Los agrotóxicos británicos matan a campesinos en el Sur Global - Boletín #848 de la RALLT

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Foto del sitio: War on Want

El Reino Unido es el principal exportador en Europa de agroquímicos mortales como el paraquat, que tienen efectos devastadores en los seres humanos, los animales y el medio ambiente en todo el Sur Global.

Red por una América Latina Libre de Transgénicos
Boletín 848

Por War on Want

Traducido por RALLT

Un informe reciente de Unearthed y Public Eye expuso los impactantes niveles de exportación de Paraquat entre una gran cantidad de pesticidas, fertilizantes sintéticos, hormonas y otros agentes químicos de crecimiento, prohibidos en los países donde se producen por razones de salud y seguridad.

Mientras tanto, a medida que avanzan las negociaciones del acuerdo comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido, los temores sobre los estándares alimentarios y agrícolas aumentan entre los británicos, desde el pollo con cloro hasta la carne de res rellena con hormonas, la gente en el Reino Unido quiere proteger lo que está en su plato. Pero la preocupación por los estándares alimentarios y agrícolas británicos posteriores al Brexit debería llamarnos a abordar los impactos devastadores del comercio británico de productos químicos tóxicos en el Sur Global.

Comercio tóxico

El lunes 12 de octubre, los tractores entraron en Parliament Square en Londres, cuando los agricultores se unieron a una amplia coalición de personas de todo el país profundamente preocupadas por las normas alimentarias en el Reino Unido. Los agricultores estaban allí presionando a los parlamentarios conservadores para que protegieran los estándares alimentarios y agrícolas británicos, apoyando enmiendas críticas al proyecto de ley de agricultura. Los parlamentarios conservadores no lo hicieron, rechazaron las enmiendas e ignoraron un creciente coro de voces.

La amenaza de estándares más débiles para la protección humana, animal y ambiental es algo que ha tocado la fibra sensible entre las personas que atraviesan las divisiones políticas en el Reino Unido. Varias encuestas muestran que una gran mayoría del público no quiere estándares alimentarios y agrícolas más bajos a través de acuerdos comerciales posteriores al Brexit. Los principales supermercados, incluidos Tesco, M&S y Waitrose, han dicho que no venderán pollo clorado de EE. UU. si se llega a un acuerdo comercial. Restauradores, chefs y críticos de alto perfil, desde Joe Wicks hasta Jay Rayner, han condenado la medida. Incluso Michael Gove (1) describió lo que hizo el gobierno conservador el lunes como "incorrecto" y afirmó que importar alimentos de estándar más bajo era "absolutamente" una línea roja para el Partido.

Si bien el pollo clorado ha acaparado los titulares desde los días de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), la gente se está volviendo más consciente de las otras amenazas que plantea un enfoque desregulador. Carne inyectada con hormonas de vacas criadas en lotes de alimento superpoblados, inhalando partículas de sus propios excrementos (lo que Canal 4 llamó "tormentas de polvo fecal"). Cerdos atrapados en jaulas de cerdas y alimentados con ractopamina (2), un potenciador del crecimiento que causa insuficiencia de órganos animales, muerte y defectos de nacimiento y que ha sido prohibido en la UE, Rusia y China, pero está permitido en Estados Unidos; cosechas que se cultivan con pesticidas y otros productos químicos prohibidos en el Reino Unido desde hace años, porque son demasiado peligrosos. El paraquat es uno de esos pesticidas.

El paraquat es un herbicida altamente tóxico. Una parte significativa de las decenas de miles de intoxicaciones mortales por pesticidas que ocurren cada año son atribuibles a este herbicida. Si el paraquat se inhala o ingiere, incluso en pequeñas cantidades, puede ser fatal, causando coma, insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal e insuficiencia hepática, en cuestión de horas o días. 5 milímetros son suficiente para matar. También se puede absorber a través de la piel, provocando quemaduras químicas graves, lesiones oculares, daños en las uñas y hemorragias nasales. Los efectos sobre la salud a largo plazo y retardados asociados, incluyen la enfermedad de Parkinson, enfermedades pulmonares y cáncer de piel. Con el argumento de que es demasiado peligroso para los agricultores europeos, incluso cuando usan equipo de protección, está prohibido en el Reino Unido desde 2007 y desde 1989 en Suiza, donde tiene su sede Syngenta, que produce este químico desde la década de 1960.

Sin embargo, el paraquat es uno de varios pesticidas, fertilizantes sintéticos, hormonas y otros agentes químicos de crecimiento prohibidos en los países que los producen por razones de salud y seguridad, pero que son exportados a países con regulaciones más flexibles y donde las comunidades y los agricultores carecen de los recursos para protegerse a ellos mismos contra la exposición a productos químicos potencialmente fatales.

La ironía de la preocupación en el Reino Unido sobre las importaciones con bajos estándares, es que el Reino Unido desempeña un papel clave en la producción y exportación de agroquímicos altamente tóxicos, incluso a Estados Unidos. Y las ganancias de la venta de químicos que hemos considerado demasiado peligrosos para su uso en el Reino Unidos.

El paraquat se fabrica en Huddersfield, y en 2018 se exportaron 28.185 toneladas de mezclas que contienen paraquat del Reino Unido. Esto constituye la mayor parte de los pesticidas prohibidos que se exportan del Reino Unido a Brasil, México, India e Indonesia, Estados Unidos, entre otros.

