, “esta que tenemos solo la seleccionamos y nos produce bien”.

Según Cesar Mendoza, las semillas nativas de maíz son las que han dado sustento de forma milenaria y que fueron el resultado de la domesticación del teocintle, una variedad silvestre que da origen al maíz en tierra fría y tierra caliente.

Según información del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) en Guatemala hay dos especies de teocintle: el de la región Huista (Zea may subsp. Huehuetenangensis), de Huehuetenango, conocida en el idioma Popti’ como salik’, también llamada como milpa de rayo o madre maíz. Se siembra en los municipios de Jacaltenango, Santa Ana Huista y San Antonio Huista.

La otra especie de nombre Zea luxurians, se encuentra en los departamentos de Jalapa, Jutiapa y Chiquimula.  Ha sido introducida en países europeos y Brasil, y se reconoce como teocintle de Guatemala o teocinte Florida.

“Nosotros somos reconocidos como un país centro de origen de especies, hay una diversidad alta de maíz, es un aporte que desde nuestra cultura milenaria se le ha dado a la humanidad”, dijo Mendoza.

Perder nuestras semillas sería perder una ciencia de miles de años, los datos que arroja el origen del maíz es que son más de 7 mil años, es un conocimiento que se ha heredado de generación en generación, una persona con buena alimentación puede vivir 100 años, indicó Mendoza.

Según el abuelo Tereso, las semillas que ve ahora no se vendían antes. Afectan los cultivos y no son buenas. “No sé por qué sacan estas semillas, lo que no me gusta es que quieren que se compre todos los años, en cambio la de nosotros se selecciona y es lo que sembramos, no se compra”, dijo.

Varios agricultores que cosecharon maíz en 2025, observaron la aparición de mazorcas pequeñas en los cultivos de maíz, en su experiencia, esto podría deberse al tema de la polinización que contamina semillas nativas con las genéticamente modificadas.

Uno de los consejos del abuelo Simón es evitar comprar semillas que puedan ser transgénicas. “Varios han sembrado, pero se dan cuenta que no produce como la nuestras y no vale la pena sembrarlas porque contamina”.

Importancia del maíz en la alimentación

Además, el abuelo Simón habla de la importancia del maíz en la vida de las personas, sobre las vitaminas que proporciona al consumirlo y que no necesita tanto trabajo, solo cuidar las milpas, limpiarlas y darles un poco de abono, “en cambio los transgénicos al parecer hay que fumigarlas y eso nos puede hacer daño al comerlo”.

Según el abuelo Tereso Simón el maíz que tiene más vitaminas y proteínas es el negro, a diferencia del blanco y amarillo, y se cotiza en los mercados a unos Q 300. o más el quintal y es muy comercializado hoy en día.

Foto de Joel Solano

Mendoza añade que los avances que se dieron en la civilización maya se lograron gracias a los conocimientos de la población de Mesoamérica, gracias al maíz y frijol que consideraban sagrados, que generan nutrientes y proteínas para el desarrollo del cuerpo.

Sembrar transgénicos provocaría que se pierda una biodiversidad alta, aunque no hay certeza del impacto que generaría al generar plantas resistentes a los herbicidas o plagas. “Está en juego nuestro sistema alimentario, que repercute en el ser humano y el medioambiente”, indicó.

David Paredes, coordinador de la REDSAG, dice sorprenderse al saber que en el Congreso de la República se conoce nuevamente la iniciativa de Ley 6283 o Ley Monsanto, presentada por varios diputados.

Para Paredes, esta ley es más agresiva que la anterior porque tiene penas más fuertes al momento en que se detecte una semilla con patente en un campo que no tenga permiso.

Esta iniciativa de ley está en manos de la Comisión de Agricultura y se esperan su dictamen ya sea favorable o desfavorable.

La iniciativa 6283 Ley para la Protección de Obtenciones Vegetales o Ley Monsanto fue aprobada en 2014, pero tres días después de movilizaciones y presión social se derogó, y se engavetó el 13 de septiembre de 2023.

Fuente: Prensa Comunitaria

Temas: Saberes tradicionales, Semillas, Transgénicos

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