Se mantiene la moratoria europea de transgénicos

Rechazada la propuesta de aprobación de un nuevo transgénico

Hoy el Comité Regulador de la UE ha rechazado la propuesta de la Comisión de aprobar el maíz NK 603 con genes de tolerancia al herbicida de Monsanto Roundup. Una vez que Francia dejó clara su postura, la llave la tuvo Alemania. Los representantes alemanes en el Comité Regulador pidieron prorroga hasta la tarde para consultar a su Gobierno.

Han votado a favor: Francia, Portugal, Bélgica, España, Holanda, Reino Unido, Finlandia, Suecia, Irlanda.
En contra: Dinamarca, Grecia, Italia, Luxemburgo, Austria.

A pesar de los intentos desesperados de la Comisión por forzar la situación, no obtuvo la mayoría cualificada necesaria para apoyar su propuesta de aprobación de las importaciones de este maíz transgénico.
Se trataba de todos modos de una aprobación solamente para importación y procesado, a través de la Directiva 18/2001. NO PARA CULTIVO.

Greenpeace critica la postura de los países que votaron a favor. Especialmente la postura de Francia, uno de los países originales de la moratoria que ahora se rinde ante la presión de los EEUU y de las corporaciones sin tener en cuenta los vacíos y las trampas que aún hay en la legislación (como el régimen de responsabilidad o las reglas para mantener las semillas libres de contaminación).

La decisión corresponde ahora a los ministros europeos en el Consejo de medio ambiente, que tiene tres meses para votar la propuesta de la Comisión; ésta ya ha anunciado su intención de autorizar este maíz aunque los Ministros no consigan mayoría cualificada a favor. Solamente una mayoría cualificada en contra permitiría parar la aprobación.

"No deja de ser sorprendente que la Comisión y determinados gobiernos quieran aprobar nuevos transgénicos para el mercado Europeo, a pesar de los riesgos para la salud, el medio ambiente y la economía y de la oposición masiva de los consumidores. ¿Qué intereses representan los Gobiernos que han apoyado la propuesta de aprobar el NK 603?", declaró Juan-Felipe Carrasco, responsable de la Campaña de Ingeniería Genética de Greenpeace.

Es evidente que la Comisión Europea actúa bajo la presión de la OMC y de los países productores de transgénicos (EEUU, Canadá, Argentina) en lugar de escuchar a los ciudadanos y a los agricultores de la UE. Setenta por ciento de los Europeos han dejado claro que no quieren comer transgénicos. Los agricultores quieren proteger sus cosechas de la contaminación.

Fuente: Greenpeace España, 18-2-04

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