Cardenales denuncian «el capitalismo verde»

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Manifiestan que la crisis climática “no es un simple un problema técnico, sino una cuestión existencial, de justicia, dignidad y cuidado del planeta”.

Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño rechaza el capitalismo verde y la tecnocracia como la vía para enfrentar el cambio climático. En un documento presentado al papa León XIV como la propuesta del Vaticano al próximo COP30 que se celebrará en Brasil, rechaza las falsas soluciones que convierten la naturaleza en mercancía y utilizan el extractivismo para perpetuar la explotación y la injusticia». En su lugar, exige equidad, justicia y protección. 

En el documento Un llamado por la justicia climática y la casa común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones exige que los países desarrollados paguen su deuda ecológica «con un financiamiento climático justo sin endeudar más a los países del sur».

Elaborado por el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar, la Federación de Conferencias Episcopales de Asia y el Consejo Episcopal Latinoamericano, coordinados por la Pontificia Comisión para América Latina, el documento fue presentado en la Sala Stampa del Vaticano.

Participaron Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina; el cardenal Jaime Spengler, arzobispo Porto Alegre y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano; el cardenal Filipe Neri António, arzobispo de Goa e Damão (India); y el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo).

Peligra la creación

La Iglesia Católica de África, América Latina y Asia propone que el Vaticano haga en Belén un fuerte llamado por la “justicia climática y la conversión ecológica y que se entienda que la crisis climática “no es un simple un problema técnico, sino una cuestión existencial, de justicia, dignidad y cuidado del planeta”.

Lamentan que los países y los ciudadanos no hayan respondido con la urgencia necesaria para limitar el calentamiento global a 1,5 °C y poder evitar sus efectos catastróficos. Asientan que la Iglesia no guardará silencio y seguirá alzando la voz hasta que se haga justicia.

“Las naciones ricas deben pagar su deuda ecológica con un financiamiento climático justo sin endeudar más al sur, para recuperar pérdidas y daños y favorecer la resiliencia en África, América Latina y el Caribe, Asia y Oceanía», afirman.

Insisten en rechazar las falsas soluciones como la mercantilización de la naturaleza, como los bonos de carbono, y proponen un modelo económico alternativo basado en la solidaridad, el bien común y la sobriedad. “Las decisiones deben priorizar a las personas sobre las lógicas corporativas y sobre todo se debe poner fin a los combustibles fósiles”, subrayan.

Conversión ecológica

En su intervención, Emilce Cuda dijo que el documento era el resultado de la campaña La vida pende de un hilo del CELAM, que comenzó hace seis meses, en un contexto de crisis y urgencia ecológica socio-ambiental.

Emilce Cuda

Cuda afirmó que el documento constituye un ejemplo concreto de una práctica constructora de puentes, propia de la virtuosa capacidad de organización comunitaria que distingue a las Iglesias Católicas del Sur Global para superar el conflicto, el espacio y la ideología.

«Como apóstoles misioneros de una Iglesia sinodal iremos a la COP30 a construir esa paz en medio de esta guerra contra la creación, donde mueren muchos y morirán aún más si no actuamos como advierten los científicos de la ONU. Lo hacemos porque –como dice el papa León XIV–, la Iglesia siempre está cerca de los que sufren”, apuntó.

“No hay justicia climática sin conversión ecológica”

El cardenal franciscano Spengler precisó que el informe no es un gesto aislado, sino el fruto de un proceso sinodal y comunitario entre las iglesias hermanas del sur global. “El texto expresa con claridad que no hay justicia climática sin conversión ecológica y no hay conversión ecológica sin resistencia a las falsas soluciones del sistema económico actual, como el “capitalismo verde” o la “economía de transición”, añadió.

Spengler alertó sobre la “mercantilización del clima”, rechazó la minería abusiva, los mercados de carbono o los nuevos pozos petroleros y las “monoculturas energéticas” sin consulta previa que se pretenden en nombre de la sostenibilidad. A contravía propuso la “sobriedad feliz”, inspirada en los pueblos amazónicos. Afirmó que la “conversión ecológica” no es una opción para los cristianos” sino “una llamada del Evangelio” que justifica el compromiso de la Iglesia Católica con una transición justa, popular, comunitaria, con las mujeres, con los jóvenes y con las comunidades en el centro.