El Reino Unido es el país líder en la lista de países europeos que exportan agroquímicos que están prohibidos en casa. Muchos de estos pesticidas tienen efectos cancerígenos y causan problemas reproductivos y daños al sistema nervioso. Muchos también son disruptores endocrinos y causan efectos adversos en el sistema hormonal. Los socios y aliados de War on Want en Kenia, Sri Lanka y Paraguay están muy familiarizados con las consecuencias para la salud humana, pero también con los efectos sobre la tierra, el medio ambiente y el tejido social de las comunidades agrícolas.

La Liga de Campesinos de Kenia lucha contra los pesticidas no regulados
de Europa y el Reino Unido

En Kenia, el 70% de la población son pequeños agricultores que han sido la columna vertebral de la producción de alimentos en el país durante años. Pero recientemente, el gobierno, con el apoyo de corporaciones transnacionales, está tratando de persuadir a los agricultores familiares para que utilicen pesticidas y fertilizantes químicos.

Un informe reciente de Route to Food en Kenia reveló que aproximadamente 700 tipos de productos agroquímicos se importan a Kenia de todo el mundo, de los cuales 288 provienen de los mercados de la UE y el Reino Unido. De los 247 ingredientes activos registrados en el país por la Junta de Control de Plagas y Venenos de Kenia, solo 150 están aprobados en Europa y 11 no están incluidos en la base de datos europea. Otros 78 han sido retirados de la UE y el Reino Unido por su alta toxicidad y amenaza potencial para la salud humana, los efectos tóxicos en el medio ambiente (en particular insectos y abejas) y su larga persistencia en el medio ambiente.

No solo los agricultores mismos se ven afectados directamente. Según el informe Route to Food, "los familiares que viven cerca de las granjas, con niños y mujeres embarazadas" son grupos vulnerables a los impactos en la salud de estos químicos.

Pero hay un movimiento creciente preocupado por los efectos de los agroquímicos a largo plazo. Nuestra organización asociada Kenyan Peasants League (KPL) está trabajando para crear alternativas prácticas, capacitando a sus miembros en agroecología y manejo integrado de plagas, con un enfoque en soberanía alimentaria.

"Hemos desarrollado un programa para producir insumos orgánicos para distribuir a nuestros miembros y otros agricultores para que podamos protegerlos de los efectos adversos para la salud de los pesticidas químicos prohibidos que provienen del Reino Unido y otras partes de Europa", dijo David Otieno miembro de KPL.

"Y estamos haciendo esto porque las razones por las que estos pesticidas químicos han sido prohibidos en Europa, es por los efectos adversos para la salud que tienen en los seres humanos allí. Si un pesticida químico puede causar cáncer en el Reino Unido, también puede causar el mismo cáncer en Kenia. También estamos pidiendo al gobierno del Reino Unido y a la UE que sigan su ejemplo, y que prohíban estos pesticidas químicos que continúan afectando a nuestra gente".

Producción de soja mortal en Paraguay

En 2019, Paraguay importó 58.000 toneladas de plaguicidas, y su gente está sufriendo las consecuencias mortales. En el "Cono Sur" del continente, la producción industrial de soja domina el panorama. La región es un triste recordatorio de la devastación del proceso de capitalismo extractivo en la tierra y sus pueblos.

La propia Syngenta bautizó en 2003 un área que abarca a Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, la "República Unida de la Soja". Y está claro por qué Syngenta tiene una participación en el área: la soja genéticamente modificada (GM), vendida por Monsanto, se cultiva en millones de hectáreas en la región, y estas variantes de transgénicos dependen en gran medida de pesticidas y otros agroquímicos. Los centros de investigación independientes y activistas en el Cono Sur han estado trabajando durante más de 20 años para exponer los efectos devastadores de este modelo de cultivos básicos químicamente dependientes: la falta de tierra, las migraciones masivas y las enfermedades crónicas.

El paraquat se usa en grandes cantidades en la industria agrícola de Paraguay, que es importado principalmente de China y Brasil; aunque Brasil importa el agroquímico de la fábrica de Syngenta en el Reino Unido, según las investigaciones Unearthed y Public Eye.

BASE-IS, una organización de investigación independiente en Paraguay, expone los efectos devastadores del cultivo de soja industrializado en el medio ambiente y la salud de las comunidades. Ha informado sobre el uso intensivo de agroquímicos utilizados en la producción de soja, con frecuencia dentro de las instalaciones de las escuelas rurales. En 2018, según la investigación de BASE-IS, se importaron 8.770.068 kg de paraquat en mezclas de agroquímicos como principal ingrediente activo, y 3.932.692 kg más se importaron mezclados con DIqUAT.

Los grupos más vulnerables a los efectos de este amplio uso de productos químicos importados, son los campesinos y las comunidades indígenas. En 2011, un agricultor llamado Rubén Portillo murió luego de sufrir los síntomas de una intoxicación severa por agroquímicos. Otras 22 personas de la misma comunidad fueron ingresadas en el hospital con síntomas similares.

Este caso mortal y profundamente preocupante, generó múltiples denuncias oficiales ante el Estado paraguayo, que abarcaron diferentes gobiernos de turno, sin que haya habido respuestas, no se haya hecho justicia. En 2013, las comunidades recurrieron al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que falló en contra del estado paraguayo en 2019, encontrando que era responsable de contaminar a la comunidad y de claras violaciones al derecho a la vida.

Notas:

(1) Miembro del Parlamento Británico por el partido conservador
(2) Ractopamina es un fármaco que es usado como aditivo alimenticio para promover el crecimiento de animales

Fuente:  Red por una América Latina Libre de Transgénicos (RALLT)

Temas: Agrotóxicos, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades

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