Primer fallo judicial en contra de la introducción de cultivos transgénicos en Colombia
El 17 de octubre de 2003 el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, falló la primera Acción Popular en contra del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y Monsanto, por no tramitarse una Licencia Ambiental para la introducción al país del biopesticida algodón Bt
En su sentencia la magistrada ponente Beatriz Martínez, ordena proteger los derechos colectivos al medio ambiente sano, a la salud pública, la libertad de consumo, a la participación de la comunidad en las decisiones que la afectan y a la moralidad administrativa. Ordena suspender la autorización dada por el ICA para la importación y siembra del algodón transgénico en Colombia y también ordena al Ministerio de Ambiente, exigir a la Sociedad Monsanto Colombiana INC, el trámite de licencia ambiental previa a la importación y siembra de la semilla de algodón Bt.; adicionalmente envió el expediente a la Procuraduría General de la Nación, para que se realicen las investigaciones disciplinarias sobre los procedimientos administrativos utilizados en la aprobación de la siembra del algodón Bt en el país.
A través de la ingeniería genética se han desarrollado cultivos transgénicos dentro de los cuales están los llamados cultivos Bt, cuya principal característica es la introducción de genes de la bacteria Bacillus tugingiensis, que produce una toxina que es utilizada para el control de algunos insectos plagas en los cultivos como maíz, algodón y soya.
En el mundo existen fuertes cuestionamientos e interrogantes todavía sin resolver de tipo ético, tecnológico, jurídico, político y socioeconómico sobre los organismos transgénicos. Por tal circunstancia, la adopción o no de estas tecnologías debe basarse en la aplicación del Principio de Precaución, es decir, ?la falta de certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces?
Los cultivos transgénicos Bt, han sido construidos a partir de la introducción de genes provenientes de una bacteria Basillus thuringiensis, con el fin de controlar algunos insectos plagas en los cultivos. Este tipo de cultivos han sido denominados y reconocidos dentro de la categoría de plaguicidas como bioplagicida transgénico, por las autoridades ambientales en el mundo, tanto por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos EPA (Por sus siglas en inglés), como también por los países de la Comunidad Europea, Canadá, Japón, Australia y Brasil en donde los cultivos Bt requieren pasar, por rigurosas evaluaciones de bioseguridad que para sus efectos serían el equivalente de una Licencia Ambiental.
En Colombia en contraste notorio, la liberación comercial del algodón Bt de la empresa Monsanto, ha tenido muchos cuestionamientos de tipo tanto técnico, puesto que se hizo sin haberse realizado los estudios de bioseguridad requeridos, y también controversias de tipo como administrativo, sobre los procedimientos irregulares utilizados por el Consejo Técnico Nacional de Bioseguridad del ICA-CTN, para aprobar esta solicitud.
Luego de haber agotado sin éxito todos los conductos regulares para denunciar y solicitar a las autoridades competentes, que se hicieran las medidas correctivas, varias organizaciones de la sociedad Civil tomaron la decisión de entablar dos Acciones Populares, una en contra del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y otra en contra del Instituto Colombiano Agropecuario ICA y el Ministerio de Agricultura:
Acción Popular en contra del Ministerio de Ambiente
Esta Acción Popular fue presentada en Febrero de 2003, por el Dr. Hernán Arévalo, profesor de la Universidad del Rosario y coadyuvada por el Grupo Semillas, la Fundación Derechos de Colombia, el Dr. Herminson Avendaño y la Defensoría del Pueblo, con el apoyo del Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario.
El argumento central de esta Acción señala que el ICA mediante la resolución 1035 de 2002, autorizó a la Empresa Monsanto, la importación de 50.000 kg de semillas de algodón Bt con destino a ensayos semicomerciales de aproximadamente 2000 hectáreas en la región del Caribe colombiano. En este caso se evidenció como el Ministerio del Ambiente, incurrió en una grave omisión en la aplicación de sus funciones para la conservación y protección del ambiente y la biodiversidad del país, al no exigir a Monsanto Licencia Ambiental para la liberación del bioplaguicida algodón Bt, desconociendo el principio de precaución consagrado en el Convenio de diversidad biológica, en la Constitución y en las normas ambientales colombianas.
