Ecuador: el ITT: una buena noticia, ¿para quién?
Allí, de a poco, reacomodando los límites del Parque, varias petroleras, recientemente también Petrobras, han obtenido permiso para operar, lo que provoca una creciente destrucción ambiental y permanentes violaciones a los derechos de las poblaciones indígenas
Los titulares de los medios de comunicación se llenaron con la noticia. En el salón de banquetes de la Presidencia, con la presencia del presidente-coronel y de parte de su gabinete, se explicaron los pormenores de un gran descubrimiento petrolero.Y en un hotel de cinco estrellas se entregaron a las petroleras los detalles del proyecto Ishpingo-Tambococha-Tiputini.
El ITT poseería reservas probadas de 607 millones de barriles y probables de 909 millones. Su explotación implicaría una inversión de 4.000 millones de dólares.
Y su licitación, prevista para el próximo año, permitiría que fluya el crudo a partir del 2010. Estos datos, a primera vista, en un país con tantas necesidades insatisfechas, explicarían el revuelo.
Sin embargo, retirando los oropeles de esta noticia, el asunto no es tan bello como lo pintan. La noticia, para empezar, no constituye ninguna novedad; que el Instituto Francés del Petróleo haya actualizado los estudios de un descubrimiento realizado hace años por la empresa estatal, no justifica para que el presidente-coronel lo presente como un "logro" de su gestión. Y no sólo que la noticia no es nueva, tampoco tiene que ser buena, al menos para la mayoría.
De plano se obvia la posibilidad para que la empresa estatal asuma el ITT. Este será entregado al capital transnacional, pues se dice que el Estado carece de los recursos para la inversión y de la tecnología necesaria; lo que -como puedo demostrar una y otra vez- es una bien alimentada falacia, que ha conducido a la generosa entrega de cuantiosas reservas petroleras al capital transnacional.
Este entreguismo se aprecia cuando la mayor extracción de crudo de las petroleras privadas, que es la que incrementa el PIB, no se refleja en igual proporción en el Producto Nacional Bruto, que mide el nivel de producción generado por los agentes nacionales (residentes), en tanto dichas empresas, que engullen el grueso de la renta petrolera, sacan sus cuantiosas utilidades fuera del país. Mientras que los ingresos petroleros del Estado se desperdician en el servicio de la deuda externa. Esta realidad explica, también, por qué en el primer trimestre del 2004 el PIB creció en 5,9% respecto a similar periodo del 2003, sustentado en un incremento del 45,7% en el valor agregado bruto petrolero, mientras que el valor agregado bruto no petrolero apenas aumentó en 1,2% (para desanimar a quienes a pesar de todo dirán que recimiento es crecimiento, compárese mejor el primer trimestre del 2004 con el último trimestre del año 2003, cuando el PIB creció en un pobre 0,5%).
Y esta noticia vieja se devalúa más aún si se considera que el ITT se encuentra íntegramente dentro del Parque Nacional Yasuní, una de las mayores reservas naturales del Ecuador, una de las zonas más biodiversas del planeta. Allí, de a poco, reacomodando los límites del Parque, varias petroleras, recientemente también Petrobras, han obtenido permiso para operar, lo que provoca una creciente destrucción ambiental y permanentes violaciones a los derechos de las poblaciones indígenas.
Como punto final, resulta triste que -no siendo una noticia nueva y tampoco buena- los medios de comunicación hayan promocionado tanto esta nueva mentira del presidente-coronel.
Diario Hoy, Ecuador, 8-9-04