España: maíz transgénico: Greenpeace califica de propagandísticos los datos del último informe del ISAAA
El maíz transgénico apenas representa el 7% del maíz nacional
El informe anual del ISAAA (Servicio Internacional de Adquisiciones Agrobiotecnológicas) revelaba ayer un incremento en el último año del 33% de superficie sembrada en España con maíz transgénico Bt. Dicho informe también confirma que, si bien aumenta la superficie mundial de transgénicos, ésta se mantiene globalmente en unos niveles marginales.
En España, el maíz transgénico apenas representa el 7% del total nacional. Además, cabe reseñar que el aumento en España se debe fundamentalmente al Bt176, el tipo de maíz que el Gobierno español permite que se cultive desde 1998 y que está suponiendo un grave impacto para la agricultura y el medio ambiente. De hecho, este tipo de maíz está relacionado con la reciente muerte de 12 vacas en el estado de Hesse, en Alemania.
"Exigimos al Ministerio de Agricultura que ofrezca a los ciudadanos datos veraces sobre los transgénicos en España para contrastar las cifras ofrecidas por el ISAAA, un organismo privado financiado por empresas como Monsanto, Syngenta o Aventis y que sirve de instrumento propagandístico a la industria de los transgénicos", declara Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de ingeniería genética.
Tras la solicitud de organizaciones ecologistas de información sobre las superficies y zonas en las que se está cultivando el maíz transgénico en España, el Ministerio de Agricultura ha contestado a Greenpeace que no tiene intención de poner esta información a su disposición. Además de los obligatorios registros públicos (principal mejoría de la directiva Europea 18/2001 con respecto a la anterior norma), dichos datos deberían ser públicos en virtud también de la Directiva Europea de acceso a la información ambiental.
En el informe del ISAAA se afirma, por ejemplo, que Brasil ha optado por el cultivo de transgénicos. Es importante aclarar que, debido precisamente a los casos de contaminaciones en el estado de Rio Grande do Sul, el presidente Lula autorizó la siembra de soja a aquellos agricultores que habían cosechado soja contaminada, pero solamente para esta campaña y con restricciones importantes. "Esperamos que Brasil no ceda ante las presiones de la industria y comprenda que debe proteger sus mercados de exportación prohibiendo los transgénicos", añade Carrasco.
Por otra parte, Alemania transpone hoy, con más de un año de retraso, la directiva Europea 18/2001 sobre liberación voluntaria de transgénicos al medio ambiente. El texto, por iniciativa del Gobierno (Social demócratas y Verdes), incluye una serie de medidas para garantizar la coexistencia y la protección de los agricultores que opten por no sembrar transgénicos.
Greenpeace recuerda que los consumidores siguen rechazando los transgénicos y que los agricultores siguen exigiendo su derecho a elegir. Así lo reconoció recientemente una Resolución del Parlamento Europeo, señalando la crucial importancia de proteger la pureza de las semillas convencionales (no transgénicas), así como de establecer reglas y leyes europeas sobre la coexistencia entre cultivos y sobre la responsabilidad económica en caso de contaminación ("quien contamina paga").
Greenpeace, Internet, 14-1-04