Luego de varios meses de litigio, en donde el demandante y los coadyuvantes aportaron las pruebas y documentación que sustentaron las pretensiones de la demanda, los Magistrados integrantes de la Sección Cuarta ? Subsección B del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, con ponencia de la Magistrada Doctora Beatriz Martínez Quintero decidieron:
· Proteger los derechos colectivos al medio ambiente sano, a la salud pública, la libertad de consumo, a la participación de la comunidad en las decisiones que la afectan o que podrían afectarla y a la moralidad administrativa.
· Suspender los efectos jurídicos de la resolución 01035 del 10 de mayo de 2002, expedida por el Gerente General del ICA, que autoriza la importación y siembra de ensayos semicomerciales de algodón NUCOTN 33B, en un área de 2000 hectáreas en el agroecosistema caribe húmedo.
· Ordenar al Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial exigir a la sociedad MONSANTO COLOMBIANA INC el trámite de licencia ambiental previa a la importación y siembra de algodón Bt.
· Enviar copia del expediente a la Procuraduría General de la Nación para los fines disciplinarios referidas a posibles vulneraciones a la moralidad administrativa en el trámite para la aprobación de la siembra del algodón Bt en Colombia.
¿Cuál es la Importancia del fallo en esta Acción Popular?
Esta sentencia es de trascendental importancia, puesto que por primera vez una instancia judicial se pronuncia sobre la introducción de cultivos transgénicos en Colombia, creando jurisprudencia sobre este polémico tema que trasciende a todas las solicitudes de introducción y liberación comercial de organismos transgénicos en el país y sienta el precedente referido a la obligación que tiene el Ministerio de Ambiente como autoridad nacional para ejercer su función de protección del ambiente en materia de bioseguridad.
Adicionalmente este fallo reconoce el derecho de los ciudadanos para intervenir y ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones sobre aspectos que puedan afectar el derecho colectivo a un ambiente sano. Igualmente es una excelente oportunidad para poner sobre la mesa y a disposición de todos los sectores de la sociedad, información sobre este trascendental tema, de tal forma que permita debatir sobre los posibles beneficios e impactos que pueden generar los organismos transgénicos en el país.
Aunque este fallo no soluciona todos los retos y desafíos que la sociedad enfrenta con relación a los cultivos y alimentos transgénicos, es un importante paso que han dado los numerosos sectores de la sociedad que trabajan en la búsqueda de un mundo ambientalmente sano, plural y biodiverso, basado en una sociedad mas justa y sustentable.
Acción Popular en contra del ICA y el Ministerio de Agricultura
La anterior Acción Popular fue precedida por otra que se hizo luego que el ICA autorizó de forma irregular a la empresa Monsanto, la siembra semicomercial del algodón Bt en la región Caribe. Esta Acción fue interpuesta igualmente ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, el 31 de octubre de 2002, por el Grupo Semillas, el Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario y Consumidores Colombia (COCO).
Dentro de las pretensiones de la Acción Popular, se destacan:
· Que el Ministerio de Agricultura ?revoque la autorización para la siembra de algodón Bt en el país? y se suspenda la importación de semillas;
· Que se declare en el territorio Nacional una ?Moratoria? a la liberación comercial de transgénicos, hasta tanto el país cuente con una ?Ley Nacional Integral de Bioseguridad?;
· Que se exijan las evaluaciones legales requeridas de los impactos en la salud humana y animal, ambiental, socioeconómicos y;
· Que se realicen en diferentes localidades y durante varios ciclos de cultivo todas las evaluaciones de bioseguridad que aún no se han realizado en el marco de esta solicitud;
· Que se investigue por las autoridades competentes en materia de moralidad administrativa, a los funcionarios que participaron en los procesos y en los procedimientos para la liberación semicomercial del algodón Bt;
· Adicionalmente solicitamos que se haga efectivo el derecho a la ?participación y consulta real, efectiva, representativa y equilibrada de todos los sectores de la sociedad y de los órganos de control de Estado? en el proceso de evaluación y toma de decisiones sobre la liberación de OGM.
Esta demanda actualmente esta en curso y se espera que el juez emita su sentencia próximamente, en la que se espera que el fallo este en concordancia con la sentencia emitida por la Acción Popular en contra del Ministerio de Ambiente.
