Chile: transgénicos en alimentos para bebé, por Sara Larraín

Un nuevo error imperdonable del gobierno

El pasado 8 de diciembre el periódico El Mercurio dio a conocer una insólita e inconsulta decisión del Ministerio de Salud: 'Aprobar el uso de transgénicos en los alimentos para guaguas': hecho expresamente prohibido en nuestro Reglamento Sanitario de los Alimentos de 1996 que impide que los alimentos para lactantes contengan compuestos irradiados o modificados biogenéticamente.

El matutino informa que la modificación al Reglamento se publicó en el Diario Oficial, con la firma del subsecretario de salud Antonio Infante, el martes 25 de noviembre sin ninguna consulta a las instituciones técnicas pertinentes como el INTA o la Sociedad Chilena de Nutrición, y tampoco a la Comisión Asesora del Ministerio de Salud que estudiaba el Reglamento.

Esta arbitraria decisión fue rechazada inmediatamente por las organizaciones ciudadanas académicas y técnicas. La coalición Organización De Consumidores y Usuarios de Chile-ODECU, y la Liga de Consumidores se retiraron oficialmente del Comité de Revisión Permanente del Reglamento Sanitario de Alimentos del Ministerio de Salud, después de expresar su malestar y sorpresa por la aprobación para el uso de transgénicos en la alimentación infantil. Esta oscura y antidemocrática decisión se suma al desaparecimiento - en algún cajón de escritorio del Ministerio de Economía- del decreto para etiquetar los transgénicos, que aprobó el mismo Ministerio en 1999.

Los principales expertos, como la doctora Cecilia Castillo, miembro de la Sociedad Chilena de Nutrición y ex jefa del Programa de Nutrición del Ministerio de Salud, expresaron con preocupación que todavía no se despejaran las dudas sobre el efecto alérgico de los transgénicos y el fenómeno de resistencia a los antibióticos. Hecho reiterado por la directora del Depto. de Nutrición de la facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Gloria Vera, quién dijo que la decisión es apresurada pues aún no se han descartado los riesgos de estos compuestos y además porque la aprobación no fue consultada con ninguno de los expertos de la Comisión asesora del Ministerio en la materia. Los expertos del INTA han opinado en la misma dirección.

Entonces, si los expertos y ciudadanos que integran dicha Comisión no fueron consultados, ¿De quién es la iniciativa? ¿Y en nombre de quién se tomó la decisión?

Curiosamente el Subsecretario de Economía Alvaro Díaz, al que todos señalan como la punta de lanza del lobby empresarial pro-transgénicos, salió a la palestra de un debate que apuntaba al Ministerio de Salud y no a Economía, para decir que su cartera enviaría al Congreso, en marzo próximo un proyecto de Ley Marco de Biotecnología. La pregunta entonces es ¿Para qué se apuraron tanto en eliminar la prohibición de transgénicos en los alimentos para guaguas, si todo será sujeto de ese prometido proyecto de Ley?

Los Organismos Modificados Genéticamente (OGM), gracias a innumerables gestiones del gobierno de Lagos, han sido catapultados este año como un sector que pretende agregar valor a la economía nacional. Por ello se ha desarrollado, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un ambicioso Programa Nacional de Biotecnología. Esto, a pesar de que los OGM presentan un alto rechazo por parte de la población chilena, y además han sido nuevamente vetados por la Unión Europea, con la que Chile tiene importantes acuerdos comerciales.

El gobierno chileno ha señalado que basará su política sobre transgénicos en la cautela, frente a la actual confrontación entre la Unión Europea y Estados Unidos en la OMC sobre el tema. El subsecretario de Agricultura Arturo Barrera ha sido muy claro en los últimos días al respecto señalando que además de los temas ambientales y de salud, como somos un país fundamentalmente exportador de alimentos y productos agrícolas, hay que evaluar la externalidades negativas de ampliar en uso y cultivo de transgénicos Especialmente por los impactos sobre la imagen de nuestro país y de nuestros productos. Pues los transgénicos están bajo la lupa a nivel mundial.

Este hecho, evidencia una vez más el camino errado que ha tomado el gobierno en relación con el desarrollo biotecnológico, traspié cuyo signo más evidente es la aprobación del uso de los OGM en alimentos para bebés, sin siquiera consultar a los organismos asesores del caso, ni menos a la sociedad civil.

La arremetida del Ministerio de Salud, que se hace parte en esta campaña pro-transgénicos, es totalmente ajena a las tendencias políticas y económicas en curso, y pone en alto riesgo los actuales nichos de mercado de los productos chilenos, como frutas, vinos y productos hortofrutícolas y alimenticios en general.

En este contexto internacional, la propuesta de desarrollo biotecnológico para Chile que lidera el Ministerio de Economía y que ahora es respaldado por el Ministerio de salud, no sólo constituye una amenaza de contaminación genética de nuestra biodiversidad, una opción científica y tecnológica inconsulta y una amenaza a nuestros nichos de mercado, sino que además, en este caso puntual afecta a los más indefensos: los lactantes.

ARGENPRESS, Internet, 19-12-03

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