Se duplican desplazamientos por los desastres climáticos
En 2024, unas 46 millones de personas se vieron obligadas reubicarse para resguardar la vida
La voracidad de los fenómenos meteorológicos no da tregua a la vida: la aniquila o la desplaza. Las tormentas, lluvias, inundaciones, sequías e incendios forestales devastadores de 2024, obligaron a 46 millones de personas a reubicarse dentro de sus países para resguardar sus vidas. Estos desplazamientos internos representan un gran salto respecto a 2023, cuando 26 millones de personas huyeron de la magnitud de los desastres climáticos.
El calentamiento global está alterando el comportamiento de estos fenómenos naturales haciéndolos más destructivos y menos predecibles. En un solo año, la contundencia de estos eventos, casi duplica el número de desplazamientos a nivel global. Más que las cifras, indudablemente importantes, está el dolor, el desarraigo, la pobreza, la desolación. El drama de perderlo todo, inclusive, la vida de familiares y amigos.
Además, este número de desplazamientos por desastres en 2024 casi duplicó el promedio anual de la última década, según un informe reciente del Observatorio de Desplazamiento Interno.
Casi 30 países y territorios han reportado desplazamientos sin precedentes por desastres, y los ciclones han obligado a más de una de cada dos personas a abandonar sus hogares. Estados Unidos por sí solo representa aproximadamente una de cada cuatro personas desplazadas a nivel mundial por estas calamidades climáticas.
Dado que la frecuencia, intensidad y duración de los riesgos climáticos empeoran continuamente debido al cambio climático, hay pocos indicios de que la tendencia no continuará. “Estas cifras son una clara advertencia: sin una acción audaz y coordinada, el número de desplazados dentro de sus propios países seguirá creciendo rápidamente”, sostiene Amy Pope, Directora General de la Organización Internacional para las Migraciones.

Desplazamientos por desastres climáticos
El año pasado se registraron casi 45,8 millones de desplazamientos por desastres en 163 países y territorios, la cifra más alta desde que el IDMC comenzó a monitorear el fenómeno en 2008. Representa una cifra significativamente atípica en comparación con años anteriores y está muy por encima del promedio anual de 24 millones de los últimos 15 años. En algunos casos, el desplazamiento fue una medida eficaz para salvar vidas.
Las tormentas, incluidos los grandes ciclones en países altamente expuestos como Bangladesh, China, Filipinas y Estados Unidos, provocaron más de la mitad de los desplazamientos reportados en 2024. Los gobiernos emitieron alertas antes de su llegada a tierra y millones de personas fueron evacuadas para evitar el peligro. Solo en Estados Unidos, revela IDMC, 11 millones de residentes tuvieron que mudarse a otra parte del país debido a huracanes, inundaciones e incendios forestales.
Esta cifra de personas movilizadas representa una cuarta parte del monto global. La mayoría de los 266.000 desplazamientos debidos a incendios forestales se produjeron en California, precisa el informe. “El evento más grande fue el incendio de Park en los condados de Butte y Tehama a finales de julio, que provocó más de 66.000”.
Los incendios forestales son particularmente debilitantes para las personas desplazadas, ya que retrasan su regreso a casa. A estas situaciones traumáticas también se une la indefensión de las personas: las aseguradoras no quieren cubrir los daños y las inmobiliarias estafan con refugios climáticos inexistentes.
Los autores citan el ejemplo de Hawái, donde los incendios de Maui de agosto de 2023 provocaron que 3.000 personas continuaran viviendo en situación de desplazamiento interno para finales de 2024.

Estados Unidos poderoso pero igualmente golpeado
Casi todos los desplazamientos por desastres (99,5 %) se produjeron tras desastres climáticos agravados por el cambio climático. Además, unos 29 países y territorios, incluido Estados Unidos, registraron su mayor desplazamiento por desastres en 2024.
El huracán Milton por sí solo provocó casi seis millones de desplazamientos en octubre, en Estados Unidos. Fue la cifra más alta registrada para una tormenta a nivel mundial, superando al ciclón Amphan en 2020 y al tifón Haiyan en 2013.
Milton también demostró que los desastres pueden desplazar a personas en cualquier lugar, incluso en países de altos ingresos y con amplio desarrollo económico.
Las graves inundaciones y tormentas también causaron las cifras más altas de desplazamientos por desastres registradas en diez países de Europa y Asia Central, lo que demuestra que, como en años anteriores, el fenómeno tuvo una repercusión global.
Sin embargo, los países de ingresos bajos y medios siguieron soportando la peor parte de los impactos del desplazamiento por desastres, y las comunidades vulnerables se vieron afectadas de forma desigual.
África subsahariana registró el mayor número de desplazamientos internos en 2024, con 19,3 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos, violencia y desastres. De ellas, 7,8 millones se desplazaron a causa de desastres. Además, el análisis mostró que los 23 países que registraron desplazamientos por conflictos internos también registraron movimientos provocados por el clima.
En Chad, África Central, las inundaciones provocaron más desplazamientos en 2024 que en los últimos 15 años en conjunto. Destruyeron cientos de miles de hogares y dejaron a casi 1,3 millones de personas desplazadas al final del año.