Información sobre estas Acciones Populares
- Dr. Hernán Arévalo Roncancio: jharevalo@yahoo.com
- Grupo Semillas: semil@attglobal.net
- Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario: oc.ude.oirasoru.ortsualc@onodnolb
- Fundación Derechos de Colombia moc.liamtoh@aibmolocedsohcered
- Dr. Herminson Avendaño: herminson@yahoo.com
- Consumidores Colombia (COCO): consumidorescolombia@hotmail.com
31 de octubre de 2003
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El algodón Bt de Monsanto entró a Colombia por la puerta trasera
En el caso del algodón Bollgard (Bt), se liberó su cultivo comercialmente en el 2002, inicialmente en la región Caribe, sin haberse realizado las evaluaciones de bioseguridad que se requieren, y este año, según anuncios públicos del Ministro de Agricultura y el Gerente del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, se extendió este cultivo las otras regiones algodoneras del país (Tolima y Valle del Cauca), en donde se espera en total la siembra de más de 7.000 hectáreas, también sin los debidos controles de bioseguridad.
Es inaceptable que el ICA haya aprobado la siembra semicomercial del algodón Bt, a partir de dos ensayos de campo realizados en un solo sitio y un solo ciclo de cultivo, en la región Caribe. En actitud que contrasta con los procedimientos, que inclusive en los mismos Estados Unidos se realizan con ensayos de campo en diferentes agroecosistemas, durante varios ciclos de cultivo y en donde después de tener inventarios detallados de la distribución territorial de especies silvestres y asilvestradas botánicamente relacionadas con la especie a estudiar, se evalúan aspectos como: Agente polinizador( Viento, Aves, Insectos, etc.); Distancia y frecuencia del flujo de polen hacia todas las especies y variedades silvestres y cultivadas de algodón; impacto del Bt en Aves y en todas las poblaciones de artrópodos y microorganismos del suelo, evaluaciones de alergenicidad, toxicidad y patogenicidad y los impactos socioeconómicos.
Adicionalmente es cuestionable que Monsanto fue coautor del diseño, montaje y ejecución de los estudios, financió estos ensayos e igualmente analizó los datos y elaboró el informe final de su solicitud conjuntamente con ICA, lo que descalifica el estudio como una evaluación independiente.
Estos hechos son el último eslabón de una cadena de irregularidades que comenzó cuando el CTN del ICA en su sesión de marzo 15 de 2002 y en votación secreta, eligió al señor representante de Monsanto como su vicepresidente; situación bochornosa que coloca a Colombia, como el único país del mundo en donde un representante de la firma que más produce transgénicos en el mundo, no sólo es coautor del diseño, ejecución y análisis de los estudios sobre el algodón Bt que pretenden valorar los efectos adversos de sus productos (Acta CTN mayo 15/02), sino que también Monsanto hace parte de las directivas del órgano que analiza los resultados de dichos estudios y recomienda al Estado su aprobación comercial, actuando como juez y parte en el proceso. ____________________________________________________
¿Porqué en Colombia no se debe sembrar algodón transgénico?
El País es centro de diversidad del algodón, existiendo 430 accesiones nativas del género Gossypium en el banco nacional de germoplasma de algodón, por lo este valioso patrimonio genético podrían ser contaminado por las variedades
transgénicas de algodón.
El algodón Bt sólo controla insectos Lepidopteros, pero en la región Caribe que produce el 60% del algodón del país, la principal plaga es el Picudo Anthonomus grandis, a la cual se le aplica para su control el 70% de los insecticidas utilizados en este cultivo. Pero el Ministro de Agricultura y el gerente del ICA han declarado en medios de comunicación que la semilla de algodón Bollgard aumenta el rendimiento y controla plagas como el picudo, aspectos que aún las casas productoras no incluyen en su propaganda; puesto que este cultivo no ha sido modificado genéticamente para aumentar rendimiento, ni para controlar plagas de coleopteros.
Esta tecnología del algodón Bt es controlada por la empresa que mas produce transgénicos en el mundo y para ejercer este control, Monsanto obliga a los agricultores que aceptan la tecnología, a firmar un rígido contrato, en el que estos se comprometen a reconocerle a la empresa los derechos de propiedad de las semillas, adicionalmente las semillas sólo pueden ser sembradas para obtener grano para consumo o procesamiento; quedándole al agricultor absolutamente prohibido cualquier otro uso, que incluye no poder sembrar estas semillas cosechadas nuevamente y tampoco venderlas, regalarlas o intercambiarlas con otros agricultores, violando así los ?derechos de los agricultores? consagrados en los tratados internacionales suscritos por los países signatarios de la FAO.
