Protocolo de Kyoto en puerta

Estados Unidos, emisor del 25 por ciento de los gases que provocan el calentamiento global y siendo el principal contaminante mundial de la atmósfera, aún no ha ratificado el Protocolo ni está en sus planes hacerlo

El Protocolo de Kyoto, firmado por los países desarrollados en 1997 en esa ciudad japonesa, con el objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y así combatir el cambio climático, está muy cerca de entrar en vigencia. Sin embargo, Estados Unidos, emisor del 25 por ciento de los gases que provocan el calentamiento global y siendo el principal contaminante mundial de la atmósfera, aún no ha ratificado el Protocolo ni está en sus planes hacerlo.

Los países desarrollados se comprometieron concretamente en 1997 a reducir, para el año 2007, sus emisiones de gases contaminantes un 7% por debajo de los niveles del año 1990.

A mediados del mes de octubre de 2004, la Duma (Cámara Baja rusa) ratificó el Protocolo de Kyoto, con 334 votos a favor, 73 en contra y 2 abstenciones. Con la aprobación de Rusia, país que emite el 17,4 por ciento de los gases de efecto invernadero, se alcanza el número de países necesarios para que el Protocolo entre en vigencia.

El gobierno de Vladimir Putin había acordado a fines de septiembre de este año someter a la ratificación del Parlamento el Protocolo. Era dable esperar que el parlamento ruso, con mayoría de integrantes pertenecientes al partido oficialista Rusia Unida, ratificara el Acuerdo.

Mariana Walter, de la campaña Energía de Greenpeace Argentina, dijo sobre la ratificación rusa del Protocolo que ?esta es una noticia histórica, a siete años de que se iniciaran las negociaciones para la puesta en marcha del Protocolo de Kyoto. Con la ratificación rusa la reducción de las emisiones destructoras del clima es ineludible?.

El Protocolo de Kyoto entrará en vigencia legal a los 90 días de ser presentado en la Organización de Naciones Unidas.

Mientras tanto, del 6 al 17 de diciembre tendrá lugar en Argentina la ?X Conferencia de las partes del Protocolo de Kyoto?. Se espera la participación de autoridades gubernamentales de todo el mundo.

Atilio Savino, secretario argentino de Ambiente y Desarrollo Sustentable, dijo al respecto de la Conferencia en Argentina que uno de los objetivos es ?la conformación de un plan de acción respecto a las medidas de adaptación al cambio climático, según el grado de vulnerabilidad de cada región, considerando que en 2012 debe tener total vigencia el Protocolo de Kyoto?.

Estados Unidos como siempre

No se espera que Estados Unidos ratifique el Protocolo, sea cual sea el resultado de las elecciones presidenciales del próximo 2 de noviembre.

Jonathan Pershing, ex negociador sobre el clima en el gobierno estadounidense de Bill Clinton, dijo que ?el único punto común entre Bush y Kerry sobre el tema del clima es que Estados Unidos no puede ratificar Kyoto?, argumentando que la firma del Protocolo significaría serios costos para la economía estadounidense.

Por su parte, Michael Zammit Cutajar, ex secretario ejecutivo de la ONU para el clima, afirmó que ?un retorno de los demócratas al poder podría llevar a una actitud más positiva (de Estados Unidos) a favor de una estrategia multilateral sobre el clima, pero no hay que esperar un giro completo sobre el Protocolo?.

No obstante, Bush y Kerry tienen posiciones distintas en cuanto al cambio climático. El candidato demócrata al menos confía en las investigaciones científicas que demuestran el aumento del calentamiento global. Bush ni siquiera eso.

Pero en realidad Bush dejó bien en claro desde el comienzo de su mandato lo poco que le interesaba el calentamiento global, aunque en su campaña electoral se comprometió a regular las emisiones de dióxido de carbono.

A fines de 2001, el presidente estadounidense pidió a la Academia Nacional de Ciencias (NAS, por su sigla en inglés) de Estados Unidos que realizara un estudio sobre el calentamiento global. Bush estaba desconforme con los resultados de un informe científico reciente en aquel momento acerca del calentamiento global, presentado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por su sigla en inglés).

El informe del IPCC había afirmado que la acción del hombre había contribuido ?sustancialmente al calentamiento observado en los últimos 50 años?. Otro informe anterior del IPCC había adelantado que de continuar la tendencia contaminante de la atmósfera, la temperatura de ésta podría aumentar entre 1 y 3,5 °C para 2100. Y el último reporte del panel de Naciones Unidas expandió la banda de calentamiento de 1,5 a 6 °C.

La NAS ratificó los estudios realizados por el IPCC, si bien manejó cifras menos alarmantes en cuanto al aumento de las temperaturas en este siglo.

