Una guía etnobotánica en quechua quwastu para conectar idioma, territorio y clima: el proyecto de Valeria Obando en Colombia

'Mi sueño para mi lengua quechua qwastu es que siga siendo un puente vivo entre las generaciones' dice Valeria Obando Quitiaquez.
¡Te presentamos a las personas que participarán en el Programa Catalizador para el Activismo Digital de Lenguas Indígenas de Colombia! El programa coordinado por Rising Voices reúne a participantes de diversas regiones que tienen proyectos relacionados con el uso, fortalecimiento, revitalización y/o promoción de una lengua indígena con medios y herramientas digitales, y a través de procesos que involucran y benefician a sus comunidades.
Cada participante recibe un estipendio, acompañamiento entre pares, y espacios de diálogo con personas de otras regiones, lenguas y cosmovisiones, como con aquellas del mismo programa en la edición de Lenguas Mayenses de México y Guatemala.
- Rising Voices: ¿Cómo te gusta presentarte?
- Valeria Obando Quitiaquez: Soy Valeria Obando Quitiaquez, hija de los Andes. Nací en el Resguardo Indígena Gran Tescual, bajo el abrigo del viento que recorre Puerres, un rincón del suroccidente colombiano donde la tierra canta y el cielo conversa con la montaña. Mi espíritu ha sido moldeado por los usos y costumbres del territorio sagrado que respira entre las cumbres andinas, la laguna de la Cocha y el susurro incesante de la selva Amazónica.

Valeria Obando en en Funes, Nariño, Colombia. Foto por Andra Paola Pinchao Rosero, compartida con su permiso.
En este suelo donde la naturaleza entreteje vida y sabiduría, camino con los pies firmes en dos mundos: el saber ancestral de mis mayores y la ciencia que explora los secretos de la vida. Soy estudiante de biología, y en cada paso busco armonizar estas fuentes de conocimiento para proteger nuestra tierra y fortalecer la raíz espiritual que nos une a ella.
Como lideresa joven, formo parte del tejido colectivo que da vida a nuestro Plan de Vida Runakaypacha, una guía que representa el pulso de nuestros sueños y esperanzas, un canto al buen vivir de nuestra comunidad. Mi compromiso con la madre tierra me llevó a colaborar en la construcción de nuestro plan climático, un esfuerzo conjunto con la Corporación para la investigación, acción social y económica (CIASE) y el apoyo del Global Center for Biodiversity and Climate (GCBC). En este trabajo, hilamos una guía etnobotánica que guarda el alma de nuestras especies endémicas, nombrándolas en ciencia y espíritu.

