México: costalazo de maíz transgénico en Semarnat, por Greenpeace
Activistas de Greenpeace colocaron una tonelada de semillas de maíz importado (mezcla de maíz convencional y transgénico) procedente de EEUU en la entrada de la Semarnat y exigieron que este grano ya no entre quebrado o entero, pues es la principal causa de la contaminación genética del maíz nativo
Los costales cubrieron la puerta principal de la dependencia.
De acuerdo con informes que se han filtrado a diversos medios, moler el maíz que ingresa a territorio mexicano es una de las medidas que el informe inédito de la CCA recomienda para evitar que las semillas transgénicas sean sembradas y contaminen las variedades nativas. Actualmente, parte de las 6 millones de toneladas de maíz que entran a México están quebradas, pero varios científicos han señalado que aún en esa condición pueden germinar y liberar polen transgénico.
"Alberto Cárdenas, al igual que los ministros de medio ambiente de Canadá y Estados Unidos, conoce el informe final y sus recomendaciones por lo menos desde mayo. Estamos aquí para exigirle que lo publique ya y que acate sus recomendaciones de inmediato, en especial la de no permitir el ingreso de semillas a territorio mexicano, así como mantener la moratoria a la siembra comercial de maíz transgénico en México, centro de origen y diversidad de ese grano", afirmó Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.
Los capítulos del informe de la CCA hechos públicos desde marzo reconocen la contaminación transgénica del maíz y señalan que ésta se propagará si se deja sin supervisión. Igualmente, reconocen que falta información y estudios, particularmente sobre impactos a la salud y efectos en el ambiente (ver Especiales/Polémico informe). De estas averiguaciones y de diversas versiones de prensa, se desprenden recomendaciones entre las que destacan suspender las importaciones de maíz transgénico, seguir aplicando la moratoria a la siembra de maíz transgénico en México e informar a los campesinos para que no usen semillas genéticamente modificadas.
Un estudio básico para nuestra ley
En estas semanas el Congreso está elaborando el dictamen de Ley de Bioseguridad sobre Organismos Genéticamente Modificados, y para hacer un dictamen riguroso, de interés público, responsable y científicamente fundamentado, es indispensable que los legisladores conozcan el informe de la CCA.
A la fecha, es el mayor estudio internacional realizado sobre los posibles impactos de los cultivos transgénicos en las variedades locales de maíz. Tuvo un costo de 450 mil dólares y fue hecho por un grupo de expertos encabezados por el doctor José Sarukhán.
El propio doctor Sarukhán señaló en una entrevista con el Chicago Tribune (29 de septiembre) que: "Era totalmente inaceptable" que la publicación del informe estuviera siendo pospuesta debido a las presiones del gobierno estadounidense"... "Sarukhán dijo que planeaba consultar con otros miembros del Grupo Asesor para ver si considerarían la posibilidad de liberar el informe de manera independiente".
Greenpeace demanda la publicación inmediata de este informe y que sus recomendaciones sean acatadas por el gobierno.

