India sigue adelante con los transgénicos a pesar de las advertencias


Prensa


InterPress Service, Internet, 7-10-02

India sigue adelante con los transgénicos a pesar de las advertencias

NUEVA DELHI - Las advertencias de expertos en seguridad alimentaria y el fracaso de algunos cultivos no han frenado al gobierno indio de seguir alentando la siembra de semillas transgénicas producidas por empresas extranjeras y laboratorios locales.

El algodón Bt contiene genes de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt), que acaba con la larva "bollworm". El Comité de Aprobación de Ingeniería Genética (CAIG) del Ministerio de Medio Ambiente y Bosques de la India avaló su uso en marzo de este año y autorizó su comercialización pese a las recusaciones pendientes en la Corte Suprema de Justicia. Dichos procesos judiciales deben valorar si realmente se han cometido irregularidades en los tests realizados por los sindicatos de agricultores y organizaciones no gubernamentales dirigidos por la Fundación de Investigación de Tecnología Científica y Ecología (RFSTE, por sus siglas en inglés).

Los agricultores indios, sin embargo, ya han cosechado las primeras frustraciones. La producción ha disminuido de forma espectacular en los tres mayores estados algodoneros donde se sembraron semillas de algodón Bt, desarrolladas por la multinacional estadounidense Monsanto, el estado central de Madhya Pradesh y los occidentales de Maharashtra y Gujarat. Por su parte, el estado meridional de Karnataka ha prohibido la venta de semillas Bt.

Representantes de Monsanto dijeron a IPS que las pérdidas en las plantaciones son debidas a las sequías que han seguido a las lluvias no estacionales.

Pero algunos informes aparecidos en la prensa atribuyen el fracaso en las cosechas de los distritos de Bhavnagar, Surendranagar y Rajkot, en Gujarat, a ataques de la larva bollworm, lo que demostraría la ineficacia del producto modificado genéticamente.

Kishori Tewari, presidente del Movimiento Popular Regional, Visarbaha, pidió al gobierno federal que compense los 100 millones de dólares que perdieron los agricultores en ese estado de Maharashtra al utilizar semillas Bt.

Mientras, el gobierno de Gujarat encomendó a la Universidad de la Agricultura de ese estado la elaboración de un informe detallado sobre el ataque de la larva bollworm en las 18.000 hectáreas sembradas con semillas de algodón Bt.

Un peligro adicional es que el aceite que se extrae de la semilla del algodón se utiliza en India para cocinar y como pasto para el ganado, lo que aumenta la posibilidad de que los genes introducidos mediante manipulación ingresen en la cadena alimentaria humana.

A pesar de las críticas, el gobierno central autorizó la siembra de otra semilla transgénica, esta vez para el cultivo de la llamada "hierba de oro", variante del repollo, muy popular en India. A estas semillas también se le incorporaron genes del Bacillus thuringiensis, y fueron desarrolladas por el Instituto Indio de Investigación Agrícola, con sede en Nueva Delhi, considerado uno de los principales centros académicos del mundo en su rama.

Al igual que el algodón Bt, la principal ventaja de la hierba de oro Bt es la reducción del uso de pesticidas, según los científicos del Instituto que han desarrollado el producto. "En las pruebas realizadas en el laboratorio, la planta de hierba de oro genéticamente modificada ha mostrado un nivel de resistencia elevado, del 70%, frente a su peor enemigo, la palomilla dorso de diamante", una larva que destruye cada año más de 1.000 millones de dólares en cultivos de repollo en todo el mundo, ha explicado R.C Bhattacharya, un científico del Instituto.

Sin embargo, según Devinder Sharma, director del Foro sobre Biotecnología y Seguridad Alimentaria, el dinero invertido en desarrollar la semilla ha sido una mala inversión, puesto que la hierba de oro no es primordial para la seguridad alimentaria de India. "Lo que sí constituye un peligro real, añade, es que los genes Bt ingresen en la cadena alimenticia a través de varios productos modificados genéticamente (como el tomate, el tabaco y la berenjena) sin que se conozcan sus posibles consecuencias para la salud y el medio ambiente".

"Incluso los productos modificados que no están destinados al consumo humano pueden terminar en nuestra cadena alimenticia", advirtió el activista.

Pero la preocupación más inmediata para los que se oponen a la ingeniería genética es la intención del CAIG de aprobar un plan de siembra de mostaza a gran escala modificada por la compañía Aventis/Proagro y promovida por Proagro PGS/India, subsidiaria de la firma belga Hoechst Shering AgrEvo.

"La resistencia de esta variedad de mostaza es inferior a la de las ya existentes en India, y hay informes sobre los altos niveles de contaminación genética que produce en plantaciones vecinas", dijo el coordinador de la organización no gubernamental Campaña Genética, Suman Sahai.

Los ambientalistas también temen la posible introducción de genes de Bacillus thuringiensis en productos como la patata y el arroz, una iniciativa de los principales laboratorios de los estados de Himachal Pradesh, en el norte, y Meghalaya, en el nordeste.

Sahai y otros activistas han exigido al CAIG que haga públicos los resultados de las pruebas científicas obligatorias de alimentos y de seguridad alimentaria realizadas hasta ahora.

"El gobierno parece ansioso por complacer a las compañías trasnacionales, sin importarle si eso supone la ruina de los agricultores de este país", señaló la organización Campaña Genética en un comunicado reciente.

La organización divulgó dicho comunicado después de que el Consejo Indio para la Investigación Genética presentara un estudio que demostraba que el polen de flores modificadas genéticamente se extendía por el aire en un radio de 200 metros, cuando la distancia máxima recomendada es de 50.

Semanas atrás, la Unión Europea prohibió las importaciones de miel de Canadá porque los exportadores de ese país no pudieron garantizar que el producto estuviera libre de polen de vegetales genéticamente modificados, prohibido en los países europeos.

Cuando el CAIG aprobó el algodón Bt, subrayó que también era utilizado con éxito en China. Sin embargo, el Instituto de Ciencias Ambientales de Nanjing informó que esas semillas, con las que se cultivan ya el 35 por ciento del total de la producción algodonera china, han originado otras pestes.

De hecho, China ha descartado aprobar la comercialización de otras 46 clases de productos genéticamente modificados por miedo a que supongan un riesgo para la salud humana.
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