El informe de la NAS sostuvo, entre otras cosas, que ?los gases de efecto invernadero se están acumulando en la atmósfera terrestre como resultado de las actividades humanas, provocando el aumento de las temperaturas en el aire de la superficie terrestre y en las profundidades de los océanos. Las temperaturas están efectivamente aumentando. Los cambios observados a lo largo de las últimas décadas son principalmente consecuencia de las actividades del hombre, aunque no podemos excluir la posibilidad de que algunos cambios significativos se deban a variaciones naturales. El aumento del calentamiento inducido por el hombre y el consecuente aumento de los niveles de agua del mar se espera que continúen durante el siglo XXI?.

Europa

De acuerdo a los resultados de un estudio realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y publicados en agosto de este año, la temperatura media subiría en Europa entre 2 y 6,3 grados, como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según la AEMA, la concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero, se ha incrementado un 34 por ciento respecto a los niveles registrados antes de la Revolución Industrial. Particularmente en los últimos cincuenta años el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera se ha acelerado.

La primera consecuencia que se aprecia por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera es la tendencia a que aumenten las temperaturas. Pero como consecuencia de este aumento se pueden registrar también tormentas, inundaciones, sequías y otras condiciones meteorológicas que pueden ser mucho más graves.

Desde 1980, casi dos de cada tres catástrofes en Europa se han atribuido a inundaciones, sequías u olas de calor. Los casos de catástrofes meteorológicas han aumentado considerablemente, la media anual se ha duplicado en la década de los 90 con respecto a la década anterior. Las pérdidas económicas son consecuentemente cada vez más grandes.

Poblaciones enteras de islas situadas en el Océano Pacífico principalmente, corren riesgo de vida con el aumento en los niveles del mar, ya que se ubican a unos cinco metros por encima de las aguas y se prevé que en algún momento esas islas serán enteramente inundadas. Tal es el caso de Tuvalu, donde las inundaciones ya han arruinado las cosechas y salinizado las reservas de agua potable.

Buscando soluciones

Entre los días 4 y 7 de octubre de este año, representantes de organizaciones y movimientos populares de diferentes regiones del mundo se reunieron en Durban, Sudáfrica, con el fin de pensar en soluciones concretas y realistas para el problema del cambio climático.

Entre las organizaciones participantes se encontraban por ejemplo la Red Medioambiental Indígena, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales y Coecoceiba-Amigos de la Tierra de Costa Rica.

Las organizaciones participantes trataron el tema de los ?sumideros de carbono?, que algunos países como Estados Unidos defienden como instrumento válido para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Los sumideros son plantaciones de monocultivos forestales, que son utilizados como mecanismo para que esos árboles absorban el dióxido de carbono que se libera y que así no llegue en tanta cantidad a la atmósfera. Se trata de una hipótesis que afirma que una plantación forestal equivale o compensa cierta cantidad de dióxido de carbono emitido.

En realidad, las plantaciones compensatorias en gran escala, en lugar de mitigar el calentamiento global, podrían incluso catalizarlo. Está bastante claro que se trata de una ?triquiñuela? utilizada por Estados Unidos según la cual debemos creer que los árboles que ellos plantan absorben un buen porcentaje del dióxido de carbono que sus empresas emiten, y así ya no son tan contaminantes.

Más bien deberíamos creer que con los sumideros intentan de alguna manera justificar sus emisiones de gases contaminantes, al tiempo que le dan trabajo a sus empresas forestales. Un negocio redondo.

Las soluciones serias, en las que pensaron las organizaciones que se reunieron en Durban, deben pasar por la instrumentación de sistemas energéticos más sensatos, basados en la sustentabilidad.

Los participantes del encuentro de Durban firmaron un documento en el que denunciaron los intentos de las corporaciones multinacionales, algunos gobiernos y las Naciones Unidas para construir un ?mercado del carbono?, que incluye la comercialización de los ?sumideros de carbono?, que retrasan aún más el cese de las extracciones de combustibles fósiles.

Además, en el documento las organizaciones participantes lanzaron el concepto de ?justicia climática? diciendo que ?nos comprometemos a ayudar a construir un movimiento popular global por la justicia climática, a movilizar a las comunidades en todo el mundo, y a expresar firmemente nuestra solidaridad con todos quienes se oponen al comercio de carbono a nivel local?.

De esta manera organizaciones de diferentes países del mundo se resisten al calentamiento global y a todos quienes coadyuvan para que aumente. Siempre son los países más pobres los más desprotegidos y siempre son sus poblaciones las que pujan sin cansancio en pro de garantizar su vida y un mediano bienestar. El encuentro de Durban ya lo mostró así, se espera que la conferencia en Argentina en diciembre próximo reedite una postura acorde.

Radio Mundo Real, Internet, 29-10-04