Detectada la mayor 'fuga' de transgénicos fuera del área de cultivo

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El caso es que los campos de Dakota del Norte están plagados de colza transgénica, según acaba de descubrir un equipo de la Universidad de Arkansas. En concreto, tenían genes introducidos artificialmente casi el 50% de las muestras analizadas en un recorrido de 5.000 kilómetros

 

Lo más probable es que fueran semillas que cayeron de un camión, aunque no se puede descartar que haya sido una simple polinización. El caso es que los campos de Dakota del Norte están plagados de colza transgénica, según acaba de descubrir un equipo de la Universidad de Arkansas. En concreto, tenían genes introducidos artificialmente casi el 50% de las muestras analizadas en un recorrido de 5.000 kilómetros. El tamaño de la fuga "no tiene precedentes", ha declarado Cynthia Sagers, la ecologista de la universidad que ha dirigido el trabajo.

 

En 20 años de cultivos transgénicos -siempre muy regulados- ha habido algunos casos de contaminación similares en Reino Unido, Japón y Canadá, pero siempre en pequeña cantidad y normalmente cerca de puertos o carreteras por donde han pasado semillas modificadas genéticamente. Pero es la primera vez que sucede en Estados Unidos (el primer productor de este tipo de cultivos, con casi un 50% de la cosecha mundial), y, sobre todo, de una manera tan amplia.

 

La prueba definitiva de que estos escapes de Dakota no son recientes es que hay en él dos tipos de colza transgénica, una de Monsanto resistente a un herbicida (glifosfato) y otra de Bayer resistente a otro (glufosinato). Pero, además, se han encontrado dos plantas con ambos genes, lo que indica que ha habido tiempo para que plantas de ambas clases se crucen.

 

Reacciones

 

El hallazgo ha reabierto el debate entre los partidarios y los detractores de esta tecnología, que en Europa es muy criticada. Para los primeros, el hecho de que estas plantas lleven tiempo en el medio ambiente conviviendo con las naturales y no se hayan detectado porque hayan producido algún tipo de efecto en el entorno es una prueba de que se trata de cultivos que no tienen un peligro añadido.

 

 

Pero los ecologistas argumentan que este descubrimiento prueba que, por muchos medios que se pongan, no hay forma de evitar que un error facilite que estos cultivos se mezclen con los naturales, y su abundancia muestra que pueden competir en condiciones ventajosas con las plantas silvestres.

 

Y añaden que esta colza, con su capacidad para sobrevivir a dos de los herbicidas más conocidos, es un riesgo para otros cultivos.

 

El Pais, España, 7-8-10

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