Nada más iniciarse el conflicto en Ucrania, advertí en estas misma páginas que entre los diferentes factores desencadenantes había uno que pasaba desapercibido: la tierra fértil. La oleada de protestas que llevó a la salida de Viktor Yanukóvich de la presidencia del Gobierno surgió como respuesta -inducida o no- a su negativa a firmar el Acuerdo de Asociación con la UE, junto con el préstamo vinculado de 17.000 millones de euros que proporcionaría el FMI. Pero, ¿qué ve la UE cuando mira hacia Ucrania y propone con dicho acuerdo expandir el comercio con este país? ¿Qué mueve a EEUU y su FMI para poner tanto dinero sobre la mesa? Pues sí, entre otras cosas, una de las que se habla bien poco y es pieza clave: el control de su agricultura.