El Territorio de Vida Zonquer, que significa «donde está el corazón del agua», en Puerres, Nariño. Foto: Valeria Obando Quitiaquez, compartida con su permiso.
La fotografía, para mí, es una forma de diálogo con el territorio: a través de mi lente, capturo los paisajes que cuentan nuestra historia y reflejan la esencia de nuestra cultura. Como miembro de la Red de Jóvenes del Gran Tescual y del colectivo audiovisual de mujeres indígenas Pastos (AKMUEL), mi propósito es amplificar la voz de nuestra tierra y las mujeres, guardianas de la vida.
En cada espacio que habito, ya sea en el Consejo Municipal de Juventudes o en la Comisión de Territorio y Ambiente Natural de mi resguardo, mi corazón late con la certeza de que el cuidado del territorio es el cuidado de nuestra propia existencia. Mi propósito es sembrar esperanza: construir un mañana donde el conocimiento ancestral y la acción colectiva sean el camino hacia la armonía, donde la biodiversidad florezca como un espejo de nuestra identidad y la espiritualidad guíe cada uno de nuestros pasos. Recuperar el pensamiento para recuperarlo todo.
- ¿Qué te gustaría compartirle al mundo sobre tu lengua y territorio?
- La lengua quechua, como el alma de nuestro pueblo, ha ido disminuyendo en su uso. Hemos cambiado el lenguaje tratando de parecernos a lo dominante y sólo se mantiene en las memorias de nuestra relación ancestral con la tierra, el agua y el cosmos.
Quiero compartirle al mundo la sabiduría de nuestros abuelos y abuelas, que entendieron que todo en el universo está interconectado, y que en el nombre de las plantas nativas está guardado una relación cosmogónica con el territorio y el runa (ser). El territorio de la Comunidad Gran Tescual, con sus cinco asentamientos sagrados, es un ser vivo que respira con el ritmo de la naturaleza, los ríos, las montañas y los vientos. Son los espacios que conservan y guardan el idioma que nos adentra a un mundo de conocimiento.
- ¿Qué sueños tienes para tu lengua en el mundo digital y no digital?
- Mi sueño para mi lengua quechua qwastu es que siga siendo un puente vivo entre las generaciones pasadas, presentes y futuras, uniendo a los pueblos originarios y a toda la humanidad en el entendimiento profundo de nuestra cosmovisión. En el mundo digital, deseo que se difunda y se conserve a través de plataformas interactivas y redes sociales, creando espacios donde las personas jóvenes podamos conectarnos, aprender y compartir nuestra lengua de manera creativa. En el mundo no digital, mi sueño es que la lengua continúe siendo parte en las comunidades, en los hogares y en los rituales que nos conectan con la tierra, el agua y los espíritus de nuestros ancestros, como un símbolo de resistencia y amor por nuestra identidad.
Que nuestras voces resuenen en las montañas, ríos y valles, porque al caminar y al hablar, estamos reconociendo y revitalizando nuestra conexión ancestral con la tierra. La lengua es la huella viva de nuestros ancestros, y al recorrer este territorio sagrado, lo seguimos sembrando en el presente, asegurando que las generaciones futuras también caminen con ella.
- ¿De qué se trata tu proyecto en este Programa Catalizador?
- El proyecto «Yura Yachay – Sabiduría de las plantas» busca promover la diversidad biológica del Resguardo del Gran Tescual a través de la fotografía y la investigación de los nombres propios de plantas, animales, lugares sagrados y sitios de agua y sus categorías de uso en el desarrollo de una guía etnobotánica. En colaboración con las y los mayores, crearemos una guía etnobotánica en lengua quechua qwastu para promover la conexión con el territorio. A través de las redes sociales, compartiremos acciones resilientes al cambio climático, para destacar la importancia del idioma y fomentar la preservación cultural y ambiental en la comunidad.
- ¿Por qué es importante para ti imaginar y caminar procesos de uso, fortalecimiento, revitalización y/o promoción de tu lengua a través de los medios y herramientas digitales?
- Estas plataformas tienen un alcance increíble y pueden conectar a las personas de todas las generaciones, no solo dentro de las comunidades, sino también a nivel global. El mundo digital ofrece la oportunidad de llegar a las personas jóvenes, quienes están cada vez más inmersas en la tecnología, y ofrecerles un espacio donde puedan aprender, compartir y vivir la lengua de una manera que se adapte a su realidad. Además, al usar herramientas digitales, podemos preservar, conocer y expandir el uso de la lengua quechua quastu, asegurando que no solo se mantenga viva, sino que también evolucione y se enriquezca, integrando nuevas formas de expresión sin perder su esencia ancestral.
Los medios digitales también permiten que nuestras historias, saberes, y visión del mundo sean escuchados más allá de las fronteras físicas, abriendo puertas a un diálogo intercultural valioso. De esta forma, podemos mostrar la riqueza de nuestra cosmovisión y la importancia de nuestras lenguas en el contexto global, mientras defendemos nuestra identidad y fortalecemos el sentido de comunidad. La digitalización de nuestra lengua no sólo es una herramienta para la preservación, sino una forma de resistencia para que las futuras generaciones puedan seguir caminando el territorio con la lengua como un vínculo entre el pasado, el presente y el futuro.
- ¿Qué dirías que te emociona de compartir este proceso con otras personas hablantes de lenguas indígenas en Colombia ?
- Me emociona profundamente la sensación de hermandad y resistencia que se crea al saber que estamos unidos en la lucha por preservar y fortalecer nuestras lenguas. Cada una es un tesoro único que refleja nuestra cosmovisión, historia y conexión con la tierra. Al compartir este proceso, nos damos cuenta de que no estamos solos en este camino. Es inspirador saber que, aunque nuestras lenguas puedan ser diferentes, compartimos el mismo deseo de que nuestras generaciones futuras sigan hablando y llevando la sabiduría ancestral con orgullo y dignidad.
Además, el intercambio con otros pueblos indígenas nos enriquece y fortalece como comunidad global. Al compartir nuestras herramientas digitales, estrategias e historias, podemos aprender unos de otros y generar un impacto aún mayor en la revitalización de nuestras lenguas. Me emociona ver cómo a través de la tecnología, podemos crear espacios de colaboración y apoyo mutuo, donde nuestras lenguas se levanten como símbolos de resistencia, identidad y esperanza para el futuro.
- ¿Qué quisieras decirles a otras personas hablantes de quechua qwastu hacia seguir hablándo y fortaleciéndo su lengua?
Nuestra lengua es semilla que brota en la voz de los jóvenes, es el eco del viento en las montañas y el susurro del río que nunca deja de correr. En cada palabra vive el camino andado por nuestros ancestros, la memoria de la tierra y la fuerza del sol. Hablemos, cantemos, enseñemos, porque cada vez que nuestra lengua florece en nuevas generaciones, el territorio sigue latiendo y la historia nunca termina.
Fuente: Global Voice