Suiza decide en referéndum posponer cinco años el uso en la agricultura de transgénicos

Idioma Español
País Europa

Aunque previamente el Parlamento helvético rechazó una moratoria en el uso de Organismos Genéticamente Manipulados (OGM), los suizos decidieron ayer en referéndum posponer durante cinco años la autorización para que sus agricultores utilicen transgénicos

No obstante, se podrá importar este tipo de productos o terminar su proceso en territorio suizo

Las autoridades suizas informaron de que el 55,7% de los ciudadanos que votaron está en contra de que se autorice el uso de transgénicos en su agricultura hasta dentro de, al menos, cinco años, frente al 44,3% que prefería que se permitiera su utilización cuanto antes.

Impulsada por organizaciones ecologistas y de consumidores bajo el lema "Por alimentos producidos sin manipulaciones genéticas", la moratoria aprobada no afecta sin embargo a los productos importados o terminados en Suiza. Así, los suizos podrán seguir importando alimentos derivados de OGM, como maíz inmune a plagas, tomates capaces de crecer en suelo salinizado, soja resistente a herbicidas o frambuesas que soportan sequías y heladas.

Lo que sí prohíbe la moratoria es la crianza en tierras suizas de animales genéticamente manipulados, al tiempo que el cultivo de plantas transgénicas seguirá sometido a un complejo sistema de autorizaciones que requiere un mínimo de cinco años desde que se solicita, una posibilidad que hasta el momento nunca se ha utilizado.

Este resultado, según la Federación de Consumidores de la Suiza francófona, es una "clara muestra del rechazo de los consumidores a los OGM en los alimentos" y de "la arrogancia de la industria agroalimentaria". Los promotores de la iniciativa defendían que aún no se conocen con certeza los efectos de los OGM en la Naturaleza, por lo que, movidos por el principio de precaución, pedían una moratoria que permitiera avanzar en las investigaciones.

Tanto el Congreso como el Senado suizos rechazaron previamente la iniciativa, especialmente por la oposición de la derecha. La comunidad científica también se oponía, porque teme que estanque las investigaciones y los recursos financieros e, incluso, genere una fuga de profesionales.

Por su parte, los grandes agentes económicos sostienen que la medida aprobada ayer contraviene las reglas internacionales del comercio, puesto que los productos OGM no pueden ser prohibidos sin presentar pruebas de su nocividad.

Fuente: Consumer.es

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