Naciones Unidas arrastra a los océanos al borde de la destrucción
Falta de decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas ante propuesta concreta de moratoria de pesca de arrastre de fondo que permitiría proteger los valores naturales de las profundidades de las aguas internacionales
Una amplia coalición de más de 30 organizaciones, en la que tienen cabida desde los más importantes grupos conservacionistas internacionales hasta los de científicos y asociaciones de pescadores y gentes relacionadas con la mar, ha criticado duramente hoy, martes, la falta de decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) ante una propuesta concreta de moratoria de la pesca de arrastre de fondo que permitiría proteger los valores naturales de las profundidades de las aguas internacionales.
Desde Oceana, una de las organizaciones fundadoras de la Coalición, hay sobrados motivos para la decepción: llevamos años de llamamientos a la acción por parte de diferentes organismos, con un gran nivel de consenso científico, ya que más de 1.100 científicos apoyan esta demanda en un manifiesto firmado en febrero de este mismo año, que identifica claramente su mayor amenaza en los daños irreversibles causados por la pesca de arrastre de fondo utilizando aparejos de tamaños desproporcionados.
Los delegados de la Asamblea General de Naciones Unidas se reúnen a partir de las 16:00 (hora de Madrid) de hoy a para discutir y votar las resoluciones de Océanos y de Pesca Sostenible, cuyo articulado en los apartados de pesca de arrastre es visto por Oceana como demasiado blando para proporcionar la protección que los océanos necesitan. El seguimiento de la discusión, en la que se centrarán los ojos de activistas y ciudadanos, así como de toda la industria y los responsables de Pesca y Medio Ambiente de todo el mundo, se puede seguir en el video webcast de la ONU.
El azar ha querido que esta discusión se produzca el mismo día del décimo aniversario de la entrada en vigor de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, un tratado que trajo, por vez primera, la esperanza de una gestión coordinada para los océanos. Pero los redactores de este tratado considerado progresista para su tiempo, que inició su andadura en 1982 y se ratificó en 1994, no imaginaron el alcance del potencial devastador de las actividades de arrastre de profundidad en alta mar y no las regularon adecuadamente.
Ha llegado el momento de que los delegados de todos los paises apliquen criterios del siglo XXI, como el principio de precaución, a la nueva realidad de los océanos, aprobando una propuesta que cuenta con una sólida base legal y que apuesta por el respeto a los derechos de los países menos desarrollados. A la Asamblea General de Naciones Unidas se le ha escapado de las manos la oportunidad de aumentar la eficacia de la ley que gestiona los océanos del mundo, optando por aprobar unas normas que poco o nada aportan a la protección efectiva de los océanos. Con esta decisión, toda la humanidad sale perdiendo: estamos hablando del bien colectivo más extenso del planeta , afirma Xavier Pastor, Director de Oceana para Europa.
Una vez más, la comunidad internacional ha optado por deleitarse en las palabras, en lugar de sudar la camiseta y pasar a los hechos y así, -añade Pastor- un sinfín de especies, algunas sin haber sido observadas jamás por ningún científico, pasarán a engrosar las listas mudas de la biodiversidad perdida para siempre por efecto de la acción humana.
Fuente: Oceana
Ambientum, Internet, 16-11-04