El "padre" de Dolly quiere clonar embriones humanos por Valeria Román


Prensa

Clarín, Argentina, 26-11-02
http://www.clarin.com/diario/hoy/s-02901.htm



El "padre" de Dolly quiere clonar embriones humanos




Por Valeria Román


Parece que el "padre" de Dolly no se conforma con haber visto nacer a ese singular clon. El escocés Ian Wilmut quiere más: presentó un pedido de licencia a la autoridad británica encargada de los temas de reproducción para usar la técnica de clonación y crear embriones humanos. Aclaró que su meta no es conseguir un bebé clon. Sólo quiere extraer líneas celulares de los embriones para tratar distintas enfermedades.

Wilmut presenta su pedido en un momento en que todavía los gobernantes del mundo no se ponen de acuerdo. Y eso que ya pasaron más de seis años del nacimiento de Dolly, el primer animal superior obtenido por clonación a partir de una célula adulta. ¿Se debe prohibir la clonación o permitirla con limitaciones si se pretenden fines "loables"? Esta es la gran cuestión que aún las Naciones Unidas no han podido cerrar definitivamente.

En Gran Bretaña, se considera ilegal la clonación con fines reproductivos. Esto es, la transferencia de un núcleo de una célula de un organismo en un óvulo para después dar lugar a un animal genéticamente similar al que donó el núcleo. Desde la difusión del nacimiento de Dolly, Wilmut repite en todo congreso donde va invitado como científico estrella que no quiere producir clones humanos.

Dice que sólo intenta beneficiar a la gente con la clonación terapéutica. Quiere hacer la transferencia del núcleo en el óvulo, dar lugar a un embrión, para después sacarle las células que serían implantadas en los pacientes que las necesiten.

Pero Wilmut no es el único que dice seguir este fin. Sólo es el primero que intenta hacerlo en Gran Bretaña y por eso presenta el pedido de licencia ante la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana, según informó la revista Science.

Un año será el tiempo que tendrá que esperar para que le den luz verde a su clonación terapéutica. Habrá que ver cuál será la opinión de los integrantes de cuatro comités de ética. Y que den su aprobación los consejos de revisión científica y clínica de la Autoridad en el tema.

Si le aprueban el proyecto, Wilmut usaría células de mujeres que deseen donarlas, pero no las recompensaría con dinero. Su primera meta será obtener líneas de células madre para comprender el desarrollo de enfermedades, como las cardíacas. Piensa que se podrá tomar células de un paciente cardíaco, clonarlas y hacer crecer otras de reemplazo en los tejidos averiados.

Con similares intenciones, también han trabajado, con fondos privados, Roger Pedersen en la Universidad de California y el argentino José Cibelli en la empresa Advanced Cell Technology de los Estados Unidos. Este último científico produjo hace un año un embrión clon (que no llegó a ser un blastocisto), un experimento que generó preocupación en el presidente George W. Bush, quien se opone a cualquier forma de clonación, al igual que el Papa Juan Pablo II.

¿Se debe prohibir la clonación, liberarla o acotarla un poquito? ¿Se la debe prohibir cuando los científicos prometen que traerá beneficios médicos e incluso buenos negocios? Representantes de Las Naciones Unidas están tratando esta problemática, pero en octubre no pudieron llegar a un acuerdo: 37 países -incluyendo los Estados Unidos y España- quieren prohibir todas las formas de clonación.

En cambio, Francia, Alemania y otros 20 países están a favor de sólo prohibir la clonación reproductiva aunque no la terapéutica como la que pretende Wilmut. Las dos posiciones se han presentado también en el Senado de EE.UU., que viene tratando un proyecto de ley desde el año pasado. En ese país, con la nueva mayoría republicana en el Senado, la balanza podría inclinarse hacia la prohibición total.
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