Amenazan con destruir los cultivos transgénicos en Costa Rica
Fabián Pacheco Rodríguez, hijo menor del presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, amenazó con destruir las plantaciones de transgénicos si no se aprueba una moratoria para impedir que se comercialicen hasta que se estudie la situación
El hijo menor del mandatario es ingeniero agrónomo y dirigente de la Asociación de Ecología Social, una de las organizaciones ambientalistas que solicitaron la moratoria para retrasar el proceso de producción de los productos transgénicos y que no puedan consumirse todavía en Costa Rica.
"Estamos basando la moratoria en un proceso de resistencia. Estamos dispuestos a destruir los cultivos si es necesario", dijo Pacheco Rodríguez en un foro realizado el miércoles en la estatal Universidad de Costa Rica y cuya intervención publica hoy la prensa local.
"Yo en lo personal no voy a oponerme a que las comunidades ejerzan su derecho a defensa de la bioseguridad", agregó.
La solicitud de moratoria, presentada el pasado 8 de septiembre por la Red de Coordinación Biodiversidad, entidad que agrupa a más de 12 organizaciones ambientalistas, pretende desacelerar la actividad de transgénicos en el país para poder definir una política nacional en el tema.
Esta propuesta se presentó ante la Dirección Fitosanitaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería, y en ella se alega que los transgénicos son una amenaza a la bioseguridad nacional.
El ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, quien también participó en el foro, había anunciado su respaldo a la moratoria desde el pasado 5 de octubre.
De ser aprobada, la industria agrícola dedicada a esta actividad en Costa Rica tendría prácticamente que detener sus operaciones, por lo que correría peligro de desaparecer.
Rodríguez dijo que el país no cuenta con una "política a seguir" en este tema, y que los transgénicos ponen en peligro la producción orgánica que realizan miles de agricultores costarricenses.
Sin embargo, el director del Centro Nacional de Alta Tecnología, Pedro León, sostuvo que en el mundo siete millones de agricultores producen cultivos biotecnológicos en forma comercial y no se han reportado daños comerciales ni a la salud.
Afirmó que cada organismo genéticamente modificado debería evaluarse por separado, y que la tecnología no debe dejarse totalmente libre, pero tampoco prohibirse.
Pacheco Rodríguez insistió en que la lucha contra los transgénicos no es una lucha "de la ciencia contra el oscurantismo".
"Es una lucha entre el bien público y el interés económico", y destacó que el 75 por ciento de las patentes de este tipo de productos en el mundo están en manos de empresas trasnacionales.
Caracol, Internet, 11-11-04