Venezuela: ALCA light cuestionado, por Marcelo Larrea

En la V Asamblea de la Confederación Parlamentaria de las Américas, la presidenta del organismo continental, la diputada venezolana, Jhannett Madriz, afirmó: "Debe entenderse que al pasado pertenecen las ilusiones referidas a que sólo el juego de las fuerzas del mercado, bastan por sí mismas para combatir la pobreza y brindar posibilidades de vivir como seres humanos"

Caracas, Venezuela - Marcelo Larrea* para Adital - "La dimensión social resulta, en consecuencia, insoslayable a la hora de impulsar un proceso auténtico de integración, como el que requieren los países de este continente y es, por tanto, un desafío de primer orden medir cuidadosamente las ventajas y desventajas de las iniciativas de integración continental en este campo. Por tal motivo, precaver los efectos sobre las personas en general, y las menos protegidas y precarizadas en particular, teniendo el debido cuidado de discernir las legítimas reivindicaciones sociales, son los actuales retos de la dimensión social del Proceso de Integración Latinoamericana", dijo.

¿Un triunfo de Wall Street?

Madriz cuestionó la posición del Canciller brasilero, Celso Amorin, quien trato como un éxito la aprobación en la cumbre de los Ministros de Comercio realizada en Miami, de "una arquitectura del Alca permisiva que no imponga un formato único a los países", la que ha abierto las puertas a la negociación de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia de tratados bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, que pueden afectar seriamente los avances en la integración comercial logrados por la Comunidad Andina y las perspectivas de una alianza estratégica con el Mercosur.

"¿De qué se trata?, -preguntó- ¿De un triunfo de todos o, más bien, del triunfo de la diplomacia de Wall Street? ¿Acaso no se está cambiando una negociación multilateral, donde teóricamente pudiésemos ser más fuertes, por negociaciones bilaterales en las que cada país por sí sólo se las ve frente a la potencia económica más grande del mundo? Insistimos, ¿Es una victoria semejante logro?"

"Ahora bien, -respondió- veamos esto desde una perspectiva integral, ¿Qué fue lo que en esencia se logró? Escuetamente, puede decirse que el `exito? ha consistido en que los gobiernos latinoamericanos deben negociar, uno por uno, frente a Estados Unidos derechos y obligaciones comunes sobre acceso a los mercados, agricultura, servicios, propiedad intelectual, subsidios, normas sobre competencia comercial, medidas antidumping y compras al sector público. Es decir, lo que para muchos eran los puntos más controversiales del modelo `duro?. Paradójicamente, ¡Sí hubo un vencedor! Se cambió la unidad potencial de un continente por la estrategia más o menos hábil de los 34 gobiernos nacionales actuando separadamente. Por eso, para quienes promovemos la integración como una tabla de salvación común frente a nuestra falta de desarrollo, sobre todo para los países andinos que disponen del modelo de integración de mayor institucionalización después del europeo, lo que ha habido es una brutal derrota, un imperdonable fracaso que, de consolidarse, nos cobrará la historia".

La diputada reflexionó sobre lo que ha sucedido con este tipo de política y subrayó que el caso más dramático de tales estrategias lo constituyen las negociaciones y renegociaciones de la Deuda Externa, mediante las cuales, nuestros países han sido condenados, a castigar a sus respectivas economías clausurando sus potencialidades de crecimiento, lo que "ha significado un descomunal sacrificio de los aparatos productivos nacionales y una violenta disminución de las condiciones de vida de millones de seres humanos en la región".

"No es difícil imaginar, afirmó Jhannett Madriz, el destino que tendrán estas negociaciones bilaterales en el ámbito comercial. Por tanto, se vuelve imperativo superar el esquema `bilateralista? y adoptar fórmulas de negociación en bloques regionales".

La presidenta de la Confederación Parlamentaria de las Américas denunció que "el Alca sea heavy o sea light, amenaza con propiciar una mayor concentración del poder económico en pocas manos y en pocas empresas, favoreciendo la formación de monopolios y oligopolios, que terminarían por imponer su hegemonía a los gobiernos, especialmente en los países más débiles del continente americano. Es preciso que nuestros Parlamentos tengan en cuenta este aspecto y fomenten la sensibilidad y la reflexión necesarias en los gobiernos, en las elites dirigentes y en el seno de los mismos pueblos".

* Marcelo Larrea es corresponsal de Adital y director de la revista "el Sucre" de Ecuador.

ADITAL, Internet, 9-12-03

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