Alarma en Ecuador por impacto de fumigaciones en Colombia
En su paso por Buenos Aires, donde participó de un Foro sobre BIODIVERSIDAD, Soberanía Agrícola y Seguridad Alimentaria, la titular de la organización "Acción Ecológica" del Ecuador, Elizabeth Bravo, afirmó que las fumigaciones que se realizan en Colombia para erradicar los cultivos ilegales de coca,
"impactan negativamente" en la zona fronteriza de su país
Buenos Aires, 14 de julio (Télam).- "Hemos constatado que 10 kilómetros fronteras adentro, las fumigaciones afectaban en un 80 por ciento la salud de la gente, mientras que a los 5 kilómetros ese impacto ascendía al 100 por ciento", precisó la especialista.
Bravo distribuye su tiempo entre la ONG Acción Ecológica y la
revista "BIODIVERSIDAD, sustento y culturas" -ocupa funciones en el consejo asesor-, que fue la organizadora del encuentro realizado en Buenos Aires, en donde coincidieron especialistas de toda América Latina.
"Los norteamericanos dicen parte de la verdad", respondió Bravo, ante una pregunta sobre el informe elaborado por el Departamento de Estado del país del norte en el que se puntualizaron algunos de los efectos que producen los cultivos
ilícitos de coca.
"Esas plantaciones -explicó- causan un impacto sobre el ambiente como cualquier otro monocultivo, y además atentan contra la soberanía alimentaria de la gente que deja de realizar otros cultivos alimenticios para su propio consumo, y no es como en Bolivia, donde se trata de una cuestión cultural. Acá
hablamos de cocaína, un químico".
Pero la diferencia con el informe elaborado por los expertos de
Washington surgió en el tema de las fumigaciones: mientras
que desde el norte aseguraron que resultan inocuas para la salud de la gente y los cultivos tradicionales, desde las organizaciones como la que integra Elizabeth Bravo, el análisis
fue totalmente opuesto.
"Ellos utilizan un herbicida, el glifosato, que causa un gran
impacto pese a lo que dicen, porque se trata de una fórmula
sumamente concentrada que no ha sido probada en ninguna
otra parte del mundo: el 'Round Up Ultra', que es glifosato
mezclado con otros químicos potentísimos", destacó. En la agricultura se utiliza normalente el 'Round Up', glifosato más coadyuvantes que permiten que el herbicida se pegue más a la hoja y le otorgue cierta solubilidad.
"La hoja tiene lugares por donde respira que se llaman esporas
y que están cubiertas por una capita de cera que se abre y se
cierra de acuerdo a la humedad del ambiente; entonces, lo que hacen estos coadyuvantes es disolver esa cera y permitir que el veneno ingrese más profundamente", explicó.
"Ahora -continuó Bravo-, la formulación en Colombia es una
que no ha sido probada en ninguna otra parte del mundo; es
otra, es glifosato más otros químicos para hacer que sea mucho más potente: no se hizo evaluación de riesgo ni ningún tipo de análisis de toxicidad, ni nada. Prácticamente podríamos decir que se está ensayando en Colombia", acusó.
Según la especialista, en los estudios realizados en la frontera
con Colombia, de la que participaron profesionales de la
medicina y de la agronomía, se detectó una serie de efectos
sobre la salud de distintas consideraciones. "Los médicos -aseguró- diagnosticaron una gama de impactos que van desde abortos espontáneos hasta diferentes grados de irritación de la piel, irritaciones que resultan terribles en una zona como la del Amazonas donde hay una cantidad inigualable de hongos: se abre la piel, se irrita y eso atrae a los hongos. Son cuadros bien feos".
La especialista diferenció el impacto ocasionado por el
glifosato que se utiliza en la agricultura del utilizado para
erradicar los cultivos de coca. "Es mucho mayor de lo que se tira en un cultivo agrícola porque en éste lo que se quiere levantar es la 'mala yerba', que se ha puesto como cultivo, pero no se quiere matar el cultivo en sí", dijo. Precisó que, en cambio, "en el caso de la coca lo que se quiere matar es al cultivo, entonces la cantidad de químico que se usa es 'bastantísima'; se hacen muchísimos vuelos diarios hasta que los campos de coca se mueren".
En el informe elaborado por el Departamento de Estado
norteamericano se sostuvo que de acuerdo a estudios
toxicológicos -no precisada la fuente-, el glifosato "es menos
nocivo que la sal, la aspirina, la cafeína, la nicotina y hasta la
vitamina A". "La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), ha declarado que el glifosato no es cancerígeno y no presenta 'mucho riesgo' de causar efectos genéticos en los seres humanos", continuó el informe. A tal punto el Departamento de Estado lo consideró benigno, que en los considerandos finales del informe se sostuvo que "se lo utiliza hasta para controlar la vegetación en las islas Galápagos, uno de los ambientes más frágiles y protegidos del
mundo".
"Ese librito que usan las embajadas de los Estados Unidos en
todos los países...en fin... Creo que hay que remitirse a los
estudios realizados por la 'Pesticidas Action Network', una Red
internacional que demostró claramente los excesivamente
tóxico del glifosato, y no a un librito de propaganda", se quejó
Bravo.
"Si vemos los impactos que hay del lado ecuatoriano podemos
imaginarnos los que se producen del lado colombiano, pero hay
que señalar que es muy difícil tener datos de Colombia porque
esa zona es muy conflictiva y es muy difícil hacer estudios allá. Igual, lo que pasa del lado de Ecuador es un indicador fuerte", reconoció.
Las organizaciones como la de Elizabeth Bravo no se quedaron
sólo en estudios de campo sino que presentaron un recurso de
amparo que ganaron pero que fue apelado por el gobierno
colombiano. "Las comunidades indígenas iniciaron a su vez un juicio por indemnización, pero todos sabemos lo largo que pueden resultar estos procesos en nuestras tierras", se lamentó. (Télam).
Fuente: Télam, 14-7-03