Década perdida para los pueblos indígenas
Los buenos propósitos de la Década Internacional de los Pueblos Indígenas han quedado en papel mojado. A pesar de algunas legislaciones nacionales para proteger sus derechos, en general la discriminación ha aumentado, según la ONU
S.T. / Redacción - En tan sólo tres meses la Década Internacional de los Pueblos Indígenas habrá llegado a su fin con unos resultados más que desesperanzadores: los éxitos han sido modestos y, en algunos lugares, la violación de los derechos de las comunidades incluso ha aumentado. En los últimos diez años, varios países han aprobado legislaciones para garantizar el acceso a los servicios básicos y evitar su discriminación, pero lo plasmado en el papel no se ha llevado a la práctica y en estos momentos continúan los desplazamientos, la expropiación de recursos y la persecución de líderes indígenas.
La advertencia la hace el relator especial de las Naciones Unidas para los derechos de los pueblos indígenas, Rodolfo Stavenhagen, quien afirma que "con la Década Internacional que finaliza este año no acaban las violaciones de derechos contra la población indígena". Según Stavenhagen, la situación está "en punto muerto" y la discriminación es algo "todavía común en las comunidades locales", por lo que sería necesaria la celebración de una segunda década de los derechos indígenas para continuar llamando la atención sobre esta problemática y consolidar acciones.
"Las poblaciones indígenas de todo el mundo son el sector más marginado de la sociedad, víctimas de discriminación y prejuicios que se perpetúan con los años. A pesar de la existencia de legislaciones que los protegen, los derechos de estos pueblos son con frecuencia denegados en la práctica", explica el relator de la ONU, que también advierte del efecto de empobrecimiento que supone para las comunidades el hecho de abandonar sus tierras ancestrales a causa de la desprotección de los Estados y las acciones de las empresas interesadas en sus recursos naturales.
Los más perjudicados en esta realidad son las mujeres y los niños indígenas, que afrontan importantes obstáculos para acceder a servicios básicos sanitarios y a una educación de calidad. Tanto los menores como las mujeres sufren las consecuencias de la migración a las ciudades y están expuestos al tráfico de personas, los conflictos armados y la explotación sexual y laboral, añaden desde la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Indígenas activos
Para paliar esta situación y aumentar los recursos a favor de las poblaciones indígenas, la ONU ha hecho varios llamamientos a la comunidad internacional a lo largo de los últimos diez años. Una llamada que ha sido respondida por una veintena de países como Australia, Canadá, Bolivia, Chile y Colombia. Otras regiones sin población indígena, como Francia, Alemania y Luxemburgo, también han colaborado.
En este contexto, el papel de los pueblos indígenas ha sido activo. En los últimos años, numerosas comunidades se han organizado para exigir a sus gobiernos el respeto de sus derechos, la asistencia médica y de formación y el respeto de sus culturas y lenguas.
El caso más claro y reciente es la gran marcha organizada hace unos días en Colombia, en la que más de 60.000 indígenas de todo el país recorrieron más de un centenar de kilómetros por la carretera Panamerica para reclamar el fin de la violencia sobre sus comunidades. Acciones puntuales como ésta se unen a campañas e iniciativas indígenas para exigir el respeto de sus derechos y denunciar prácticas como el Tratado de Libre Comercio.
Canal Solidario.org, Internet, 2-10-04