Millones permanecen desplazados en el tiempo
El cambio climático puede estar generando peligros más graves y frecuentes que obligan a las personas a abandonar sus hogares. Pero otros factores como la pobreza, la expansión urbana informal y la infraestructura inadecuada también desempeñan un papel importante.
En Asia Oriental y el Pacífico, se produjeron 14,8 millones de desplazamientos por desastres climáticos. Esto marcó el mayor movimiento relacionado con calamidades entre las regiones. Fue el más alto en la región desde 2016.
Entretanto, Assam es el estado más vulnerable de la India al cambio climático, y ha sido el más afectado. La deforestación, la erosión de las riberas fluviales y la falta de mantenimiento de la infraestructura hídrica contribuyeron al desplazamiento. En Kazajistán, las peores inundaciones en 80 años provocaron más de 120.000 desplazamientos y obligaron al gobierno a revisar su gestión del riesgo de desastres y de los recursos hídricos.
A nivel mundial, el número de personas que seguían desplazadas por desastres a finales de año alcanzó la cifra récord de 9,8 millones.
Sin embargo, esta cifra debe considerarse conservadora, ya que la falta de informes tras la fase de crisis de muchos eventos deja una brecha persistente en nuestra comprensión de la duración del fenómeno.
Completarla es de suma importancia, ya que proporcionaría evidencia muy necesaria para fundamentar políticas y acciones destinadas a reducir el riesgo de desplazamiento, fomentar la resiliencia y promover soluciones.

América Latina, arrasada y vulnerable
Los efectos del cambio climático se hacen sentir en todo el mundo y en América Latina de manera especial. Al menos 20 países de la región, esto es un 74% del total de naciones afectadas, enfrentan una alta frecuencia de eventos climáticos extremos, informa la ONU, en su Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición 2024.
Latinoamérica es la región, después de Asia, más expuesta a estos fenómenos y 14 países son considerados vulnerables; tienen mayor probabilidad de tener un impacto en la subalimentación.
«Históricamente, América Latina y el Caribe tienen una contribución muy pequeña respecto del cambio climático en comparación con otras regiones. Datos del 2020 nos dicen que la aportación en emisiones totales de dióxido de carbono fue del 4,3%», señala Georgina Alcantar, jefa de la Unidad de Estadísticas Ambientales, de Cambio Climático y Desastres de la División de Estadísticas de la CEPAL.
Sin embargo, «la región sí es altamente vulnerable. Por su ubicación geográfica, está sufriendo muchos de los impactos de la crisis climática”, indica la experta Carola Mejía. Es coordinadora del área de justicia climática y Amazonía en la Red Latinoamericana y del Caribe por justicia económica, social y climática.
Tormentas, huracanes, inundaciones, deslizamientos de tierra, sequías, incendios y olas de calor o de frío se han vuelto más frecuentes en las últimas décadas y afectan a distintos países. Al mismo tiempo, la temperatura media sigue aumentado. Entre 2014 y 2023, en Bolivia subió 2,2 grados y en Paraguay, 2,03.
«Tan solo el 2024 se registraron 56 eventos peligrosos y desastres naturales que afectaron directamente a más de seis millones de personas. Y causaron la pérdida de más de 800 vidas”, apunta Alcantar.

Saldo desolador
Las inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul inundaron un área del tamaño del Reino Unido, provocando alrededor de 775.000 desplazamientos. Principalmente en la capital del estado, Porto Alegre, donde las comunidades negras e indígenas se vieron obligadas a huir a un ritmo mayor que la población general.
Según el último Índice de Riesgo Climático de la organización Germanwatch ubica, por ejemplo, a la isla caribeña de Dominica como el país más afectado por los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos. Y a Honduras en tercera posición a nivel mundial, en el período 1993-2022, en cuanto a fallecidos, damnificados y pérdidas económicas.
En 2023, debido a tormentas tropicales, México fue el cuarto país del planeta con mayores pérdidas económicas por estos eventos extremos. Guatemala, en tanto, fue el quinto con mayor número de personas afectadas, a causa de las inundaciones, según EM-DAT, base de datos mundial sobre desastres.
«Los eventos extremos se han triplicado en los últimos 50 años”, afirma Mejía. Las sequías son cada vez más prolongadas y hacen que los ríos se sequen. «En Bolivia se han registrado sequías extremas. El segundo lago más importante, el Poopó, en Oruro, se ha terminado de secar completamente. Por efecto del cambio climático y también por la minería”, agrega.
Las olas de calor en el sur del continente en los veranos exacerban los incendios forestales, como el que se registra actualmente en la Patagonia. «El año pasado afectaron la región amazónica. En Bolivia perdimos 10 millones de hectáreas. También en México ha habido olas de calor terribles que terminaron con la vida de muchas personas que habitan en la calle o son adultos mayores, quienes son más vulnerables a estas condiciones”, dice la experta de Latindadd.
Fuente: Cambio16