«Desde el corazón de la Amazonía, escuchamos un clamor: ¿cómo podemos permitir que un mercado sin regulaciones éticas decida el destino de los ecosistemas más vitales del planeta? ¿Cómo podemos aceptar que la solución climática sea un negocio para unos pocos y un sacrificio para los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las comunidades locales? Es urgente tomar conciencia de la necesidad de cambios en el estilo de vida, la producción y el consumo», manifestó.

El cardenal Spengler

De igual manera rechazó la financiarización de la naturaleza, los mercados de carbono, los “monocultivos energéticos” (los parques solares y eólicos como los de Andalucía) sin consulta previa, la reciente apertura de nuevos pozos petrolíferos, incluso en la Amazonía, y la minería abusiva en nombre de la sostenibilidad. “Todavía es posible cambiar de rumbo Lo haremos con los pies en la tierra y el corazón en el Reino de Dios», recalcó.

Filipe Neri Ferrão, cardenal de Goa (la India), remarcó la propuesta es un llamado pastoral urgente a la conciencia global frente a una crisis que amenaza con devorar la creación, como si el planeta fuera otra mercancía más”.

 «Desde Asia, tierra de inmensa diversidad espiritual, cultural y ecológica, nos unimos al clamor mundial por una transformación que sea técnica, ética, profética y profundamente humana. Es un llamado a la conciencia ante un sistema que amenaza con devorar la creación”, resaltó.

Recordó que en Asia, millones de personas sufren los efectos devastadores del cambio climático –tifones, migración forzada, pérdida de islas, contaminación de ríos– y mientras tanto, avanzan falsas soluciones. “Megainfraestructuras e instalaciones en busca de energías ‘limpias’ que no respetan la dignidad humana y la minería desalmada en nombre de las baterías verdes», afirmó.

El cardenal Ferrão pidió que se escuche la sabiduría ancestral de nuestras comunidades y demandó que la COP30 no sea un evento más, sino un punto de inflexión moral. «Exigimos una financiación climática justa y accesible para las comunidades y organizaciones locales, incluidas las mujeres, que no genere más deuda, y que se detenga la expansión de los combustibles fósiles», dijo.

El cardenal Neri Ferrao

En nombre de las Iglesias del continente africano, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, manifestó que África no es un continente pobre, sino un continente saqueado. “Empobrecido por siglos de extractivismo, esclavitud y explotación”, subrayó.

Declaró que el documento lo presentaban como una reflexión compartida y un llamado a la acción a la COP30.

El cardenal Fridolin Ambongo

“No es solo un análisis, es un clamor por la dignidad. Los pastores del Sur Global exigimos la justicia climática como un derecho humano y espiritual. Exigimos una economía en la que el enriquecimiento de otros no se fundamente en el sacrificio de los pueblos africanos», dijo.

Y agregó:

«¿Cómo podemos aceptar que, en nombre de la ‘transición energética’, comunidades enteras sean exterminadas en la búsqueda de litio, cobalto o níquel? ¿Cómo podemos tolerar que los mercados de carbono transformen nuestros bosques en activos financieros mientras nuestras comunidades siguen privadas de agua potable? ¡Decimos basta, basta de falsas soluciones, basta de decisiones tomadas sin escuchar a quienes viven en primera línea del colapso climático! Proponemos una transformación que priorice el cuidado de la vida, la soberanía de los pueblos indígenas y rurales sobre sus territorios y la defensa activa de los derechos de las mujeres, los migrantes climáticos y las nuevas generaciones».

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Integral, dijo que la propuesta del CELAM es una  puesta en práctica de  la encíclica Laudato Si, como nos pidió Francisco hace diez años y el papa León XIV, sigue expresando. Insistió: “Dios nos dio este planeta para cuidarlo”.

- Para descargar el documento (PDF), haga clic en el siguiente enlace:

Fuente: Cambio 16

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Economía verde

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