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Ahora lo que está en juego es la soberanía alimentaria del país
Colombia en la última década dejó de ser autosuficiente en la producción de alimentos y pasó a ser importador neto de alimentos. Para el año 2002, el país importó mas de dos millones de toneladas de maíz, que representa el 75% del consumo y igualmente el 80%. de la soya que consumimos. De hecho los colombianos estamos comiendo maíz y soya transgénica desde hace varios años, sin que ninguna autoridad nacional competente haya realizado algún control y evaluación de bioseguridad; puesto que en el país no existe ninguna norma de bioseguridad integral que incluya la regulación y evaluación de riesgos e impactos ambientales, socioeconómicos y en la salud de los OGM, y tampoco una norma específica para el control de alimentos transgénicos.
Colombia es uno de los países con mayor diversidad de maíz en América Latina, puesto que allí existen cientos de variedades y ecotipos de maíz pertenecientes a 23 razas. Esta enorme riqueza genética, se constituye en una de las bases fundamentales de la seguridad alimentaria de los agricultores y de la población nacional. Es por ello que el país para proteger este valiosos patrimonio genético, los ecosistemas y la salud publica, debe rechazar la introducción de cualquier tipo de maíz transgénico.
En el afán que tiene el gobierno de ir mas rápido que la mayoría de los países latinoamericanos en materia de cultivos transgénicos, el ICA, también pretende introducir el cultivo de maíz Yieldgard (Bt), que es resistente al gusano barrenador europeo del maíz (Ostrinia nubilalis), el cual es una plaga totalmente exótica en Colombia. ¿Será entonces que estaremos buscando el ahogado aguas arriba? No tiene presentación y no existe ninguna argumentación científica, para que el CTN - ICA haya autorizado a Monsanto a iniciar ensayos con un maíz transgénico que sido diseñado para ser sembrado en países de zonas templadas, que tienen condiciones totalmente diferentes a las tropicales nuestras.
Es así como el ICA y Monsanto han iniciado este año ensayos de campo con cultivos transgénicos de algodón Roundup Ready (RR) y maíz RR (resistentes a glifosato) y maíz Bt (Yieldgard). Vemos con gran preocupación que el Ministerio de Agricultura, en su afán de "meterse de lleno con los transgénicos" como lo pregonan reiteradamente en los medios de comunicación, utilicen los mismos procedimientos administrativos y de falta de rigurosidad en la evaluación de bioseguridad, como los utilizados en el caso del algodón Bt. Lo grave es que ya estamos involucrando la seguridad alimentaria del país.
En actitud desconcertante algunos funcionarios del Gobierno Nacional, se han convertido en promotores comerciales de las empresas de Bioplaguicidas transgénicos, a través de los medios de comunicación y en diferentes eventos, puesto que reiterativamente defienden sus bondades y recomiendan a los agricultores la adopción de estos productos, planteado que son mas productivos, disminuyen el uso de pesticidas y generan grandes ganancias. El ICA se han empeñado en autorizar a marchas forzadas y sin los análisis requeridos, la importación masiva de semillas transgénicas, inicialmente de algodón y maíz, los cuales han sido producidas y diseñados en otras latitudes, para resolver limitantes tecnológicos ajenos a nuestros ecosistemas y condiciones socioeconómicas.
En el mundo existen fuertes cuestionamientos e interrogantes todavía sin resolver de tipo ético, tecnológico, político y socioeconómico sobre los organismos transgénicos. Por tal circunstancia, la adopción o no de estas tecnologías debe basarse en la aplicación del Principio de Precaución, es decir, ante la duda, la incertidumbre y la falta de certeza sobre la seguridad de estas tecnologías, tenemos el derecho a decir NO de forma preventiva.
Igualmente, si tenemos en cuenta que estas tecnologías no han sido diseñadas y adaptadas a las condiciones y necesidades de los países del Sur y que en Colombia no existen una norma de bioseguridad integral, de tal forma que se pueda garantizar la seguridad ambiental, socioeconómica y de salubridad pública; por lo tanto la estrategia que debería adoptar el país, en aplicación del Principio de Precaución, es declarar "el país libre de transgénicos", lo que además de resguardar la bioseguridad nacional, permitiría lograr una ventaja competitiva comercial relacionada con el creciente mercado internacional productos libres de transgénicos.