El uso de recursos naturales puede reducirse en un 90% sin perjudicar la calidad de vida, según Worldwatch

El flujo y uso de materias primas y recursos naturales podría reducirse en un 90 por ciento sin que por eso la calidad de vida se viera perjudicada, según el informe publicado hoy por el Worldwatch Institute, 'La situación del mundo 2004', que recuerda que 'el consumo no da la felicidad'

Según explicó ayer en Madrid uno de los autores del informe, Gary Gardner, el incremento de los niveles de consumo no va parejo al aumento de la felicidad, y además el consumo provoca costes ambientales y personales, en especial la aparición de enfermedades propias de una sociedad consumista, como el tabaquismo o el sobrepeso.

El informe apunta que la relación entre felicidad y crecimiento de ingresos desaparece a partir de un nivel modesto de renta. Gardner argumenta que el impulso consumista se produce para satisfacer una necesidad ante un estímulo constante, por lo que una gran proporción del gasto de los consumidores se destina a bienes cuya utilidad para sobrevivir o para el propio confort son discutibles, como caprichos diarios en forma de refrescos, dulces o incluso joyas.

En el mundo, la mitad de la población, unos 3.000 millones de personas, vive con tan sólo dos dólares al día (1,7 euros), lo que contrasta con los 1.700 millones, una cuarta parte, que dispone de 7.000 dólares anuales (5.800 euros) para consumir, y que conforman la nueva clase social: los consumidores.

'El incremento de los problemas de obesidad y de endeudamiento, la falta crónica de tiempo y la degradación ambiental son síntomas de que el consumo excesivo está deteriorando la calidad de vida de muchas personas', según el presidente del Worldwatch Institute, Christopher Flavin.

Así, Norteamérica y Europa Occidental, un 12 por ciento de la población mundial, son responsables del 60 por ciento del consumo, mientras que en el Africa subsahariana el nivel de consumo ha disminuido en un 20 por ciento.

El consumo elevado y el despilfarro provoca daños ambientales y esto se evidencia en que desde 1970 el deterioro del Medio Ambiente y de la salud del planeta ha aumentado un 35 por ciento, expuso Gardner.

Como ejemplo de consumo innecesario el informe recoge que la producción de oro para fabricar un solo anillo de compromiso genera tres toneladas de residuos minerales tóxicos. Gardner concluyó que es necesario un cambio de mentalidad y de patrones de consumo que den énfasis 'al bienestar y no a la abundancia', para poner en marcha una economía sostenible.

Fuente: EUROPA PRESS
Enlace: http://www.europapress.es/

Los Verdes de Andalucía, Internet, 21-5-04

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