La altermundialización se mundializa, por Bernard Cassen

El ya histórico Foro Social de Bombay ha logrado la incorporación de pleno derecho de Asia al movimiento contra el orden neoliberal mundial

Organizar el cuarto Foro Social Mundial (FSM) en Bombay después de los tres primeros celebrados en Porto Alegre? ¡La apuesta ha sido todo un éxito! No obstante, se habían expresado ciertas reservas acerca de la posibilidad de celebrar un encuentro de tales características en un país donde los movimientos sociales --de los cuales se considera que los foros son sus lugares de expresión-- suponen, para algunos, apéndices de los partidos (les llaman "movimientos de masas") y para otros, hostiles a los partidos, "movimientos populares".

El comité indio de organización del FSM ha conseguido integrar ampliamente ambas categorías, lo cual es una proeza asombrosa. A estas dificultades conceptuales se les suman otras muchas: fragmentación de un país de 1.000 millones de habitantes donde existen pocos movimientos realmente panindios; divisiones lingüísticas, con 14 lenguas oficiales y ciertas reticencias a utilizar el inglés, que aunque es la única lengua vehicular de la Unión, sólo una minoría habla con soltura; escasez de medios financieros, pues los organizadores han renunciado a la financiación de las fundaciones norteamericanas (como la Ford o la Rockefeller) y tienen que hacer frente a un agujero financiero de 300.000 dólares que esperan que colme la solidaridad internacional, etcétera.

Y no obstante, a pesar de algunas carencias logísticas, por ejemplo de traducción, el FSM se ha celebrado del 16 al 21 de enero y ha sido un gran éxito en términos de número de participantes (más de 100.000, de los cuales de 20.000 a 30.000 eran extranjeros), de diversidad social y de impacto sobre el futuro del movimiento altermundialista. En efecto, algo considerable ha sucedido, de alcance incluso histórico: Asia del Sur y, en menor medida, Asia Oriental, conforman ahora el cuarto componente de pleno derecho del rechazo al orden neoliberal mundial, con Europa, Norteamérica y Latinoamérica.

Evidentemente, ello no significa que las luchas sociales, de una magnitud y a veces de una violencia desconocida en Occidente, hayan esperado al FSM para desarrollarse. Pero se ha producido un salto cualitativo: los movimientos que las dirigen se sentirán cada vez más receptores de una contestación que muy pronto será prácticamente planetaria. Utilizarán cada vez más las categorías de análisis y las consignas, y éstas se incorporarán a sus campañas. En resumen, el movimiento altermundialista se mundializa. Es significativo que en la reunión de los movimientos Attac, donde han participado representantes de 16 países --por España, las islas Baleares--, varios representantes de ONG y sindicatos indios hayan anunciado la próxima creación de Attac-India.

El pilar Asia del Sur de la altermundialización, y no sólo el de la India --pues, otro milagro político, los paquistanís también han acudido en gran número a Bombay--, tendrá cada vez más peso a escala mundial. Aportará no sólo su potencia demográfica y el dinamismo de sus luchas, sino también una verdadera ampliación de sus bases sociales. Lo que ha sorprendido a los observadores es el carácter realmente representativo de los participantes indios: había desde luego profesores universitarios, pero también campesinos sin tierra, pescadores, aborígenes y, sobre todo, sin casta, "intocables" en gran número.

De hecho, el FSM tenía lugar tanto en las avenidas del gigantesco Parque de Exposiciones que albergaba todas las actividades como en las salas y tiendas que acogían las conferencias, seminarios y talleres. Minimanifestaciones de 20 a 100 personas, generalmente con banderas, músicos o bailarines, recorrían el emplazamiento permanentemente y no se privaban, si se daba el caso, de interrumpir la ponencia de un conferenciante. Este bulevar de la protesta, como lo ha denominado la prensa local, constituía un verdadero diaporama, una exposición itinerante de las luchas en curso, sobre todo en Asia, para un público inicialmente favorable. Así, los tibetanos han podido denunciar ampliamente la ocupación china y los sindicalistas coreanos expresar su rechazo al envío de tropas de su país a Irak.

Ahora habría que revisar el formato de los FSM, en la perspectiva de Porto Alegre 2005, combinando dos necesidades contradictorias: por una parte, el aspecto movilizador de las grandes concentraciones en nuevas regiones del mundo; y por otra parte, para los movimientos que están en su cuarto FSM, sin hablar de los foros continentales, la urgencia de elaborar una base mínima de propuestas surgidas de los FSM y que representen al mismo tiempo sentido y proyecto: una especie de Consenso de Porto Alegre opuesto al Consenso de Washington. No es en las misas solemnes donde podrá realizarse este trabajo de síntesis, sino que éstas deberán reconocerse en él.

Bernard Cassen es Director General de "Le Monde Diplomatique"
y presidente de honor de ATTAC Francia

Fuente: EL PERIÓDICO
Enlace: http://www.elperiodico.com/

Los Verdes de Andalucía, Internet, 26-1-04

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