Argentina: Monsanto insistirá con el cobro de regalías por la soja
Advirtió que pretende US$ 3 por tonelada. La empresa informó que a partir de marzo buscará cobrar por medio de las firmas exportadoras de granos. Las entidades del agro recurrirán a la Corte Suprema
Controversia por las semillas
El conflicto por la definición de un nuevo sistema de pago de regalías para las semillas de soja y trigo recrudeció ayer porque la empresa Monsanto advirtió que a partir de marzo próximo recurrirá a las firmas exportadores de granos para que retengan hasta US$ 3 por tonelada embarcada en concepto de derechos de patentes si no se aplica un método de cobro para la presente campaña agrícola.
Esto significaría un monto de 21 millones de dólares, dado que las exportaciones de porotos de soja durante la campaña 2003/04 alcanzaron a 7 millones de toneladas. La empresa ya informó mediante cartas documentos enviadas a los exportadores que en caso de embarcar mercadería a países donde Monsanto cuenta con la patente de la soja RR deberán acreditar el pago de regalías.
En caso contrario, la empresa semillera podría iniciarles juicios en los puertos de destino. En la Argentina, la empresa no patentó la variedad RR, que representa el 95% de las 14 millones de hectáreas sembradas con soja en todo país.
"Si para marzo próximo no hay un mecanismo vamos a seguir adelante con un sistema de cobro por medio de los exportadores", advirtió un vocero de Monsanto Argentina, al tiempo que agregó: "Esto no es un ultimátum, pero no podemos dejar pasar un año más si todos están de acuerdo con que las tecnologías hay que pagarlas".
El anuncio de esta empresa dedicada a los desarrollos biotecnológicos con base en los Estados Unidos llegó dos días después de que el secretario de Agricultura, Miguel Campos, había logrado la rúbrica altamente condicionada de algunas entidades de productores y empresas semilleras de un acta compromiso para delinear en los próximos treinta días un mecanismo de cobro.
Monsanto no firmó el documento porque quedó disconforme con el punto por el cual se explicitaba que la nueva norma comenzaría a regir a partir de la campaña agrícola 2005/06 que se inicia con la siembra de trigo.
En tanto, esta suerte de intimación de la empresa multinacional causó ayer la reacción de las entidades del agro, que consideraron indebida la pretensión de cobrar regalías mediante las exportaciones de granos.
"Una cosa es el diálogo y otra es dejarse llevar a los ponchazos", se quejó anteayer el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Benito Legeren, durante el cóctel de fin de año de la entidad donde, por cierto, se encontraban directivos de Monsanto. El ruralista agregó que como representante de los productores acudirá a la Corte Suprema para que emita una declaración de certeza sobre los derechos de los productores frente a la presión de la empresa.
"Queremos que se aclaré por qué el productor tiene derechos y ha cumplido con la normativa legal argentina desde que se aprobó el evento hace 8 años; Monsanto ya cobró por su desarrollo y esta pretensión es indebida", dijo ayer el vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Javier Ordoqui.
La aprobación de la soja RR, en 1996, fue un factor fundamental para catapultar las cosechas argentinas a niveles récord por el sensible abaratamiento de los costos de producción. Esta variedad transgénica es resistente al glifosato, un herbicida de elevada efectividad que terminó transformándose en el principal insumo para los productores agrícolas.
El gran problema, al menos para la empresa Monsanto, es que la soja RR puede sembrarse, cosecharse y volverse a implantar al igual que el trigo, con lo cual el mercado negro -bolsa blanca- creció rápidamente hasta ubicarse casi en el 50% del negocio.
La Nación, Argentina, 17-12-04