Darío Aranda

Hace diez días que acampan frente a la gobernación chaqueña. Son centenares de indígenas y campesinos que reclaman por tierras para trabajar. Ayer recibieron el apoyo de organizaciones sociales en una marcha por la ciudad

Argentina: el día en el que los aborígenes expresaron su Resistencia

Les venden el pan del día anterior. En el hospital, deben hacer fila aparte. El Registro Civil no los inscribe con los nombres propios de la comunidad. La crónica de un pueblo originario que se debate entre el miedo y el abandono. Es el contexto para el infierno de los vivos, como le dicen los wichis, pobladores originarios de esta tierra, al apartheid chaqueño que padecen

El apartheid argentino. Crónica de un pueblo originario que se debate entre el miedo y el abandono

Agua para no beber. Aire que mejor no respirar. Un pueblo pobre, sobre montañas de oro. Son algunas de las contradicciones de Andalgalá, una localidad catamarqueña de 17 mil habitantes, a 240 kilómetros de la capital provincial, donde funciona desde hace diez años la mina de oro y cobre más grande de Argentina y una de las más importantes del mundo. La empresa, Minera Alumbrera, de un consorcio suizo canadiense, es denunciada por los pobladores de contaminar la tierra, el aire y el agua

La expansión de la minería tóxica y sus consecuencias: la mina de oro de Andalgalá, Catamarca, Argentina

Andalgalá es la tercera ciudad en importancia de Catamarca. Desde hace diez años allí funciona una de las minas de oro y cobre más importante del mundo. Habitantes del lugar aseguran que el emprendimiento no trajo ningún bienestar, denuncian contaminación y un Estado cómplice. La empresa asegura que todo su accionar está sujeto a la ley. Los pobladores piden un plebiscito para evitar la instalación de otro yacimiento, que será el más importante de América y multiplicaría los problemas

Argentina: las montañas son nuestras, el oro ajeno