Mientras se realiza la COP30, Brasil aprueba 30 plaguicidas altamente peligrosos
El pasado martes (11), un día después del arranque de la COP30, el Ministerio de Agricultura y Ganadería brasileño (MAPA, por sus siglas en portugués) difundió una nueva autorización para el registro y uso de 30 plaguicidas en el país sudamericano.
Destaca que, entre ellas, 16 de las sustancias están clasificadas como Productos Muy Peligrosos para el Medio Ambiente (Clase II) debido al alto potencial de riesgo ambiental derivados de su uso. El resto de los componentes están clasificados como Productos Peligrosos para el Medio Ambiente (Clase III), e incluso algunos de ellos están prohibidos para su uso por la Unión Europea.
Entre las sustancias presentes en los productos registrados recientemente se incluyen la azoxistrobina y trifloxistrobina, las cuales representan peligros a la salud humana y animal vinculados con malformaciones fetales y el desarrollo de problemas neurológicos.
Sobresale también que dentro de los agrotóxicos se incluye un nuevo tipo de glifosato, sustancia asociada con posibles efectos carcinogénicos, reproductivos y endocrinos. Entre otras sustancias se encuentran insecticidas y herbicidas como el clocernapir, S-metolacloro y protioconazol, todas relacionadas con impactos reconocidos como toxicidad para peces y aves, contaminación de aguas subterráneas, resistencia a hongos y riesgos directos para la salud humana.
Según recogen medios locales, para Paulo Petersen, miembro de la Red Nacional de Agroecología (ANA), la aprobación de 30 plaguicidas durante la realización de la COP30 en la ciudad amazónica de Belém, es absurda y la califica como “una burla total”. A ello se suma la postura de la Campaña Permanente contra los Plaguicidas y por la Vida, a través de Jakeline Pivato, quien denuncia la contradicción ambiental que se vive actualmente en el país, sede de las negociaciones climáticas.
“Brasil alberga uno de los eventos más importantes en el debate sobre el cambio climático, pero el agronegocio sigue dominando la toma de decisiones interna. Vendemos una imagen de preocupación por la sostenibilidad, pero mantenemos el grifo abierto, conservando nuestra posición como el mayor mercado mundial de plaguicidas”, denunció a través de de la ANA.
Pivato también ahondó en la violencia asociada al uso de los agrotóxicos ya que son las comunidades quienes sufren las consecuencias de estas sustancias, “cada vez más presentes en sus vidas y territorios, y la postura del gobierno federal permanece inalterable”, denunció al mismo tiempo que aseguró que solo a través de la movilización popular se podrá revertir esta situación.
“No es en estos acuerdos comerciales internacionales donde se producirá un cambio real”, sostuvo.
Contradicciones
La autorización para el registro de estas sustancias en Brasil sucede a pesar del lanzamiento del Programa Nacional de Reducción del Uso de Plaguicidas (Pronara). Dicho programa hace parte del Plan Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (Pnapo) y derivó de un decreto firmado por el presidente Luis Ignácio da Silva el pasado 30 de junio.
Lanzamiento del Pronara cuyo objetivo es reducir el uso de agrotóxicos en Brasil.
Entre sus principales objetivos, el Pronara, aún en fase de implementación busca crear mecanismos para restringir el uso, la producción y la comercialización de plaguicidas altamente tóxicos en Brasil. También busca fomentar la reducción del uso de plaguicidas mediante la transición a sistemas de producción orgánicos y agroecológicos, por lo que fue celebrado por la ANA como uno de los logros tras más de una década de movilizaciones contra los intereses de la agroindustria brasileña.
Ante esta contradicción, Fábio Pacheco, integrante de la Comisión Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (Cnapo), aseveró que la legislación vigente en Brasil no permite un control real sobre el registro de nuevos agrotóxicos. “Lo que sí está claro es que resulta muy perjudicial para un país con Pronara, que muestra un deseo de cambiar de rumbo, que se liberen plaguicidas clasificados como altamente peligrosos para el medio ambiente durante la COP”, denunció ante la ANA Amazonía.
Por su parte, Jaqueline Andrade, abogada de la organización Tierra de Derechos cuestionó cuál es la responsabilidad del gobierno federal en la reciente aprobación de los plaguicidas durante los días que se realiza la COP30. “El cambio en el uso del suelo, con la deforestación para monocultivos que utilizan plaguicidas de forma intensiva, es uno de los principales factores que impulsan las emisiones de gases de efecto invernadero y la crisis ambiental que estamos viviendo”, compartió para medios locales.
Andrade sostuvo que la liberación de los agrotóxicos revela una contradicción que no se puede ignorar. “Es necesario la coherencia política, porque no hay clima en un país envenenado”, concluyó.
La liberación de los agrotóxicos recayó en la Secretaría de la Defensa Agropecuaria, el Departamento de Sanidad Vegetal e Insumos Agrícolas y la Coordinación General de Agrotóxicos.
Fuente: Avispa Midia

